XXI

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Tus ojos cuna de alegrías
Suspiros, verano en la piel
Atardeceres de la mano de ella
Corazón palpitando al compás

Hasta que un día la lluvia llegó
Y tú corazón emborronó en oscuridad
Lo partió en pedacitos y los lanzó al viento
Y se fueron para nunca regresar

Ella ya la mano de otro sostenía
Y pensaste que el culpable eras tú
La buscaste en botella vacía y en humo
Y en poemas cuyas letras temblaban

Pero ella no estaba en ningún sitio
Sino en todos a la vez y silbaba
Reía y tú no eras suficiente
Y ella se esfumaba de nuevo

Pero aún tenías estrellas en los ojos
Aún la musa se escapaba entre tus dedos
Aún bailabas y aún reías
Y aún el fuego latía en tu pecho

Y espero al día en el que nuestras miradas se encuentren
En un vals de sonrisas
En el amanecer en las mejillas
Y en estrellas en los ojos

Entonces puede que ocurra
Que nuestros vacíos se llenen el uno al otro
Que los dos las olvidemos a ellas
Y nuestras cicatrices desaparezcan

Hasta entonces seguiré aquí
Esperándote, chico de la poesía.

Las horas tristesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora