Capítulo 1

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Abro los ojos, estoy en mi cama, tengo mucha pereza , pero se me quita al instante al recordar que hoy es mi primer día de trabajo. Finalmente luego de cinco años de estudio muy dedicado y empeñoso, por fin voy a hacerlo de verdad. Tengo ese tipo de mariposas revoloteando o medio explotando en mi pecho. Mi vocacion: psicologia infantil. La mayoría de la gente no soporta a los niños, y yo no entiendo por qué. Sonrío. Mis primas les llaman engendros. Bah.

Mi lugar de trabajo es el centro medico Lancaster. Sonrío para mí misma y salgo de la cama. Voy corriendo a la ducha donde Stefan me espera.

- Hola mi amor - dice quitándome la ropa y ayudandome a entrar a la bañera con él.

- Hola, buen dia señor Stefan Brown. - le sonrío.

Stefan es abogado y es mi esposo desde hace poco más de un año, lo conocí en la universidad gracias a una fiesta a la que fui invitada por la facultad de Derecho y como era natural no podía perdermela. Digamos que ahi paso lo que tenia que pasar y terminamos estando juntos. Claro, mis amigas de la facultad no lo toleraban. Stefan era mayor que yo por cinco años (cuando yo estaba en mi primer año, él terminaba su carrera); y bueno era más serio que yo, pero tenia lo suyo.

- Hoy trabajas - dijo pasándome el shampoo.

- Si - le dije emocionada- ojalá no sea tan fuerte, espero que todo salga perfecto.

- Lo haras bien, eres excelente.

Me besó la frente y salió envuelto en una toalla en la cintura. Stefan no era feo, era bastante guapo con sus brazos fuertes y sus ojos color negros, pero aún , muy dentro de mí, creo que casarme fue un error, me sentía amada y Stef me daba de todo; pero yo no me sentía a mil por el. No sentia ese amor incondicional. Me sentia mal por eso, pero no podia dar marcha atrás. Niego con la cabeza y luego de estar a gusto conmigo cierro el grifo y salgo de la ducha. Cojo mi toalla y me la paso por el cuerpo secándome un poco. Luego me envuelvo en la toalla y sujeto mi cabello con una liga en un moño desenredado.

-Mi amor, tu telefono - dijo desde el cuarto.

Salgo rapido del baño y al ver la cara de Stefan ya entiendo quien es. Esto no será divertido. Lo cojo del aparador y le doy una mirada rápida a Stefan que me mira espectante.

- Hola preciosidad

- Gianella- dije suspirando- ¿que pasa?

- ¡Bastarda! ¿CÓmo te atreves a preguntarme que paso? Infeliz, A mí, ¡a mí! ¡qué mal agradecida yo que ...!

- Dime, por Dios deja de ser tan dramática.

- Hoy es mi despedida tonta .- ¡Mierda! ¡No! ¡No! Esto no le hará mucha gracia a mi querido esposito. - Sí vendrás ¿no? Vamos Angela no me digas que no. - Stefan odiará esto. Joder esto no le gustará.

- Ginn no puedo y lo sabes. Mira de verdad quisiera, pero ...

- Odio a tu esposo ,Angela ,antes eras divertida, saliamos todo el tiempo, no nos importaba nada y ahora te has vuelto...

- ¿Aburrida? - digo terminando la oración por ella, resignada y apenada.

- Te ha cambiado y yo extraño a mi mejor amiga ¿sabes? - suspiramos a la vez por el auricular.- Salir los fines de semana y bailar hasta morir, te extraño, todas te extrañamos, te has vuelto una ermitaña desde que estas con ese idiota. Pero bueno, no es una pregunta, tu irás sí o sí, mira que yo no falte a la tuya Angie.

- Yo no queria una - dije recordándoselo.

- Vaya, eso me dolió. ¡Mal agradecida! Bueno paso con las chicas a las siete por ti. Vamos a Inferno. Y antes que me digas nada, no me importa.

Mi TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora