Lauren observo las facciones de la chica de la ventana deformarse de inmediato, una risa desesperada y algo maniática brotando de sus labios.
Camila: Estás jugando ¿Verdad? -Pregunto, la risa continuando.
Lauren frunció el entrecejo. Claro que no estaba.
Se levanto lentamente, colocándose frente a Camila, sujetando sus manos antes de mirarle a los ojos, intentando pedirle perdón por no ser ni poder hacer lo que realmente quería.
Ella quería ser libre.
Ella quería besarla.
Lauren: Lo siento -Susurro con tristeza.
Y Camila simplemente se lanzo sobre sus brazos, envolviéndola fuertemente, escondiendo su cabeza en su cuello, sus lágrimas frías chocando contra su piel.
Esto le rompió el corazón.
No en el sentido literal, porque los corazones no pueden romperse así como así, pero el dolor que sintió fue como ese. Como el dolor que debe sentirse cuándo verdaderamente te rompen el corazón.
Camila: ¿Por qué? -Sollozo contra su hombro.
Escuchar sus palabras ahogadas acrecentó su dolor. Si antes su corazón se había roto, ahora estaba triturado.
De nuevo, no literalmente.
Lauren: No lo se...
Camila: Pero tienes diecinueve -Chillo.
Lauren: A mi madre no le interesa esto.
Camila: Pero... tu... tu... ¿Por qué aceptaste?
Lauren: El solo me lo pidió, Camz... No tuve tiempo de responder. Mi madre acepto por mi.
Camila: Pudiste haberte negado -Susurro, aferrándose a la parte trasera de la ajustada camiseta de Lauren con fuerzas, como si no quisiera dejarla marchar.
No es que quisiera irse a alguna parte.
Lauren: No habría valido de nada. Ellos no me escuchan, Camz... Ellos me ignoran. Es como si no estuviese con ellos.
Camila: Podrías intentarlo...
Lauren: No lo creo. Mi madre es tan controladora que me detendría incluso antes de pensarlo.
Camila: No te rindas -Casi suplico, aun contra su cuello.
Lauren: Realmente lo siento, Camz...
Camila: No me llames Camz si vas a rendirte -Le reprocho, apartándola bruscamente. Lauren sintió el impulso inmediato de correr a abrazarla cuándo vio sus ojos hinchados y sus mejillas húmedas, pero se detuvo cuándo su diccionario mental detecto enojo en sus facciones.
Lauren: Por favor, no me odies...
"Por favor. Por favor. Por favor. Si nos odia sera tu culpa, idiota"
Camila: No podría odiarte -Sollozo sentándose sobre la cama de Lauren y mirándola fijamente a los ojos. Lauren pudo jurar que pudo sentir el dolor de la chica en su interior con solo este gesto-. Pero estoy decepcionada de que realmente no hagas nada para evitar esto... Ayer me dijiste que ibas a dejarlo... Y hoy... hoy me dices que vas a casarte con el.
Lauren suspiro con tristeza y se acerco a ella, arrodillándose y mirándola a los ojos. Tal vez no lo merecía. Tal vez no merecía sus ojos sobre los suyos. Pero los necesitaba. Los necesitaba para no derrumbarse junto a ella.
"Eres una idiota, Lauren. Mírala. Esta llorando. ¡ESTA LLORANDO PORQUE NO ERES CAPAZ DE HACER NADA POR ELLA! ¡ERES UNA...!"
Sus pensamientos se detuvieron cuándo sintió las manos de Camila sobre las de ella. Involuntariamente, sus dedos habían comenzado a chasquear.