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—Vamos Ai-chan, abre el baúl, abrelo...
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—¡Ai! ¡Ai despierta! ¡Tu madre está muerta! —abro los ojos de golpe encontrándome con la mirada desesperada de papá. Me levanto y, aún en pijama, corro a la habitación matrimonial de la mansión. Mamá está pálida, su cabello marrón está alborotado y sus ojos violeta están cerrados.
—¿Qué... pasó? —pregunto con un nudo en la garganta.
—Yo... yo no lo sé, hija —papá tapa su rostro con ambas manos, ocultando algunas lágrimas—... no lo sé...
Mamá sufrió un colapso nervioso cuando Yuki se fue de casa, eso sucedió hace unos meses y desde entonces no había mejorado, incluso su situación había empeorado. Mi hermano era el único que me apoyaba mientras era pequeña, Akira me odiaba y repetidas veces me golpeaba con la excusa de que yo no era su hermana, pues no éramos de la misma raza, y que Yuki, su mellizo, sólo le pertenecía a ella. Fue hace un año aproximadamente que Akira se fue a vivir a otro continente, dejando a Yuki conmigo en la mansión. Varias cosas pasaron, y mi hermano se enfadó con sigo mismo y, diciendo que era el peor hermano, desapareció de la faz de la tierra.
La ambulancia lleva a mamá al hospital, ella no ha muerto por causas naturales obviamente, ella fue apuñalada, quien sabe por qué y cuando. Las horas en la mansión se vuelven silenciosas, tanto que parece no haber nadie dentro, pese a que mi padre y yo lo estamos.
Mi relación con mis padres nunca fue la mejor, ellos no estuvieron presentes durante nuestra niñez, Christa era la que nos cuidaba como una madre, a pesar de que también tenía un hijo, menor que yo por un año. Por desgracia, hace trece años que no la veo, no sé que ha sido de su vida, ni tampoco la de su hijo. Cuando comenzaron los cambios propios de la adolescencia en todos nosotros, ellos llegaron para ponerle fin a nuestras locuras.
Estoy aburrida, triste aunque no lo demuestro, enfadada y con ganas de asesinar al que le hizo daño a mamá. Entonces, aprovechando que papá está en su estudio, reviso las pertenencias de mamá por mera curiosidad y, entre sus miles de papeles de niños del orfanato que ella administraba, encuentro un DVD con el nombre de "lo siento".
Enciendo el televisor y el reproductor y pongo el disco en el, este reprodujo enseguida una imagen en el televisor. Era mamá, sus ojos estaban llenos de brillo como siempre debió ser, llevaba su collar de mariposa y sus pendientes de corazones, bastantes simples pero realmente hermosos.
—Querida familia —habla mientras pone uno de sus típicos mechones detrás de su oreja y hace una mueca de diversión—... lo siento, este mechón es un poco molesto —ella respira profundo y mira la cámara, con una expresión de seriedad que no conocía hasta ahora—. Si están viendo esto es porque, o estoy muerta, o están revisando mis papeles sin permiso —río por lo bajo—. Bueno, este es un especie de testamento, o algo parecido —susurra mirando por el rabillo del ojo a su costado derecho, luego mira nuevamente la cámara y finge toser—. A mi hija Akira: sé que amas a Yuki, no como un hermano precisamente, y no puedo hacer mucho para cambiarlo, pero déjame decirte que ese amor es enfermizo, mucho. Te dejo mis vestidos y pendientes, sé lo mucho que te gustan, aunque quizá ahora ya estén pasados de moda —miro a otro lado, disgustada. Si ahora Akira estuviera aquí, quizá me sentiría mucho mejor, este ha sido un cambio muy rápido—. A mi hijo Yuki: no puedo creer que te hayas enamorado de tu hermana, es decir, ¡Ai es tu hermana pequeña! —mamá cierra los ojos intentando calmarse y respira profundo, yo no digo ni hago nada— En fin, a ti te dejo dos cosas: la primera, una mision; quiero que cuides a tu hermana, no, que cuides de tus hermanas, ellas, pese a que son diferentes, tienen puntos débiles y quiero que las cuides de los posibles idiotas que quieran atacarlos. Segundo; las armas de mi familia te pertenecen ahora, sé que eres un niño bueno y tus principios de justicia son los apropiados, sé que usarás las armas en una verdadera situación de emergencia —suspiro, de verdad me gustaría que los mellizos estuvieran aquí, al menos me sentiría apoyada en un momento tan difícil— Y por último, mi pequeña humana, Sumeragi Ai: no tengo mucho que darte, sólo pedirte disculpas, cuando eras pequeña y Akira te hacía daño... yo no estaba para ti como debía, Christa si lo estaba —mamá deja escapar una lágrima que enseguida seca—, ella fue tu madre, más que yo. Bueno, te dejaré un enorme peso en los hombros, y es que quiero que te hagas cargo del orfanato —abro los ojos de par en par, mamá sonríe a la cámara—. Sí, si, no eres experta en esas cosas, pero aprenderás, te lo prometo —asiento, reprimiendo un llanto—. Además, te dejaré una cosa que te ayudará muchisimo; un perfume con escencia de vampiro que está guardado en mi vestido esmeralda. Si lo usas, corres menos riesgo de que un vampiro quiera morderte, ya sabes, siendo humana eres presa fácil, pero si eres vampiro tendrás un poco de respeto por parte de mi raza —cuando creo que la grabación llega a su final, mamá rompe en llanto, como yo estoy segura que lo haré pronto—. Y para ti, Kiyoshi —miro con seriedad la pantalla; mamá ha dejado un mensaje para papá—... sé que hicimos una promesa en la Iglesia, juntos hasta el fin, ¿no? —ella seca sus lágrimas y sonríe— Sé lo difícil que fue convencer a tu familia de asistir a la boda con una vampiresa granjera, pero los convenciste, los llevaste para hacerme feliz —no puedo resistir más, dejo escapar un sollozo y unas cuántas lágrimas—. Quiero que olvides esa promesa, esa promesa que me hiciste en el lago, ¡quiero que la olvides...! No puede dejar a nuestros hijos solos, quiero que los cuides, no te suicides, no lo hagas Kiyoshi, por favor no lo hagas... eso... eso no me haría feliz... —el video se cortaal mismo tiempo que escucho un arma ser disparada.
