Invitada Y No Asesinada《Diabolik Lovers》

XV

El ambiente es tenso, creo que a nadie le ha gustado verme llorar y abrazar tan fuerte a Yahiro. Lo cierto es, que cuando le siento cerca me siento segura. Es casi la misma sensación que tengo cuando Kite está cerca. Es como si él me cuidara.

Suena tonto, pues le conozco muy poco, y para ser sincera, la primera impresión que tuve de él fue pésima. Kathia también tiene algo especial que me envuelve cuando se encuentra cerca, es algo cálido, como si fuera parte de mi familia.

Eso me recuerda tanto a Christa... Ella siempre estuvo cerca, y era tan feliz cuando la veía sonreír al tocar alguna melodía inventada. Me sentía completa y llena de energía, mi corazón se sentía lleno de gozo y de una extraña, pero muy agradable, calidez. Una que junto a mamá lograba tener sólo de vez en cuando. Una que...

Una extraño tanto como a mis padres.

Sigo llorando, y al tener recuerdos felices con mis padres quiero gritar. Me siento vacía, estoy completamente sola. Ni mi hermano, ni mi tutora, ni mi padre ni mi madre están con migo. Me duele, me duele estar sola en mi mundo. Tengo miedo de no poder seguir adelante sin ellos. Tengo miedo de no poder contra lo que se viene más adelante. Tengo tanto miedo...

—Tengo miedo de querer y volver a sufrir —murmuro entre sollozos.

Eso es. Temo que al querer a alguien, vuelva a sufrir. Es como tener una mascota. Esas horas junto a ella que pronto se vuelven importantes, te atacan en el momento que esa mascota ya no está junto a ti.

Al principio creí que Shin había hecho algo en mi para no sentir dolor, pero él me aclaró que sólo disminuyó el poco dolor que sentía. ¿Entonces por qué me duele tanto ahora? ¿Por qué quiero gritarle al mundo que me siento sola?

¿Por qué me siento sola?

Los Sakamaki y Yahiro están aquí con migo. Los primeros se convertirán pronto en parte cotidiana de mi vida, pero sigo sintiéndome vacía. ¿Será porque aún no les veo como mi familia? ¿Cuánto demoraré en hacerlo? Ellos... Ellos son casi completos desconocidos, quizá por eso me siento vacía a pesar de tenerles tan cerca y pasa momentos divertidos con ellos.

Yahiro es casi un misterio del cosmos. No le conozco para nada, con suerte sé que vivió con Kathia, y siqueira él me lo dijo. Él si es un desconocido, un desconocido con el que me siento protegida, y con el que me siento feliz de hacer tonterías. ¿Por qué no me puedo sentir completa al estar con él? ¿Por qué?

—Ai —susurra Yahiro inquieto, pero yo no me separo de él. Sigo llorando, y aprieto su cuerpo aún más—... Ai...

Hago oídos sordos a todo lo que él y los demás dicen. Cierro los ojos con fuerza, porque temo que al abrirlos encuentre la mirada de compasión de los demás y una mar de mis propias lágrimas. Esa idea me hace sentir tan débil, tan fácil de quebrar... Creía que era fuerte, y no lo soy. Nunca lo fui. Sigo siendo débil.

Sigo siendo humana.

Por eso Akira me odiaba tanto. Mi raza es inferior a la de ella en todo sentido. Quizá al hacerme sufrir cuando era pequeña ella pretendía hacerme ver cuán débil era, pero no lo logró, porque yo nunca le mostré a ella lo rota y triste que estaba. Nunca le enseñé el sufrimiento que había causado.

—Soy un maldita imbécil...

Si tan sólo pudiera arreglar esto... Si tan sólo pudiera cambiar...

—No eres una imbécil —dice Yahiro con la voz rota. ¿Cuándo ha comenzado a llorar?

—Claro que lo soy —digo un poco mas fuerte que las anteriores veces—. Mírame, estoy llorando como si el mundo se fuera a acabar. Estoy llorando frente a un montón de desconocidos...