Tarde O Temprano, Los Cambios Siempre Llegan.(Gabentine)

Episodio 14.- Confesiones y Maldiciones.

— ¿Un beso? ¿En los labios? ¿Me estas jodiendo?—Clementine no dejaba de pensar en aquello mientras se preparaba para lanzar el balón.

— ¿Que pasa, Clem? ¿Tan rápido te rindes?—Exclamó divertido su compañero esperando impaciente.

Clementine tomo aquel gesto como una provocación de su contrincante y lanzó el balón al aire para realizar el primer saque. Después de un rato de estar jugando, se había unido casi todo su salón como espectadores a la diversión de la competencia.

— N-no piensas rendirte, ¿eh?—Dijo Gabe intentando tomar aire.

— La palabra "rendirse" no esta en mi vocabulario.

— Si, pero eso solo me motiva más, querida.—Replicó lanzando el balón.

— Ya lo veremos. . .-Murmuró antes de recibir el golpe.

Estaba a punto de recibirlo cuando el sol nublo su vista y desconcentrarse por completo. Lo único que pudo sentir fue el balón en su cara y seguido de esto se encontraba tirada en el piso. Rápidamente Gabe corrió a ayudarla mientras gritaba desesperado su nombre, a la vez que sus compañeros sintieron un poco de compasión por su compañera mientras murmuraban algunas cosas entre ellos. Clementine cubrió su cara con sus dos manos intentando acomodar su vista.

— ¡Clem, Clem!—Seguía gritando el chico mientras se agachaba a su lado hasta quedarse sosteniéndose por sus rodillas posadas en el suelo.— ¡¿Estas bien?! ¡Lo siento tanto, como, en serio que lo siento!—Agregó ahora quitando las manos de Clem para poder revisar si tenía algún daño por el golpe.

— Ya, no tienes que ensuciarme toda la cara de tus lágrimas y sudor.—Contesto rodando los ojos.

— Oh, porfavor, deberías ser más amable, sobre todo cuando alguien se preocupa por ti.—Respondió un poco molesto aun revisando si no tenía nada dañado.

— Si, ya. . . Gracias.—Murmuró lo ultimo mirando hacia otro lado esperando que este no lo escuchara, a lo cual el sonrió, dejo de revisarla y seguido se levanto extendiéndole la mano solo para después escuchar el sonido de él timbre. Clementine correspondió a la ayuda de su compañero y se levanto.

— Vamos, hay que cambiarnos.

— Ni creas que me cambiare contigo.—Dijo dirigiéndose a los vestidores de mujeres.

— ¡Algún día querrás hacerlo!—Exclamó, a lo que ella respondió mostrándole el dedo mayor de su mano derecha mientras seguía caminando.— ¡Y lo harás!—Añadió divertido.

Nuevamente, las dos horas después de física pasaron rápidamente mientras trabajaban en el laboratorio en un nuevo experimento. Al final llego la hora de salida y Clem y sus compañeros, que les tocaba ese día, comenzaron a realizar el aseo.

— Te espero aquí fuera.—Dijo Gabe fuera del salón con la mochila de Clem en su brazo derecho.

— Si, claro.—Respondió mientras barría con una escoba sin darse cuenta de que se había llevado sus cosas.

Después de un rato terminaron de limpiar y todos iban saliendo del salón, no sin antes ir por sus mochilas, claro.

— ¿Y mi. . . mochila?—Dijo para sí misma mientras comenzaba a buscar por todas partes del salón.

— Hey, Clem. No sé si tu tienes tiempo pero- —Fue interrumpido al entrar al salón.

— ¡¿Por qué rayos has tomado mi mochila?!—Exclamó yendo rápidamente hacia el y tomándola para después colocarla en su espalda.

— Ah. . . ¿Porque soy un caballero. . .?—Contesto aunque fuera mas en un tono de duda.

— Agh, vamos.—Replicó molesta saliendo del salón seguido de este.

— Entonces, ¿a dónde iremos?—Pregunto Gabe mientras caminaban.

— Está este parque frente a mi casa. No es muy lejos.

— Ah, ya. . .

Siguieron caminando hasta llegar a su destino, Clem se dirigió rápidamente a una banca que estaba frente a los juegos del parque y le dio una señal a Gabe para que se sentara a su lado, este hizo caso.

— Entonces. . . ¿qué ibas a-

— ¿Te gusto?—Interrumpió Clem la pregunta de Gabriel mirando hacia donde se encontraban unos niños jugando.

— ¿Qué?

— Que si. . . ¿Yo te gusto?—Volvió a preguntar, haciendo que este la mirara sorprendido.— Te estoy preguntando en serio, Gabriel.—Agregó mirando ahora a los ojos del mencionado.— Vuelvo a preguntar, ¿yo te gusto de una manera seria?

— Por supuesto que si—Replicó sonrojándose un poco.—, me gustas Clem, y no solo es un pasatiempo, es uno verdadero.—Clementine volvió a desviar la mirada al haberse sonrojado también.— ¿Porqué preguntas algo tan obvio?

— Porque. . . Gabe, necesitaba estar segura de si debía tomarte en serio toda la semana o si solamente me molestabas para divertirte un rato.

— Y. . . ¿qué hubieras hecho si no?—Pregunto haciendo que la chica lo mirara extrañada.— ¿Qué hubieras hecho si te hubiera dicho que no y me hubiera burlado de ti como siempre solía hacer?

— Entonces definitivamente hubiera llorado—Dijo rápidamente intentando hacer que este no escuchara su respuesta, inevitablemente la escuchó y este por instinto la abrazo de inmediato.—. Oh, rayos, maldigo al buen oído que tienes, García.—Agregó con un tono molesto al saber que la escuchó, este solamente río.

— Clem, te amo—Alcanzo a decir mientras reía provocando el rubor demasiado notorio en el rostro de la mencionada.—. ¡En serio que te amo!

— ¡C-cierra la boca! ¡Solo estas diciendo estupideces para que caiga ante ti!—Dijo separándose casi de inmediato de el.— ¡Pues, hoy no es tu día de suerte! ¡Andrés me visitó ayer, adiós!—Agregó levantándose y dirigiéndose a su casa.

— ¿Andrés. . .?—Murmuró para sí mismo en un tono de decepción pensando un momento en lo que dijo su compañera.— ¡Oye, Clem! ¡¿Quien demonios es Andrés?!—Exclamó frustrado corriendo rápidamente hacia ella, la cual siguió avanzando con mas velocidad, siendo ignorado por completo.— ¡Clem, Clem! ¡Te seguiré amando sin importar qué!—Gritó sonriendo ahora dejando de seguirla, ganándose mas de una mirada de sorpresa y alegría de parte de las personas que se encontraban ahí.

Por su parte, Clementine parecía que cada vez iba a enfermarse mas por la temperatura que subía y subía por su ya enrojecido rostro.