Papá...
Corro a las escaleras, todo está en llamas, absolutamente todo. El humo comienza a volverse espeso y lo único que puedo hacer es gritar con todas mis fuerzas que necesito ayuda.
Todo se vuelve negro después de eso.
[...]
Despierto con un leve dolor de cabeza, miro a mi al rededor, este no es un lugar conocido, no estoy en un hospital, ni en mi habitación.
Recuerdo el incendio, el video, el disparo y todo se vuelve dolor en mi pecho. La puerta marrón se abre y un hombre, de cabello naranja mezclado con rojo entra, sin querer me fijo en el parche de su ojo y los lentes casi, casi invisibles.
—¿Cómo te sientes? —pregunta con tono firme, pero con un disque de preocupación.
—Un poco... aturdida —contesto, él asiente sentándose a mi lado, mirándome de manera extraña—. Disculpe, señor... ¿en dónde estoy exactamente?
—Oh, cierto —susurra—... comenzaremos con las presentaciones, ¿bien? —asiento— Mi nombre es Shin, Shin Tsukinami, ¿cuál es tu nombre?
—A-Ai Sumeragi —digo con dificultad. El rostro del hombre cambia por completo, una lágrima recorre su mejilla, pero la seca enseguida—. Disculpe, ¿se encuentra... bien?
Él asiente y dice:
—Cla-claro —intenta convencerse a sí mismo de sus palabras—. ¿Dónde están tus padres, pequeña?
Vampiros... ¡Joder! ¡El perfume! ¡Papá! ¡El video! ¡Todo se quemó! ¡Estoy muerta!
—Oye, ¿estás bien? —pregunta Shin, haciéndome estremecer— Te noto preocupada... y, tu aroma me dice mucho, ¿tus padres son vampiros igual que tu?
Intento no parecer sospechosa y asiento.
—Exacto. Digamos que mi madre murió hace unas cuántas horas y —bajo la mirada—... bueno, hubo un incendio en mi mansión y papá...
—Lo sé —susurra—, yo te rescaté.
Abro un poco los ojos
—Se lo agradezco, señor. Todo se ha quemado, ¿no? —él niega.
—Cuando te saqué de ese lugar, los bomberos hicieron su trabajo a la perfección. Obviamente la mansión no es exactamente como antes, pero muchas cosas han sobrevivido a las llamas —asiento con la cabeza, un poco más aliviada—, menos el cuerpo de tu padre, fue en donde él estaba que las llamas nacieron.
—Oh —susurro—... eso es...
—¿Te puedo llamar "Ai-chan"? —miro a Shin con una ceja alzada, pero termino accediendo.
—Le agradezco su ayuda, señor. Pero me gustaría... volver a la man- —no estoy segura de como pasó, pero Shin ha unido sus labios con los míos en un beso, un beso corto, pero lleno de deseo, y tristeza.
—Lo siento —susurra cuando se aleja, yo no reacciono. Ese fue mi primer beso, y me lo ha dado alguien que no conozco, así, casual—... yo... me dejé llevar... eres tan parecida a ella...
—¿Ella? —Shin asiente mirando un punto ciego— Bueno, no importa señor, siempre y cuando no vuelva a ocurrir algo como esto.
—Vale, Ai-chan.
—¿Sería tan amable de llevarme de vuelta a la mansión? —Shin me mira, como si su vida dependiera de ello— Tengo un familiar no tan familiar que me puede ayudar y probablemente esté ahí ahora mismo.
[♡]
¡Capítulo editado!
Pero qué Pro se ve ese corazón ahí eh...
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Invitada Y No Asesinada《Diabolik Lovers》
FanfictionMi hermana se fue a otro continente, mi hermano abandonó la mansión, mamá sufrió un colapso nervioso y poco después murió apuñalada, papá se suicidó el mismo día, la mansión se incendió y casi muero dentro, Shin me salvó, Tougo me llevó con sus seis...