Episodio 23.- Independiente.

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|Día 5|

— Vaya método que usaste.

— ¿Quieres dejar de recalcarmelo mientras desayuno?—Replicó Clementine molesta dejando de golpe su cucharada de cereal que estaba a punto de comer.

— Solo sigo pensando que tal vez lanzarte a los guardias no fue la mejor idea.—Inquirió Gabe sonriendo de lado mientras terminaba su cereal, la morena solo se limito a hacer lo mismo, no sin antes soltar un leve quejido.

— Entonces, ¿estarás con nosotros de ahora en adelante?—Pregunto Mari, quien también desayunaba con ellos.

Clementine dudo, pero finalmente negó con la cabeza.

— No, no quiero ser un problema para ustedes—Respondió.—. Esta misma noche me voy.

— ¿Y a dónde piensas ir?—Cuestiono Kate mientras lavaba los trastes en la cocina.— Si se puede saber.

— Tal vez pueda ir con Rebecca. . .—Murmuró.

— ¿Rebecca?—Pregunto Gabe, quien estaba a su lado y pudo escucharla decirlo por lo bajo.— ¿La madre de AJ?

— Si, ella tal vez me acepte.—Sonrió aun con duda en su rostro.

— ¿Necesitas que te llevé?—Sugirió Javi.

— Estaría bien, si no te molesta.

— Para nada—Dijo.—. Después de todo, también necesito dar unas vueltas por ahí.

— Bien, gracias.—Sonrió Clem hacia este.

— No hay problema—Le devolvió la sonrisa.—. ¿Cuando nos iremos?

— Cuando tu quieras, viven cerca de aquí.

— Oh, entonces aun tenemos tiempo.—Exclamó Mariana irrumpiendo en la conversación, a lo cual Clem la miro confundida, mientras Kate sonreía por ella.

(...)

Clementine se encontraba en la habitación de la hermana de Gabe, estaba esperando a que le entregará un poco de ropa para poder darse una ducha antes de irse.

— Toma, creo que esto te queda.—Le extendió una blusa y un pantalón corto.

— Eh. . . Yo no soy mucho de estos.—Dijo refiriéndose al ultimo.

— Oh, vaya, lo siento—Respondió sonriendo mientras buscaba mas ropa.—. Es solo que Kate me lo regalo hace poco y a mi tampoco me van, así que creí que en ti se verían perfectos.

— Gracias por pensar en eso—Esbozo una sonrisa e hizo una leve pausa.—. En realidad me siento un poco cómoda con ellos, pero siento que no se me ven bien.—Admitió avergonzada riendo un poco y llevándose su mano a la nuca.

— ¿Qué? Por favor, ¡eres Clementine Marsh!

— ¿Eso tiene algo que ver?—Dudo confundida.

— ¡Por supuesto! Eres la mejor en educación física, ¿no?—Ella asintió aun confundida.— Además, he oído que estuviste en el equipo de fútbol femenil hace un buen tiempo.

— Aun no entiendo qué tiene que ver todo eso con el pantalón corto. . .

— Pues, que tu cuerpo es el mejor para modelar ese conjunto—Respondió sonriendo.—. Anda, úsalo, ¿si?

— De acuerdo. . .—Suspiro y entro al cuarto de baño que le habían señalado anteriormente.

Después de un rato salio de el mismo, al regresar a la habitación donde había dejado sus cosas, tales como su gorra, ya no sé encontraba la chica.

Aprovecho para terminar de secar su cabello y mientras lo hacía, tomo su celular y revisó que tenía un montón de llamadas perdidas de parte de su madre, bajo la cabeza hacia el suelo y comenzó a pensar en todas las cosas que le había dicho y hecho el día anterior; se sentía mal por ello, pero no podía dejar de lado que tenía un poco de razón en sus palabras.

Estaba tan hundida en sus pensamientos que no se percató de la llegada de una nueva persona al lugar, quien ahora estaba detrás de ella dispuesto a espantarla, pero antes de hacerlo noto la mirada de esta y decidió sentarse a su lado.

— Gabe—Exclamó la chica sacándose de sus pensamientos.—, ¿qué haces aquí?

— Nos pareció extraño que no bajaras—Dijo sincero.—, Mariana me dijo que tal vez te sentías incomoda por la ropa que escogió para ti, pero no creo que sea por eso que te hayas puesto así, ¿no?

— ¿Tu qué harías si tuvieras que escoger entre tu familia de sangre y tú familia de corazón?—Pregunto ignorando un poco el comentario del castaño.— Sonó estúpida esa pregunta, ¿cierto?

Él negó varias veces con la cabeza.

— No, es lindo que me hagas saber tus problemas.—Inquirió sonriente.

— Gracias. . .—Susurro en un largo suspiro.

— ¿Quieres ir a dar una vuelta?—Propuso levantándose de su lugar.— Ya sabes, para tomar un poco de aire fresco.

— Si, creo que no me vendría mal.

Él sonrió y se fueron de la casa.
Al estar afuera comenzaron a caminar sin ningún aparente rumbo fijo. Clementine permanecía callada mientras intercalaba miradas entre el suelo y el cielo, así, respectivamente.

— Oye, ¿te sientes bien?—Pregunto Gabe nervioso de la posible respuesta.

— No. . .

— Ah, vaya. . .

Siguieron caminando mientras Clementine iba acortando sus pasos cada vez más, él chico no tardo en percatarse de esto, por lo que comenzó a intentar coordinar con su ritmo.

— Mis padres casi nunca se toman la molestia de preocuparse por mi—Hablo la morena llamando la atención repentina de Gabe.—, ¿sabes por qué?

— ¿Por qué?

— Porque saben que soy lo suficientemente independiente para cuidar de mi misma—Dijo respondiendo a su propia duda.—. Por lo que siempre creen saber en dónde me encuentro. Probablemente ahora creen que estoy en casa de Rebecca, pero al llamar a su casa se dieron cuenta de que no es así, seguro por eso no dejan de marcar a mi numero.

— ¿Qué? ¿Y porque no contestas?—Cuestiono asombrado y con el ceño fruncido.

— Porque saben que estoy contigo, seguro y ya llamaron a tu casa.

— ¿En serio? ¿Y porque no dejan de llamar si ya sé aseguraron que estas conmigo?

— ¿Como crees que suena la idea de que me quedé en tu casa para mis padres?

— Oh. . .

Ella asintió divertida y prosiguieron su camino con mas silencio y un poco más de tensión que antes. Gabriel no estaba seguro de que hacer, no podía decirle que estaba mal haciendo lo que hacía, puesto que ella misma ya tenía eso presente, lo único que se le ocurría en esos instantes era intentar distraerla de todos los problemas que cargaba ahora mismo en su espalda.

Él castaño tomo la mano de Clem y esta le miro confundida.

— Vamos, hay un lugar que quiero mostrarte.

Tarde O Temprano, Los Cambios Siempre Llegan.(Gabentine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora