¿Quienes son ustedes?

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Camino hacia esos dos seres y mi alma se tranquiliza. Al verme, veo la cara de sorpresa que refleja sus rostros. Es como si me conocieran, algo errado, por supuesto.

─ ¿Angela? ─ pregunta la mujer castaña que está junto a aquel hombre alto,  tan parecido a Blake.

─ ¿Quién es Angela? ─ pregunto, algo alarmada. No entiendo nada. Me acerco más inquieta por aquella pregunta ¿Dónde está Blake? Son estos los momentos que quiero a ese demonio a mi lado. Esos seres de luz me empiezan a incomodar pues sus miradas son las de alguien que está mirando un fantasma aunque, técnicamente, lo soy.

─ ¿Cómo te llamas? ─ pregunta el hombre al cual por fin veo su rostro ¡Es idéntico a Blake! Me aterro y retrocedo un poco cayéndome sentada.

─ A-lli-son─ digo nerviosa y entrecortada. ─ ¿Quiénes son ustedes? ─ pregunto. Esto no me da buena espina.

El hombre desordena su cabello un poco y me mira a los ojos. Su mirada oscura y a la vez cálida me sume en un trance. Siento demasiada paz al verlo.

─ Ella no es Angela─ responde la mujer activando unos ojos rojos que son algo tétricos. ─ Puedo ver que ella solo está usando su cuerpo. Después de todo cariño, sabemos que Angela murió hace mucho tiempo─ las palabras de esa mujer me hacen tambalear ¿De qué hablan?

─ Allison─ pronuncia mi nombre, aquel ser─ ¿Por qué estás en un cuerpo que no es el tuyo?

─ Eso no le importa ─ respondo severa, pese a los nervios traicioneros que me poseen.

─ ¿Dónde estás Blake? ─ pregunta la mujer para mitigar el silencio cortante producto de mis palabras.

─ No lo sé ─ respondo de inmediato.

─ ¿Sabes qué horas vendrá? ─ pregunta el hombre.

─ No tengo la menor idea, debe de estar cazando almas─ ellos deben saber que es un demonio oscuro, después de todo.

─ Entiendo ─ dice el hombre. ─ Allison─ me llama.

─ ¿Que? ─ respondo.

─ Aléjate de él─ No puedo dice mi inconsciente, después de todo he firmado un trato con aquel demonio. Ya estoy condenada. Me rio dejándolos contrariados.

─ No puedo ─ añado. Es ilógico. Soy propiedad de ese demonio.

─ ¿Has hecho un trato con él? ¿No? ─ El ángel blanco me mira con tristeza, supongo que es, por no tener un alma que ascienda hacia la luz. La mía no ascenderá, bajará al infierno.

─ Sí─ respondo.

Me miran con lastima, unos segundos, antes de que un haz de luz los envuelva y desaparezcan. Esto es extraño. Me quedo nuevamente sola en aquella casa.

¿Qué querrán de Blake?

...

Despierto somnolienta, para dirigirme a la ducha. Estuve esperando hasta pasado las 11 de la noche, pero Blake no había llegado. Tengo tantas dudas que no se si estará dispuesto a resolver. Camino hacia el pequeño cuarto y empiezo con la tarea de desvestirme lenta y pausadamente. El pijama cae y lo mismo hace mi ropa interior. Enrollo la toalla en mi pecho y por fin entro. Cierro la puerta de la misma y dejo la toalla en uno de los ganchos que hay dentro.

El agua cae, relajantemente, por este cuerpo, dejando una sensación deliciosa en la piel froto mis músculos y siento como la tensión y la preocupación del día anterior se desvanecen.

‹‹Aléjate de él››

Esas habían sido las palabras de aquellos ángeles. No puedo hacerlo. Mi vida ya no es mía, mi existencia ya no está aquí.

Hacia la luz I: Por una venganza, te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora