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  Por supuesto, su madre no se conformo con escuchar su historia para terminar de insistir con que Peter era lo mejor para ella, así que los miembros del coro debieron sujetarla junto con el hombre mientras Lauren buscaba rápidamente algunas cosas en su habitación, además de sus medicinas, y se marchaba junto con Camila a su casa, el lugar donde dormirían hasta que decidieran que hacer. Ally, Normani y Dinah decidieron quedarse junto a ellas por si algo se complicaba, la chica polinesia pidiéndole a su madre que llevara al pequeño Troy a casa de su amiga. Austin y los chicos del coro les hicieron prometer que llamarían si algo sucedía.
Lauren entro a casa de Camila sintiéndose más libre que nunca.
Estar allí significaba no dormir con Peter. No soportar a su madre. No ver a sus hermanos mirarla con lástima. No ver a su padre obedecer a su madre si protestar.
... Ser ella de nuevo.
Lo que no esperaba era que un nuevo infierno se desatara allí también.

Sinuhe: ¿Puedes explicarme que hace ella acá, Camila? -Pregunto su madre al verlas entrar. Lauren intuía que la mujer se refería a ella.
Camila: Lauren va a quedarse acá unas noches. Su madre es una idiota y quiere casarla con un estúpido que lo golpeo hoy...
Sinuhe: Oh, no... ¡Eso si que no! -Se negó, cruzada de brazos, sacudiendo su cabeza.
Camila: Mamá...
Sinuhe: ¡Es ella, Camila! ¡Ella te destrozo el corazón! ¡¿Acaso no lo recuerdas?! ¡Volverá a irse, Camila! ¡Se ira y no le importaras!

Cada palabra fue como un golpe en el nuevo corazón de Lauren.
Tal vez había sido un idiota en el pasado al dejarla.
Pero no más.
No iba a hacerlo más.

Lauren: Sinuhe... Yo... -Intento explicarse. Quería disculparse por haber sido tan tonta.
Sinuhe: ¡CALLATE! -El grito fue tan fuerte que la pobre Ally chillo de forma tan aguda que podría haber roto una copa- ¡FUISTE SU PRIMER AMOR, LAUREN! ¡Y LA DESTROZASTE! ¡TE MARCHASTE SIN DAR RAZONES! ¡NO DEJASTE NI UNA NOTA! ¡Y CAMILA ESTABA DESTROZADA! ¡LIMPIE MÁS LÁGRIMAS EN TRES DÍAS QUE LAS QUE HE LIMPIADO EN TODA MI VIDA! ¡YO, LAUREN! ¡NO TU! ¡¿DONDE ESTABAS TU CUÁNDO ELLA ESTABA SUFRIENDO POR TI?! ¡¿DONDE?!

Y así es como Sinuhe la hizo sentir como la mierda que pensaba que era una y otra y otra vez.
"Eres una idiota, Jauregui"
"La heriste"
"Sufrió"
"Por ti"
"Eres una mierda, Jauregui"
"Eres una mierda"
"Eres una idiota"
Le costaba respirar. Sus dedos chasqueaban. Su cabeza daba vueltas.
Dolía. Dolía mucho, pero no sabía precisamente donde.
Era como si le doliese en todas partes a la vez.
Se recostó en la pared más cercana, sintiendo que el aire que recibían sus pulmones era escaso. Todo lo que estaba a su alrededor se había convertido en formas coloridas, y los gritos de las personas a su alrededor ya no eran nada más que sonidos completamente inentendibles.
Fue deslizándose lentamente hasta el suelo, intentando tomar el aire que necesitaba con su boca.
Aun así no era suficiente.
Enterró su cabeza entre sus piernas, chasqueando sus dedos, meciéndose en el suelo, de vez en cuándo enterrando sus uñas en su piel.
"No la mereces"
"Eres una idiota"
"Eres una mierda"

Lauren: ¡BASTA!

Pero las voces no se callaban.
Cubrió sus oídos, pero las voces seguían allí, dentro de ellas, diciéndole las miles de cosas que no quería escuchar.

Lauren: ¡BASTA!

Pero las voces no se marchaban. Seguían hablando, diciéndole lo poco que valía. Diciéndole que sería mejor para todos los demás que estuviese muerta.
Golpeo repetidamente su cabeza contra la pared, intentando que las voces callaran.
Pero ellas seguían allí, junto al dolor.
Grito.
Grito porque no las quería allí.
Grito porque quería que se callaran de una puta vez.
Fue cuándo lo sintió...
Unas cálidas manos sobre las suyas, sujetándolas fuertemente y alejándolas de sus oídos.
Era Camila. Lo sabía. La conocía bien.
Cuándo sus manos se alejaron de sus oídos, escucho su voz.

La chica de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora