XXIII

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Las fan's de los Sakamaki no me agradan. Me pregunto cómo logró Yui sobrevivir a ellas. Me da asco ver como Laito las saluda y les dedica miradas llenas de lujuria vacía, Kanato sonrisas escalofriantes y Reiji frialdad. Ah, Reiji... Debe de  tener un corazón de piedra.

—¿No te agradan la fans? —pregunto cuando él ya ha logrado salir, Reiji suspira y acomoda sus lentes, esperando que los demás escapen de la multitud.

—No —responde cortante, yo asiento y veo como Shu, sorpresivamente, tiene los ojos abiertos—. ¿Por qué?

—¿Qué? —pregunto confusa.

—¿Por qué viniste? ¿Por qué dormiste con Shu? ¿Por qué Kanato estaba en tu habitación? ¿Por qué quieres conocer la granja de Yuma?

—¿Por qué eres tan frío? ¿Por qué no te agrada Kite? ¿Por qué no admites que cocino mejor que tú? ¿Por qué no haces yaoi con Shu de una puta vez?

Hala... Creo que me he pasado.

El rostro de Reiji es épico. No puedo describirlo, pero da miedo y gracia a la vez. Antes de que lograra articular una palabra, los trillizos llegaron junto a Subaru y Shu.

—Ai —murmuro Reiji molesto, yo sonreí.

La he cagado, y vaya que lo he hecho bien.

Paso olímpicamente de todos en el pasillo y me dedico a caminar al aula e ignorar todo, incluido Yahiro. No por ser... Él le prestaré más atención.

[...]

—Yo y mi estúpida bocota —murmuro mirando las estrellas desde la azotea.

Me gusta este lugar, es tranquilo, despejado, alto y con una hermosa vista. ¿Qué podría ser mejor que eso?

—Una señorita no dice cosas como esa —pongo los ojos en blanco, pero decido ignorar todo lo que diga Reiji—. ¿Eres fujoshi?

—¿Eres suke?

Esa pregunta salió de mi boca sin siquiera avisar.

—No soy homosexual, me gustan las mujeres —aclara Reiji quedando a mi lado, igual mirando el panorama—. ¿Realmente crees que eres mejor que yo cocinando?

—Mis galletas son la pasta —río por lo bajo, pero como era de esperar, a Reiji no le hizo gracia.

—En ese caso deberíamos hacer una competencia.

—Nah, tengo que cuidar de Shin.

—Ni siquiera te importa, mírate, hablando como si no existiera. Realmente eres extraña.

Me encojo de hombros mentalmente y una brisa mueve mi cabello con suavidad. No, no soy rara, soy una bruja. ¿Pero por qué dice eso?

—¿Todo va bien?

—Todo va de maravilla.

[...]

—Ai, déjame dormir de una puta vez, ¿quieres? —gruñe Subaru, yo suspiro, pero no dejo de pasar la rosa por sus labios con delicadeza.

—Kanato-san me dijo que Shin está gritando —susurro, él abre un ojo pero enseguida vuelve a cerrarlo.

—¿Y?

—Y necesito verle —murmuro, Subaru suelta un bufido y abre ambos ojos. Son verdaderamente hermosos.

—Qué triste —dice con una sonrisa, antes de obligarme a recostarme sobre el césped y mirarle a los ojos.

—Pues sí —suspiro—. Subaru, ¿por qué razón, motivo o circunstancia odian a Shin?

—¿Te gusta o qué? —arrugo la nariz y niego, ¿cuántas veces lo he repetido ya?

—Subaru —susurro tocando su cabello blanco—... Tu madre te amaba.

Un momento de tensión se hizo entre nosotros. Estoy nerviosa, y mucho. Llevo poco tiempo con él, pero sé que en cualquier momento estalla y las murallas sufren por ello. Aunque probablemente, sea yo ésta vez.

—Yo también la amaba, pero la asesine.

Esto era lo que ocultabas, Sakamaki Subaru.

—¿Tonto no? Amaba a mi madre y la asesine, soy un ejemplo de hijo a seguir.

—Ella te ama a pesar de eso.

—Ella está muerta.

—¿Y quién dice que los muertos no quieren?

—¿Te estás escuchando? Ai, los muertos están muertos, enterrados y sin la capacidad de sentir o pensar. Ella murió y no siente nada, fin.

—¿Quién asegura que sea el fin? —pregunto, haciendo que él abra los ojos con sorpresa— No soy quién para decir qué, pero, ¿y si hay algo más allá de la muerte? Los vampiros somos de esa parte de la creación, es posible que tengamos un especie de trance entre la vida y la muerte. ¿Y si nos quedaramos ahí? Quizá veríamos el mundo sin poder decir nada. ¿Y si tu madre está ahí y quiere hablar contigo, igual que Yui? ¿Y si consigue un cuerpo para ese propósito?

—Estás loca como una cabra —río por lo bajo y acaricio la cabeza de Subaru, él cierra los ojos y noto si respiración calmada.

—Eres todo un gatito —murmuro—. Oye gatito, ¿me llevas a ver a Shin?

—No —responde abrazandome, yo me tenso. ¿Qué demonios está pasando?—. Hueles a mamá.
—Y tu a chocolate.

[...]

Es tarde, casi de noche. He pasado aquí toda la tarde, siendo abrazada por un gato dormilón que no me suelta ni siquiera por un temblor. Tengo hambre, ganas de ir al baño y mucha calor. Aunque haga frío, yo tengo calor.

—Subaru...

—No, y te callas.

—Pero si no te he dicho nada —bufo, él esboza una sonrisa al mismo tiempo que Reiji aparece.

—Ustedes —dice señalandonos a ambos—, la cena está lista.

—Tsk —Reiji desaparece y Subaru por fin me deja libre de su agarre—... Reiji siempre me jode en mis momentos de gloria —río por lo bajo y me pongo de pie, él me imita y por costumbre más que por necesidad limpiamos nuestras ropas, quitandonos algo de pasto corto y verde—. Ai, ¿me prometes algo?

—Depende —digo encogiendome de hombros.

—¿Me prometes que cuando tengas hambre, acudaras a mí y sólo a mí?

Ah Subaru... Si supieras que no tengo colmillos...

—¿Me prometes algo tú? —le digo sin responder, él asiente— Dejarás de sentirte culpable por lo de Christa. Era una buena mujer, y sé que te adora. Puede que suene loco, pero te siento como un hermano pequeño que debo proteger, y saber que sufres y te culpas por algo así me duele en el alma. No soy adivina ni nada, pero aprendí a diferenciar los buenos corazones de corazones podridos en un orfanato. Me alegro de decir que tú eres del primer ti-

Sin dejarme terminar, Subaru me abraza con fuerza. Sonrío y acaricio su cabello, es un como un niño ahora mismo.

—Lo prometo —dice, yo sonrío ampliamente y seguramente luego me dolerá el rostro por tonta, pero ya qué—. ¿Lo prometes tú también?

—Lo prometo.

-.-.-

Faltas D:

Estúpido y sensual Subaru >:v

Invitada Y No Asesinada《Diabolik Lovers》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora