Tienes tu lugar en mi clavícula que es
Donde nunca llegaste a depositar tus besos y
solo espero que si te vas
Seas indoloro.
No me engañes con,
Una habitación para dos en
Tus brazos y deja de
Depositar soledad en mis hombros.
Vete y llévate contigo toda esta
historia que nunca nació y que
se desdibuja en mi pecho mientras
nuestras miradas se alejan.
Eres, ese retrato robado del museo
Un instante de estrellas y de
sol en medio de mi tormenta, y
márchate.
Estoy ocupada, cosiendo de nuevo mis
pedazos que te di junto a
versos que nunca leíste y que
Se parecen bastante a los tuyos.
Y nunca sabrás, como rugían de amor mis
puños, mis rodillas, mis mejillas y
Como de enferma de soledad estaba
Y como tenía miedo a que mi vacío me invadiera por completo.
Nunca nos comeremos el mundo a medias sonrisas ni
Desnudaremos nuestras almas frente al espejo ni
Sacaremos fotos borrachos a nuestros demonios
Y por eso vete ya, y rómpeme.
Busca una chica a la que escribirle versos embotellados y
Olvida mi libreta amarilla y mis frases escondidas, mis
ojos perdidos surcados de insomnio que
Buscaban roce en el que descargar la vida
Y en el que tener sueños felices.
Olvidaré que te quise, incluso cuando besos de tirabuzones
inundaron mi cuerpo y
No sentí nada en absoluto, tú
Aparecías en mi mente todo el rato,
Retumbando en ojos de león
Y no podía seguir actuando más en esa extraña obra.
Así que vete, y no olvides contarle a tu tristeza como aquella chica desapareció
Tras un halo de todo lo que pudo haber sido
En verano de oportunidades enterradas
Y de, que ilusa que fui, que
Tonta de pensar que podías
llenarme de estrellas.
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Las horas tristes
PoesiaLas horas se deslizan, caminan sigilosas, y tristes, se depositan en los ojos y en la garganta. Este es un poemario de una vida que bien podría ser la tuya. El amor y la ausencia de él, la tristeza, la alegría, y la soledad son algunos de los temas...