Aléjate de mi.

Capitulo 28

CAPÍTULO 28

NARRA IAN

Fuí hacia la máquina expendedora y marqué el número mientras metía la moneda para sacar la botella de agua.

Segundos y unos cuantos ruidos después, el sonido de la botella cayendo se escuchó, me agaché sacándola de la máquina. Me di la vuelta distraído y choqué con un cuerpo, levanté la mirada para disculparme.

-Lo siento... - bajé la voz cuando me dí cuenta de que era el médico raro que atendió a Ally.

Ni si quiera me respondió, solo asintió y camino hacia la máquina en la que había estado minutos antes.

Me giré para empezar a caminar pero una mano se posó en mi hombro y la quitó rápidamente, me dí la vuelta encontrándome otra vez con el médico.

-No eres su amigo - sonó con seguridad su voz, afirmando más que preguntando.

-¿Perdón? - pregunté incrédulo.

-No eres amigo de Allyson - repitió otra vez.

Me reí sin poder creérmelo.

-¿Qué dices? ¿Si no soy su amigo qué voy a ser?

-He atendido a miles de personas, cuando venían los amigos de los pacientes, veía en su mirada la preocupación en sus ojos, estaban preocupados. Tú tenías miedo.

Le miré unos minutos, intentando descifrar el sentido de sus palabras.

-¿Miedo de que? - pregunté.

-Miedo de perderla, no te vas a dar cuenta hasta que la pierdas por eso estoy intentando que abras los ojos antes de hacerlo.

-¿Hablas por experiencia?

Por primera vez ví una sonrisa en su rostro.

-Yo no la perdí, sigue viva en mis recuerdos - una sonrisa melancólica asomó en su rostro - No hagas la misma tontería que yo muchacho, o lucha por ella o deja el camino libre para otro, pero no dejes que se convierta en un simple recuerdo por el cuál no hiciste nada.

Empezó a caminar, pasó a mi lado y chocó nuestros hombros.

-No le niegues a tu mente lo que tu corazón ya sabe.

Y se fue dejándome confundido y con las palabras sin poder salir de mi boca.

Comencé a caminar de nuevo hacia la habitación de Ally, con la mente hecha un lio y la botella de agua en las manos.

Llegué a la puerta de la habitación y la risa contagiosa de Ally se escuchó a través de la puerta.

Toqué una vez y entré llevándome una no muy grata sorpresa.

-¿Qué mierda haces tú aquí? - pregunté enfadado.

Él no era bienvenido aquí.

NARRA ALLY

Me empecé a acomodar en la cama segundos después de que Ian saliera por el agua cuando tocaron a la puerta.

-¿Ian?- pregunté extrañada porque hubiera vuelto tan rápido.

Alguien entró y cerró la puerta.

-No, no soy Ian- habló una voz conocida para mí.

Asomó la cabeza y la sonrisa de Bruno alumbraron la habitación.

-Bruno...- dije en un susurro sorprendida- ¿Que haces aquí?

Entró y se sentó en el sillón en el que minutos antes estaba sentado Ian.