Lauren se sorprendió bastante al abrir los ojos y descubrir que estaba en una sala de hospital en la que nunca antes había estado. También se sorprendió al darse cuenta de que tenía nauseas y mareos, muy típicos en ella después de que se le aplicase anestesia general...
"¿Anestesia general?"
Aquello tenía que ser una broma...
Sintió un agudo dolor en el vientre cuando intento sentarse, un leve jadeo escapando por sus labios, así que desistió y se tumbo de nuevo sobre la cama. Cuándo inspecciono su cuerpo con sus manos se detuvo en el vendaje que abarcaba toda su zona abdominal.
¿Acaso era posible que...?
No pudo terminar sus pensamientos, pues una enfermera había entrado a la habitación y había comenzado a llamar al doctor Brooke, a los médicos y a sus compañeras de trabajo a través de su intercomunicador, contándoles que Lauren había despertado.
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Su corazón estaba cediendo. Se hacía débil cada día, pero los médicos aun creían en una especie de milagro. Pero, en caso de que ese milagro no sucediera, los médicos y padres de Lauren determinaron que hacerla apta para un trasplante de corazón era una prioridad, así que el primer paso era un trasplante de riñón que tenía la gran probabilidad de ser rechazado de nuevo.
Había estado inconsciente tres días antes de la cirugía, y dos días más después de esta. Al día siguiente de que Lauren abriera los ojos, los doctores (Entre ellos el padre de Ally, quien no había participado abiertamente de la cirugía pero se había asegurado de que todo fuese bien) se dignaron a explicarle lo sucedido, de como se había desmayado en medio de la sala de espera de su psicólogo y en como la habían trasladado días antes a un hospital con mejor tecnología que el del doctor Brooke para que se realizara su trasplante.
En la primera persona en la que pensó fue en Camila, y el echo de que su novia podía... no, no podía. Camila seguramente ESTABA preocupada por ella. Su corazón era tan hermoso que podía preocuparse en una pequeña hormiga aplastada por una aplanadora al otro lado del mundo.
Hablo con sus padres, su hermanos y Ally ese día. Nada importante, solo cosas estúpidas que habían sucedido esos días como divertidas cenas en familia o los divertidos dibujos de Ally con los cuales Troy había llenado las paredes de su habitación.
No le devolvieron su teléfono hasta la tarde del día siguiente. En cuánto lo tuvo entre manos suplico a sus padres y amiga salir de la habitación, alegando que necesitaba algo de privacidad después de haber estado con ellos más de un día entero.
Lo primero que pensó fue en llamar a Camila, pero sabiendo que su madre probablemente estaba escuchando a través de la puerta, decidió solo enviarle un mensaje para que dejara de preocuparse como, seguramente, lo estaba haciendo. Lo sabía porque en sus ojos color chocolate veía cariño cada vez que juntaban sus miradas, porque se lo había demostrado y porque simplemente quería creerlo.
Estuvo mordiendo su labio durante cinco minutos, pensando en cual sería el mensaje perfecto, hasta que lo decidió. No podía ser solo perdón, porque eso no explicaría su ausencia y, aunque planeaba que ella le respondiera y tuviesen una larga conversación, Lauren deseaba que un solo mensaje reflejara todo lo que había sucedido, y así fue como vino la gran idea...
"Adivina quien tiene riñones nuevos..."
Gruño cuándo vio su mensaje ya enviado. Tal vez había sido una mala opción colocar solo eso.
"¿No pudiste enviarle algo un poco mas lindo, idiota? ¡No lo se! Un: Te extrañe... ¿Quien sabe? Hubiese sido lindo. Estoy segura de que ella hubiese sonreído. Te gusta cuándo sonríe, idiota. Nos gusta"
Sonrío ante sus propios pensamientos. Tal vez jamás dejaría de llamarse idiota a sí misma, pero al menos esa voz en su cabeza ya no la afectaría como antes.
"¡Lauren! ¡Estuve tan preocupada por ti!" Era lo que decía el mensaje que recibio de Camila unos segundos después.
"Lo siento"
"¿Qué sucedió? ¿Por qué desapareciste así?..." A pesar de que no podía escucharla, Lauren podía intuir que su novia estaba realmente preocupada, y era extraño, pues generalmente no podía intuir nada. Continuo leyendo: "Estuve días mirando por la ventana y solo veía tu cama. Y créeme, tu cama no es atractiva si no estas tu en ella" Una risita escapo por sus labios.
"Antes de llegar con mi psicólogo comencé a sentirme mal y cuándo llegue simplemente me derrumbe..."
"Es mi culpa. Lo siento. No debí empezar esa pelea... Fue realmente muy idiota de mi parte"
"No es tu culpa, Camz. Solo paso. No eres tu quien controla mi cuerpo... Además, ambas somos idiotas ¿lo recuerdas?" Sí, Camila tenía que recordarlo.
"Jamás lo olvidaría... Ahora dime ¿Estás bien?"
"Bueno, como mi corazón aun falla, ser apta para un trasplante es la propiedad, así que..." Lauren no podía creer que lo que había sucedido fuese verdad, que ya no estuviese condenada a la estúpida maquina de diálisis, así que se tomo unos segundos para respirar hondo antes de escribir lo que faltaba.
"Así que..."
"¡Tengo riñones nuevos, Camz! Y al parecer mi jodido cuerpo no los ha rechazado hasta ahora, así que estoy realmente bien"
"¿Puedes no juntar las palabras "joder" o cualquiera de sus variaciones junto a algo referido a tu cuerpo? Mi mente se llena de imágenes completamente pervertidas cuándo haces eso"
Lauren se echo a reír, y sus heridas dolieron cuándo sucedió, pero no le importo. Simplemente estaba hablando con aquella chica que realmente la volvía loca y la hacía reír con estupideces, y cualquier dolor valía la pena.
"Lauren..."
"Dime, Camz"
"¿Crees que podría ir a visitarte? Me disfrazare de Marta, tu tía perdida, si es necesario..."
"Camz, no tengo una tía Marta"
"¡Sí! ¡La tienes! Pero no lo sabes porque esta perdida, duh..."
"Mierda, debo admitir que casi me lo creí"
"Debes admitir que si te dijera que he visto a una serpiente con cabeza de unicornio también me creerías"
Lauren volvió a reír sonoramente ante el tonto chiste de su novia, y esta vez su madre pareció darse cuenta, pues asomo su cabeza por la puerta para comprobar el estado de su hija.