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Camila: ¿Creen que puedan resumirlo? -Pregunto-. Realmente no tengo mucho tiempo...
Luis: Como quieras -Contesto sentándose frente a ella en un banco de madera al que le faltaba una de sus patas mientras Austin, al lado de Camila, intentaba darle de comer a su pequeña niña haciendo sonidos bastante extraños e inentendibles-. Verás, Austin y yo siempre hemos sido mejores amigos... O lo fuimos, hasta que me di cuenta de que me había enamorado de el...
Austin: Y yo de el -Agrego haciendo a Luis reír y sonrojarse.
Luis: Pero estábamos completamente aterrados, Camila. Su padre es realmente atemorizante, y mi familia realmente no tiene absolutamente nada. Si le hubiésemos dicho sobre nosotros el padre de Austin le habría arrebatado a mis padres lo poco que teníamos.
Camila: Siempre pensé que tenias tanto dinero como Austin. Vestías las mejores marcas de ropa del mundo...
Luis: Austin siempre me ayudaba con eso. El era quien compraba mi ropa y me la daba al final de día. El siempre supo esconder al chico gay y sin dinero en una fachada de chico rudo con casas por todo Miami.
Austin: Como veras, soy muy bueno con la moda... -Presumió.
Luis: Cállate, por favor -Suplico divertido, golpeando la pierna del chico con la punta de su pie-... El punto es que intentábamos ocultar lo nuestro saliendo y acostándonos con chicas. No nos gustaba, pero teníamos que hacerlo...
Austin: Fue entonces cuándo tu llegaste...
Luis: El padre de Austin noto que ustedes eran buenos amigos, y dijo que le encantaría verlos juntos. Y como Austin vivía para hacerlo feliz, simplemente lo intento contigo a pesar de que solo te veía como a una muy buena amiga...
Austin: Fue cuándo me dijiste que eras lesbiana.


Esta vez, a diferencia de las otras veces en las que lo había dicho, Austin parecía estar diciendo la palabra con respeto.

Austin: La primera vez que te golpee debo admitir que lo hice solo porque me sentí herido. Nadie nunca me había rechazado, Camila. Solo tu. Supongo que me dolió saber que no era el chico irresistible que todas deseaban... Fue cuándo le conté a mi padre lo que me habías hecho, y el me dijo que debía hacerte sufrir. Dijo que gente como tu no merecía pisar la tierra... Y, simplemente, me enoje. ME enoje porque yo era como tu. Pero le temía, Camila... Así que, aunque quería golpearlo, no lo hice. Supongo que por eso fue que comencé a golpearte de forma tan seguida. Imaginaba su rostro en tu cara y era mucho más sencillo. Por eso Luis siempre me detenía... El sabía que yo realmente no deseaba hacerte daño. Sabía que, en mi mente, le estaba haciendo daño a el.
Luis: A mi no me parecía correcto, pero... tenía que hacerlo. Lo amaba. Se que me comporte como un idiota, pero habría hecho todo por el. Daría todo lo que tengo solo para verlo sonreír.
Camila: ¿Y por eso intentaste violar a Lauren? -Pregunto, la rabia acudiendo a ella rápidamente, sus puños apretando la desgastada tela del sofá.
Luis: No, yo... En realidad...
Austin: El dejo de acostarse con chicas dos meses después de que comenzáramos a golpearte. Yo, en cambio, preferí seguir. Sexo era igual a más dinero de papá, y debo admitir que era lo suficiente idiota como para preferir dinero antes que al amor de mi vida... -Luis sonrío tímidamente y escondió su cara entre sus manos al escuchar a Austin referirse a el de tal manera. Seguramente el chico no lo hacía muy seguido-. Fue entonces cuándo comencé a acostarme con Ariana. ¿Sabes, Camila? Nunca lo hacía con una chica más de tres veces. Pero Ariana era un caso especial. Ella me estaba ayudando para acabar contigo... Supongo que había comenzado a tenerte envidia cuándo desee hacerlo. Te veías tan feliz con Lauren, pudiendo mirarla como la mirabas sin temor. Supongo que yo también quería un poco de eso...
Luis: No me gustaba que lo hiciera -Dijo mientras se levantaba y tomaba a la pequeña Luisa en brazos, que estaba a punto de dormirse con restos de la cena en sus mejillas-. No me gustaba que estuviese con Ariana tan seguido, como si fuesen algo más. Como si fuese yo... Así que decidí pagarle con la misma moneda... Y la primera chica que se me paso por la cabeza fue Lauren. Ella y yo fuimos novios, pero eso lo sabes. Lo que no sabes es que ella sabía que yo estaba enamorado de un chico. Jamás le dije quien, pero el punto es que fingimos una relación durante un tiempo. Ambos necesitábamos esconder cosas... Termine con ella porque ya no soportaba mentir.
Austin: El punto es que Luis decidió que nada podía hacerme sufrir más que tener sexo con quien había sido su confidente durante tantos meses... Supongo que tengo suerte de que llegaras precisamente en ese momento.
Camila: ¿Tu pagaste su fianza, cierto?
Austin: No podía dejar que fuese de nadie más -Susurro levantándose, rodeando protectoramente la cintura de su novio y mirando a su pequeña dormir en los brazos de su otro padre-. Tu sabes lo que hacen en las cárceles. No es bonito cuándo lo hago yo...
Camila: ¿Y como entra Luisa en todo esto?
Luis: Digamos que antes de que decidiera convertirme en un casto ángel del señor, olvide cuidarme con una chica y ella termino embaraza de mi. No supe de Luisa hasta hace siete meses. Su madre la dejo en la puerta de mi casa y dijo que no cuidaría de ella. Se suicido al día siguiente.
Austin: Yo supe de inmediato que era suya. ¡Mírala! ¡Son idénticos!
Luis: El problema llego cuándo Austin también decidió hacerse cargo de ella...
Austin: No iba a dejar a Luis solo en esto... Durante dos meses, sus padres nos ayudaron. Luego el señor Santos volvió a Brasil y jamás regreso... y bueno, la madre de Luis murió.
Luis: Supimos que no podíamos hacerlo solos...
Austin: Y yo decidí pedirle ayuda a mi padre. Jamás le dije que la niña era en realidad de Luis. Sabía que jamás me ayudaría en una situación de este tipo... Lo que no sospeche fue que tampoco querría ayudarme con Luisa.
Luis: ¡Le pidió darla en adopción! ¡¿Puedes creerlo?!
Austin: Fue cuándo me echo de casa...
Luis: Y nos vinimos a vivir acá... A mi casa.

La chica de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora