Nadie podía decir ni una sola palabra durante la cena, Mariana comenzó a incomodarse y hartarse.
— ¡Vamos, ya me he hartado! ¡¿No pueden dejar sus diferencias para después?!—Exclamó frustrada la chica, llamando la atención de todos.— Hoy es un día especial para todos. . .
— Pero, es que no puedo creer que está farsante y traidora se ande metiendo con mi hijo.—Replicó su padre.
— ¡Que no soy ninguna farsante!—Gritó Clem soltando de golpe su tenedor.— No es mi culpa ser tan madura a esta edad.—Añadió cruzándose de brazos.
— ¿Madura? Si lo único que hiciste fue inventarte un perfil falso para dejarte entrar, y ¿para que? ¿para qué salieras huyendo robando nuestras cosas?
— ¡LOS NECESITABA! ¡Cualquiera hubiera hecho lo mismo!
— Claro, como solo piensas en ti, maldita mocosa egoísta e ingrata.—Bufó David, a lo que Gabe le dirigió una cara de enojo.
Clementine recorrió su silla y salio de aquella casa.
— ¡Clem, espera!—Gritó su compañero que la había seguido.— Sé que dije que no lo haría pero. . .
— Gabe. . .—Suspiro Clem volteando a mirarlo y acercándose lentamente a el.— Lo siento. Lo siento mucho.
— Clementine. . .
— Sé que me porte mal, y estas en todo tu derecho de quejarte, pero porfavor, perdóname. Solo te pido eso. . .—Él chico se le quedó mirando unos segundos sorprendido.— sé que tal vez no quieras, y sé que tal vez te enojes, pero ¿sabes? Ya me da igual, me da igual que te enojes con tal de que te desquites conmigo por todas las cosas horribles que te he dicho y hecho. Realmente, solo espero que me perdones. . .—Añadió ahora intentando entrelazar los dedos de su mano derecha con los de este.
Gabe aprovecho el momento y le robo un pequeño beso en los labios, tomando su mejilla para acercarse a esta con la mano que mantenía desocupada, provocando que Clem se sonrojara.
— Por supuesto que te perdono, tonta. Si no te tengo yo, nadie más lo hará.—Dijo después de separarse aun sosteniendo su mano derecha.
— Eres un estúpido.—Replicó nerviosa.
— Lo sé.
Clem sonrió y le devolvió el beso de hace un momento, causando que el se sorprendiera y ruborizara mas que la contraria.
— Te dije—Respondió después de separarse de el.—, ¿quieres darme diabetes? Yo te daré un millón de kilos de chocolate.
— Vaya, entonces me encantaría morir de azúcar en tus brazos.—Suspiro tomándola por la cintura.
— ¿Eres tonto o qué?—Replicó quitando las manos del chico de su cintura y alejándose.— Debo irme, adiós.
— Te acompaño.—Dijo corriendo a su lado para acompañarla.
— No necesito guardaespaldas. Mi casa está a unas cuatro calles.
— No soy tu guardaespaldas, soy tu novio.
— ¿Qué? Pero si aun faltan cinco días para decidir eso.
— ¿Aun sigue eso en pie?—Pregunto algo decepcionado.
— Por supuesto.
— Pero, si me besaste. . .
— No, solo comprobaba.
— ¿Comprobabas el qué?
— Nada—Respondió de inmediato.—, debo irme, adiós.—Añadió para después comenzar a correr dejando atrás al chico confundido.
— ¡Hey! ¡No huyas!—Exclamó el castaño persiguiendola.
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Tarde O Temprano, Los Cambios Siempre Llegan.(Gabentine)
FanfictionLa escuela es un lugar donde vamos a aprender y dialogar, pero sobre todo a divertirnos, no? Drama, tristeza, romance y comedia son algunas de las características de esta nueva historia, ¿sobrevivirán? **********************************************...