32

3.1K 203 69
                                    


  Camila: No tenías que hacerlo -Susurro a su novia a través de la ventana, sonriendo, aun con aquella hermosa y única rosa entre sus manos.
Lauren: Yo quería hacerlo -Contesto, mirándola como si fuese la más hermosa mujer que la chica de ojos verdes había visto en el mundo. Y así se sentía Camila Cabello siempre que estaba a su lado.

La chica de la ventana era capaz de convertir simples gestos en proezas que ninguna persona jamás podría igualar.

Camila:... Pero debió de costarte mucho dinero, Lauren... Solo esta rosa hubiese sido suficiente.
Lauren: ¿No te gusto? -Una mueca de tristeza pareció en su rostro, y de inmediato la chica de ojos color chocolate se arrepintió por no haberse explicado mejor ante su novia.

Después de tantos malentendidos ocasionados por el Asperger de la chica de la ventana algo debía de haber aprendido.

Camila: ME ENCANTO -Se apresuro a aclarar, una inmensa sonrisa apareciendo en el rostro de su novia, mariposas en su estómago agitándose ante la acción. ¿Cómo era posible que Lauren la hiciera sentir así con solo un gesto? El universo nunca lo sabría-... Pero el dinero que usaste comprando las flores...
Lauren: No te preocupes por eso. Era parte de mi fondo universitario, y sinceramente tu lo valías -Informo dulcemente, una luz irradiando en sus ojos.

Camila frunció el entrecejo casi al instante.

Camila: ¡Lauren! ¡¿Gastaste dinero de tu fondo U-N-I-V-E-R-S-I-T-A-R-I-O en mi?!
Lauren: Si -Afirmo encongiendose en hombros, como si realmente no importase demasiado este hecho.
Camila: ¡Lauren! ¡Tu educación es más importante que yo!
Lauren: No voy a ir a la universidad, Camz... Mamá dice que no me dejara ir hasta que mi corazón no este mejor, y dudo que eso suceda. Y, aunque pudiese ir, no lo haría. Quiero ser fotógrafa, Camz... Solo necesito un par de buenas cámaras, materiales y unos cuantos meses en un buen curso. Nada demasiado costoso... Y si necesito dinero, trabajare. Es sencillo.
Camila: Pensé que no te gustaban las fotografías -Dijo extrañada, intentando comprender a su muy compleja novia de hermosa sonrisa y ojos únicos.
Lauren: No me gusta tomármelas, pero amo fotografiar paisajes, animales e incluso personas. Cuando era pequeña solía tomar la cámara de mi papá y acercarme a las libélulas para tomarles fotos. No era buena, pero supongo que el punto es que esta siempre ha sido mi pasión...
Camila: Aun así creo que gastar todo ese dinero...
Lauren: No permitiré que sigas hablando, Camz. Quería regalarte flores, y eso fue lo que hice. Ahora solo mírame a los ojos y sonríe, porque amo verte sonreír.
....................
Había llegado el día.
Faltaba poco para la operación de Troy.
La boda era en treinta minutos.
El sacerdote ya había llegado el hospital, al igual que el Juez. También los invitados, quienes eran solo los padres de Troy, los padres de Ally, su mejor amigo, Camila, Lauren, Dinah y Normani.
Ally estaba en el baño de la habitación de aquel hospital, preparándose. Dado que se trataba de Troy, novio de la hija del dueño del lugar, tenía la mejor habitación y los mejores cuidados.
Lauren, Camila, Dinah, Normani y Ally estaban dentro del lugar, demasiado amplio y hermoso como para ser realmente un baño de hospital dónde una desconsolada novia lloraba sobre su sencillo vestido blanco, sabiendo que posiblemente, en menos de un día, ya sería viuda.
Camila observaba a su novia rodear torpemente con sus brazos a su pequeña amiga, sabiendo que la chica no estaba cómoda con la idea de hacerlo. Camila sabía que lo hacia porque su corazón no le permitía dejar a su amiga sola en un momento así. La conocía bien.
Dinah y Normani apenas se miraban. O, mejor dicho, Dinah apenas miraba a Normani. La morena había intentado hablar con su amiga un par de veces al llegar, pero la chica polinesia simplemente se alejaba, como si le doliese estar cerca de ella. Finalmente, Normani parecía haberse rendido.

Camila: Ally, no llores. Sé que es difícil, pero Troy no querría verte así.
Ally: ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes pedirme que no llore? -No estaba molesta, estaba dolida. Y esto era cien veces peor.

La chica de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora