"500 palabras"

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Por tanto tiempo la soledad fue lo único que conocía, la sensación de no importarle al mundo era más que habitual para mi, era un hecho que no lograría llegar a algo en este mundo. Dicen que los tropiezos sirven, te hacen fuerte y crean "carácter" pero... algo faltaba y aunque sabía qué era, no deseaba reconocerlo.

El silencio te hace descubrir tantas cosas que día a día pasan desapercibidas ante todos, ante la mayoría que piensan tan solo en banalidades, miles de preguntas aparecen , acerca de si eres digno o no, si eres valioso, si llegaras en algún momento a ser alguien especial, preguntas que cada vez tienen respuestas aún más desalentadoras.

Pero...

Quizá por un golpe del destino o simplemente por aquello que llaman karma algo bueno sucede y la soledad a la que estas tan acostumbrado pasa a un segundo plano; aquello que tantos insomnios cobró ahora parece lejano y es por algo, algo que sin lugar a dudas deseaste en algún momento de la vida y ahora ya lo tienes, casi...casi parece magia.

¿Qué es aquello?

Bueno, el cliché de la amistad, tan solo esa "minúscula" cosa, no era por exagerar pero aquellas situaciones que empezaste a vivir, solo las habías leído en libros de la niñez o visto en alguna caricatura o serie de los sábados; si, vaya que era una novedad.

¿Torpezas en el camino?

muchas, después de todo se trataba de una novedad, a pesar de ello reconocía cuando estar, cuando brindar la mano, el hombro o las madrugadas a quien lo necesitara, era algo innato, algunos le llaman amabilidad otros tan solo...cariño.

Fueron gratas épocas que a pesar de esa voz interna, pensabas que durarían al menos lo suficiente para alejar de ti esa sensación de frío que invadía tu alma en los momentos más inesperados.

Pero...

Nada dura para siempre y en un momento todo pareció confabular para que hallará la soledad cuando más necesitaba ayuda, por momentos pedí ayuda, a gritos o de forma sutil, en otras ocasiones fingía que todo estaba bien; pero no era suficiente y...algo había cambiado o quizás solo había tomado fuerza.

No esperaría por siempre de esa mano amiga, ahora no, ya no, estaba de nuevo en solitario contra mis problemas, mis situaciones sin salida, pero la diferencia ahora era una, pero vital: era más fuerte ¿por qué? no lo sabría decir, tal vez eran las experiencias vividas o tal vez el reconocer mi valor cuando ayudaba a otros, sin embargo eso, el origen ya no importa.

No hay lamentaciones y nuca hubo ni habrá rencores para los que me dejaron, bien conozco sus penas, se de sus batallas y ahora que no están, solo espero lo mejor para ellos, esos...mis amigos.

Ahora me toca a mi, ahora es cuando decido enfrentar mi propia batalla, se que será difícil, a llegado la hora de decir adiós pero también hay una novedad.

No seré una presa fácil para los problemas, no más.

Sentimientos ocultos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora