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Pov. DUA

-Dua, ¿Puedes venir un momento? -recuerdo haber escuchado la voz de mi madre llamándome, deje mis juguetes en el suelo y fui hasta donde su voz me guiaba, realmente nunca supe como es que no me perdía en esa enorme casa o al menos así la veía yo, supongo que era normal, porque tan solo tenia cuatro años cuando todo ocurrió

-¿Qué sucede mamá? -pregunté al llegar a la habitación en la que se encontraba mamá y Lucy, la amiga de mamá; ambas estaban demasiado sonrientes

-Ven mi vida -indico mi madre y mientras más me acercaba, podía notar un pequeño bulto que tenia en brazos la señora Blair

-¿Cómo ha estado señora Blair? -pregunté al estar en frente de ella

-De maravilla, Dua -me sonrió -¿Y tú?

-Muy bien, ahora que mamá me ha comprado un perro -recuerdo que mi madre me lo había obsequiado por mi cumpleaños, mi padre casi se muere al verlo

-Me alegra escuchar eso, pero es un perro y con él no puedes jugar, ¿No te haz sentido sola? -me pregunto

-Un poco, pero mamá pasa tiempo conmigo -realmente quería a alguien con quien jugar o tan siquiera tener compañía

-Bueno, de ahora en adelante ya no tendrás que sentirte así -volteé hacia mi mamá

-¿Me compraste otro perrito? -me emocionaba mucho la idea de tener otro cachorro

-No, esto es mucho mejor -se levantó de su asiento y me cargo -te conseguí una hermana -se acercó hacia Lucy

-Pero yo no quiero hermanos -escuche una risa por parte de ambas

-Primero conocela y luego decides -señaló con su cabeza hacia abajo y lleve mi mirada hacia donde mi mamá había indicado, y puede ver que aquel bulto era nada más y nada menos que un bebé -Dua, ella es ___; es hija de Lucy -la mire y tenia la piel un poco blanca y a la vez, un poco bronceada

-Entonces no es mi hermana -mi mamá me sentó en el sillón y luego cargo a ___ para colocarla en mi regazo

-¿Podrías prometer algo? -dijo Lucy

-Claro -no tenia otra opción, mamá decía que tenía que obedecer a los adultos y siendo sincera, eso había sonado más como una orden que como una pregunta

-Prometeme que cuidarás de ella, pase lo que pase; que la trataras como si fuera tu hermana menor y no dejarás que le suceda algo -llevé mi mirada al bebé y en cuanto pose mis ojos sobre ella, sus ojos se abrieron dejándome ver un hermoso color avellana con un poco de verde

Tengo que confesar que seguramente desde ese preciso momento, sentí como si algo en mi estuviera dispuesto a dar la vida por ella, como si verla fuera la sensación más bella en esté planeta y aún más, como si ya no quisiera estar lejos de ella; aunque en realidad no lo supe en aquel momento, puesto que tan sólo era una niña que soñaba con príncipes y castillos, nunca esperé todo lo que se venía con decir dos simples palabras

-Lo prometo

Desde aquel día, todo en mi vida cambio; ella se convirtió en mi todo, como si fuera la única persona que me importara en esta vida, ___ siempre estaba conmigo en cualquier momento, ya fuera malo o bueno y yo estaba con ella de igual forma, llegué a creer que solo la miraba como una hermana, porque se supone así debía ser hasta que supe que realmente no era así como la veía.

- Dua,  ¿Sigues despierta? -escuche su vos llamándome, ella tenía ocho y yo doce años

-Sí, ¿Sucede algo? -contesté un poco confundida

ADORE #Dua Lipa y Tú#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora