Episodio 24.- Justo.

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— Solía venir aquí seguido cuando mis padres peleaban. Yo era pequeño—Comenzó diciendo Gabe acercándose a un río que estaba colina abajo,siendo seguido por Clementine.—. También estuve viniendo hace poco, días antes de hablarte gracias a aquel bendito trabajo de historia.

Clem río y se sentó a su lado en el verde pasto frente al río, él hizo lo mismo.

— ¿Por qué has estado viniendo?

— Mi padre y Kate no han dejado de pelear continuamente—Respondió desviando un poco la mirada frunciendo el ceño.—, la verdad es que todas las razones por las que pelean son estupideces. Deberían simplemente terminar esa tonta relación de cuento de hadas.

— ¿Qué quieres decir con eso. . .?

— Sé que ella y Javi son algo—Confesó.—. Intentan no demostrarlo o, maldita sea, incluso ocultarlo, pero es inevitable. Se aman, no sé porque no lo dicen de una vez por todas.

— No es tan fácil. . .—Dijo Clem dando un suspiro hacia el frente.

— Suenas como si ya lo supieras.—Respondió mostrándole una sonrisa de lado.

Ella negó frenéticamente varias veces con la cabeza, él solo río.

— Mi padre ya no ama a Kate, solo digo que deberían terminar con todo eso.

— ¿Tu tampoco?—Pregunto Clementine de golpe, haciendo que él la mirara confundido.

— ¿Qué quieres decir?

— Gabe, no te conozco de mucho—Empezó a hablar riendo nerviosa.—, pero desde que te vi la primera vez en la escuela elemental, note que Kate y tú tenían una gran relación, así que, vuelvo a preguntar, ¿tu ya no la amas?

Gabe se quedó callado, Clementine, quien estaba mirando hace apenas unos segundos al horizonte, ahora intentaba encontrarse con los ojos de este, pero él estaba distraído en sus pensamientos, no podía sacárselo de la cabeza.

La duda que le había hecho la joven realmente le había llegado y estaba pensando muy a fondo en si debería reconsiderarlo.

— En fin, como dices—Comento la chica.—, tal vez eso sea lo mejor para ellos tres, pero tu no te has puesto a pensar en ti y Mariana, quizá y a ella no le guste la idea aunque intente ocultarlo, al igual que tu, en el fondo le lastima demasiado.

— Puede que tengas razón. . .

— No—Respondió.—, no puedo, tengo razón.

Gabriel río.

— Mira.—Señaló el río para después tomar una pequeña roca que había en el suelo.

La lanzo y reboto varias veces en el agua hasta caer al fondo del río.

— Esa roca me simboliza a mi—Agregó lanzando otra.— y ese otro lado del río, eres tú.

— Ah—Suspiro uniéndose al lanzar rocas.—, y ahí vas con tus cosas cursis.

— Cursi o no, ya solo quedan dos días, y tendrás que decidir pronto.—Dijo el de gorro naranja mientras seguía lanzando las piedras.

Clementine dejó de lanzarlas y se quedó un poco estática frente las palabras del chico. Era cierto, ya solo quedaban dos días para decidir lo que haría.

— Creo que debería irme. . .—Mencionó Clem levantándose de su lugar.

— ¿Ah? ¿Claro. . .?—Afirmó levantándose dudoso.

— ¡Clementine!—Escucharon gritar a una voz masculina por detrás de ellos.

Ambos voltearon de inmediato y se encontraron con Javier en su furgoneta con una expresión un tanto preocupante en su rostro.

— ¿Javi?—Pronunció Gabe.

— ¡Tienes que venir, Clem!—Exclamó abriendo la puerta delantera del asiento del copiloto.— ¡AHORA!—Agregó con mas fuerza.

— ¿Lee. . .?—Pensó la chica para después salir disparada hacia el auto.

— ¡Esperen, yo también voy!—Dijo Gabriel entrando en los asientos traseros.

El medio de transporte no tardo en arrancar, este iba a toda prisa con un silencio que era incomodo en todos los sentidos.

Clementine de repente dio un golpe con el puño cerrado a la puerta de su lado, captando la atención de sus acompañantes. Estos solo la miraron entre sorprendidos y preocupados.

— ¿Qué ha pasado?—Pregunto la chica mientras miraba por la ventanilla con el ceño fruncido.

— Es sobre el caso de hace cuatro años. . .

— ¡¿Qué?!—Exclamó la joven impactada girándose hacia el.— ¡¿Qué tiene que ver eso con lo de ahora?! ¡ESE CASO YA ESTÁ CERRADO!

— Lo saben, todos lo sabemos—Replicó Javi.—, pero me temo que han encontrado pruebas que hacen necesario un nuevo juicio.

— ¡Agh, que se jodan!—Gritó la chica exasperada cruzándose de piernas y brazos.— ¿Quieren pruebas? Yo sé las daré. Esa vieja estúpida tendrá su merecido, ya lo verá.—Refunfuño lo ultimo por lo bajo.

— Solo espero que no te vuelvas a lanzar a los guardias. . .—Bromeo Gabe con un bajo tono de voz, siendo inaudible por los de delante.

Tarde O Temprano, Los Cambios Siempre Llegan.(Gabentine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora