Invitada Y No Asesinada《Diabolik Lovers》

XIX

-¡¿Por qué yo?! -se queja Hayato, yo sonrío.

-¡Nadie te quiere! -grito.

-¡Tu me amas! -exclama él, yo bufo.

-¡Sí, claro! -río por lo bajo.

Parecemos idiotas.

SON idiotas. No sobrevirán ni un segundo peleando contra Shin, y ni siquiera planearon algo.

Tú calla.

Soy tu consciencia, no puedo callarme, no si tú no quieres.

Sólo cállate.

Corro como idiota, creo que Shin planea atacar desde los árboles o algo parecido.

Bien, si yo soy una bruja (y posiblemente lo soy), debería ser capaz de crear algo que me lleve hasta esa altura, ¿verdad?

Bien... ¿Y cómo hago eso? ¿Invoco a Satán o qué?

Estás muy tranquila, considerando que podrías morir ahora mismo.

¿Y de qué sirve estar nerviosa? ¡Vamos! Ésta podría ser mi primera y última batalla, tengo que disfrutar, ¿no crees?

Buen punto.

-¡Ai! ¡Nosotros te cubriremos, intenta hacer un monstruo o que sé yo! -grita Kathia decidida, yo asiento y comienzo a bajar el ritmo.

Cuando quedo completamente atrás, me doy cuenta que todos los que Yui mencionó están peleando. Sonrío y miro de reojo a Kite, quien no ha dejado de dar pequeños saltitos.

-Tranquilo, ellos pueden contra Shin -murmuro, Kite niega.

-No me preocupa eso Ai. Sé que pueden luchar contra él, aunque dudo que salgan con vida. Lo que me preocupa es que esa cosa de atrás que creaste quiera atacarnos a nosotros en vez de al enemigo.

Me giro lentamente, y me encuentro con... ¿Cómo explicarlo? Una especie de rana gigante de color celeste. Hago una mueca y me subo en ella, parece inofensiva.

-¿Cómo la manejo? -pregunto nerviosa, Kite suspira y queda quieto por unos segundos.

-Piensa en algo bonito -responde antes de desaparecer. Yo abro los ojos de par en par, ¡¿es una broma?!

¡¿Cómo quiere que piense en algo bonito?! Bueno, no creo que ese sea el problema, creo que el problema es... ¿Qué es algo bonito para mí?

Los arreglos florales que hacía Christa en casa eran hermosos. Parecían tener vida propia, y aún más cuando yo tocaba el piano. Era como si cada flor dejara a la vista sus destellos claros y cálidos, como Christa.

Suspiro, extraño esos arreglos...

-¡Te dije que pensaras en cosas bonitas! -grita Kite, yo lo miro confundida y él señala a Shin.

Creo que me he pasado...

-¡Baja de esa cosa antes de que nos mates a nosotros también! -grita Shu. ¡Vaya! Nunca creí que podría verlo tan preocupado.

Suspiro y bajo de mi rana, que no demora nada en desaparecer. Trago saliva y me acerco a todos los chicos, que tienen la mirada fija en mí, y en la especie de cadáver frente a ellos.

-Dime la verdad Ai, ¿qué pensaste?

-¿"Ai"? ¿Qué no era "Ai Ai"? -pregunto confundida, Kite suspira.

-Esto es algo serio. Si prefieres puedoo llamarte Sumeragi.

-No -gruño. Me detengo al llegar a Shin. Se ve tan indefenso, y sin duda herido-. Por favor díganme que yo no golpeé así a Shin -murmuro con un hilo de voz.