Mataría sin dudar

309 35 1
                                    

Narra Diana

- estás enojada?- preguntó por cuarta vez- oye, por qué no me contestas? oh por dios no me contesta- miró para el suelo y se agarró de la barbilla- eso es un signo de enfado- me miró- igual que tener el ceño fruncido.

- wow que brillante eres al darte cuenta- rodé los ojos.

- el sarcasmo también es un signo de enfado- suspiré pesadamente.

- sabes qué? no vale la pena enojarme contigo- le resté importancia al tema- cuánto tienes?

- bastantes como para una semana- dijo mirando el canasto.

- deberíamos de hacer un huerto, no crees? después de todo no puedo vivir solo de frutas. 

- de dónde sacaríamos las semillas?

- supongo que del pueblo- dije pensando en las malas consecuencias de ir alguno de nosotros dos.

- y como rayos iremos sin que te identifiquen como la princesa perdida? y no creo que sea buena idea que valla yo- rebatió a mi idea.

- tienes razón, ya se me ocurrirá algo- seguí en lo mío- quieres jugar a un juego? para cambiar de tema.

- un juego?- me miró ladeando la cabeza.

- si, siempre vi como los otros niños lo jugaban y quiero jugarlo al menos una vez- me miró dudoso unos segundos- por favor -le supliqué.

- bien- respondió rodando los ojos.

- si! se llama escondidas, tú te escondes, yo cuento y tengo que ir a buscarte, bien?

- bien- me di la vuelta y me apoyé en un árbol.

- por cierto Calb- detrás mío ya no había nadie- que rápido- seguí contando.

Al terminar me fijé en cada copa de árbol o detrás de estos, al no ver a nadie por los alrededores, me introduje al bosque. Ojalá no se haya ido tan lejos, el ambiente se estaba tornando algo fresco.

El paisaje era lindo, pero el  cielo nublado no le favorece mucho. De fondo se escuchaban algunos que otros animales, por lo general pájaros, y mis pies pisando la tierra ceca. El lugar me estaba poniendo un poco tensa, aun así estaba atenta a cualquier lugar en donde se podría esconder alguien. Debes en cuando me daba media vuelta por la paranoia de escuchar otros pasos además de los míos. Pero me convencía de que eran del eco de mis pies. No funcionaba mucho.

- no volveré a jugar contigo Calb- murmuré abrazándome para mantener la calma.

Me acerqué a un árbol hueco, metí la cabeza, pero no había nadie. Rayos! dónde se a metido? En serio que me pone los pelos de punta este lugar. Cada vez que me metía más profundo al bosque más tenebroso se ponía. Mis manos temblaban, ni idea si por el frío o por el miedo.

- eh?- alcé la mano al sentir una gota de agua caer sobre mi rostro, al tiempo después comenzó una pequeña llovizna que se transformó en una lluvia un poco fuerte.

En eso me pareció escuchar un ruido, como una rama o algo parecido. Me di la vuelta, pero no había nada, ni nadie. Okey esto no puede ser peor.

- C-Calb?- pregunté... o más bien susurré a la espera que él conteste, pero no. A los pocos segundos escuché otro sonido similar- Q-Quién quiera que s-sea, le exijo que salga!- pero nadie salió.

Afiné mi vista para ver si no había alguien tras las plantas. Me inmovilicé al sentir unas manos recorriendo mi cintura. Mis ojos se abrieron cual platos, y pude sentir como su respiración golpeaba cerca de mi oreja. 

- tal parece te encontré yo- al reconocer la vos, me alivié. Me di media vuelta y lo abracé por el cuello, él se sorprendió- a q-qué viene eso?

- tonto! pensé que era otra persona y que me haría daño!

- exagerada, además si alguien se te acerca y te toca, lo mataría sin dudar- sentí como ligeramente sus puños se cerraban.

- eso sonó dulce y a la vez aterrador de tu parte- le aclaré.

No contestó, tenía una mirada fría. Me dio un escalofríos junto con un muy mal presentimiento.

- Calb?- pregunté mas no reaccionó como yo lo esperaba.


Que cliché!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora