Te encuentro en esos besos con sabor a sal
En mejillas nieve y en ojos estrella
En mar rompiendo contra las rocas
Y en barcos alejándose de la orilla.
Estás en es la inmensidad de las horas tristes
Y en las pequeñas luces de las horas felices
En taza caliente y en fría madrugada
En lágrima y risa, y en temblorosas manos
En corazón que se rompe y en corazón palpitante
En canción que se repite, como un disco rayado.
Y amor, quiero que dejes de estar en todas esas cosas
Que gritan sin emitir sonido
Y vengas aquí a mi lado
Que sostengas mis frágiles pupilas
Y dibujes mundos en la palma de mi mano.
Pero sé que de alguna forma
Tú ya no eres esa chica
Aquella con sabor a océanos
Y cuyos ojos bullían en vida
Te elevé a la más alta montaña
Te cubrí de flores y puse estrellas en tus ojos
Y ahora espero, con temor en mi pecho
Y apretando los puños
La caída.
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Las horas tristes
PoesíaLas horas se deslizan, caminan sigilosas, y tristes, se depositan en los ojos y en la garganta. Este es un poemario de una vida que bien podría ser la tuya. El amor y la ausencia de él, la tristeza, la alegría, y la soledad son algunos de los temas...