capitulo 3

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CAPITULO 3

NARRA ALLY

-¡Es el chico del café!

-¿Quién? ¿Ian?- señalo con la cabeza hacia el grupo.

-No sé cómo se llama­- dije frunciendo el ceño levemente- Es el estúpido que está hablando con la chica esa- señalé a el chico de los ojos azules que estaba parado con una Barbie que no paraba de agacharse sobre él dándole así una mejorada vista de su falso escote.

-Lo que decía Ian, chico por el que todas están babeando incluyéndome con ellas- en cuanto dijo eso me giré a mirarla con una ceja levantada- ¿Qué? No soy de hierro, tengo hormonas ¿sabes?, es normal y apostaría lo que sea a que tú también babeas por él en cuanto lo viste entrar por la puerta- dijo picara.

-¡Claro que no!- dije indignada.

-Ya claro y las vacas vuelan- dijo sarcástica, rodé los ojos- Pero mírale es el dios griego en persona, me acostaría con él si no fuera tan mujeriego y tan prepotente. Es el típico chico malo que se pasa lo estudios por donde yo quisiera estar, pero para el sexo.... Sin duda una obra maestra, su madre tenía ganas cuando lo hizo- dijo comiéndose el almuerzo tranquilamente como si lo que acababa de decir hubiera sido tan sencillo como beber agua mientras que yo solo la miraba con las cejas elevadas por toda la información que esta chica sabía.

-Vaya contigo y se te veía tan buena- murmuré.

-Y lo soy, solo que para poder convivir aquí tienes que conocer a tus compañeros.

-¿Y de Bruno que sabes?- dije divertida.

-Pues un chico muy dulce y simpático, es también otro mujeriego pero peor.

-¿A qué te refieres?

-Pues dicen que una vez hubo una chica que le atraía pero ella no quiso nada de él sabiendo que él solo quería pasar el rato con ella, pero como a él no le gusta el rechazo se obsesionó tanto con ella que la chica tuvo que mudarse a otra ciudad- dijo con miedo en sus ojos. En cambio yo ni me inmute, había vivido cosas peores que estas.

-Son solo rumores no te preocupes- le dedique una sonrisa para que se tranquilizara.

-Solo te aconsejo que no te acerques él, mejor dicho a ninguno de los dos- dijo poniéndose nerviosa otra vez- Ian tampoco es que tenga un buen "expediente"- fruncí el ceño para que prosiguiera- cada día pega a un chico por que le da la gana.

Bufé, no tenía nada que temer a estas alturas.

-Enserio ten cuidado.

-Si mamá- elevé las manos en signo de protesta.

-Así me gusta- dijo levantándose del banco ya que había tocado el timbre que indicaba el fin del recreo- aunque te permito que te acuestes con Ian.

-Ni lo sueñes- dije con cara de asco.

Llegamos a la clase y nos quedamos esperando a que viniera el profesor que nos tocaba para que nos abriera la puerta. Mientras hablábamos giré la cabeza encontrando al chico que se hacía llamar Ian apoyado en la pared con una chica en frente de él abrazándole por la cintura y dándole varios besos por toda la cara pero nunca llegando a los labios.

-¿Quién es esa?- pregunte asqueada por tal escena en medio de un instituto.

-Pues su folla-amiga, Alexis, o sea son amigos pero se acuestan cuando se aburren ¿entiendes?-dijo indiferente.

-Yaaa- alargue la "a".

Después de unos minutos llego el profesor de lengua, que nos abrió la puerta dejándonos entrar a clase.

Y así pasamos las horas, aburridas, pero al fin tocó el timbre que indicaba el fin de las clases. Susan recogió y se fue dándome un beso en la mejilla antes de salir corriendo.

Empecé a recoger cuando alguien me tocó suavemente en el hombro, me di la vuelta con la mochila en la mano, encontrándome con esos extraños ojos azules.

-Oye, siento lo de esta mañana- escuché otra vez su voz, dejándome aturdida por lo cerca que estábamos.

-Esta mañana no parecías muy arrepentido- no sé de donde saque las fuerzas para salir de ahí pero lo hice, dejándole allí parado pero no por mucho tiempo ya que al segundo reaccionó empezando a caminar detrás de mí.

Salí del instituto corriendo encontrándome con Bruno parado en la acera conversando con sus amigos.

-Adiós Ally- me saludó con la mano alzando la voz un poco.

-Adiós Bruno- le hice el mismo gesto.

Empecé mi trayecto a casa pensando que Ian ya me había dejado de seguir, pero se quedó en un pensamiento cuando se puso a mi lado.

-Déjame invitarte a un café Ally.

-Ally para mis amigos, tú me llamas Allyson aunque prefiero que no me llames y gracias pero no quiero tu café- dije cortante.

-¿Y porque Bruno si puede llamarte Ally y yo no?- se quejó como un niño chico.

-Bueno, Bruno no me ha tirado un café encima y tampoco me ha llamado idiota, no sé si notas la diferencia- dije sarcástica.

-¿Siempre eres tan sosa?

-Solo con quien me molesta ¿Siempre eres tan insoportable?

-Solo con quien es soso nena- ¡auch! golpe bajo.

-No me llames nena- apreté los dientes recordando sin querer quien me llamaba así.

-¿Por qué nena?

-¡VETE A LA MIERDA!- grite exasperada.

-Solo si te vienes conmigo- dijo con una sonrisa.

-¡Agh! Idiota- me di la vuelta y cruce la calle yendo por otro camino que aunque era más largo era mejor que caminar junto a él.

-¡Adiós Ally!- gritó para que le escuchase haciendo que levantara la mano mostrándole el dedo corazón logrando que solo se riese de mi reacción.

 Lo que decía, era insoportable.

Aléjate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora