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CAPÍTULO 1

"Un Rostro Desconocido"

—Ya me voy, madre.

—Adiós, cuídate.

—Adiós.

Skyler se despedía para ir a su universidad, era mitad de año ya. Estudiaba diseño gráfico, desde pequeña ya tenía idea de su futuro y ahora lo estaba viviendo.

Fue a la parada del transporte-que quedaba frente a su casa-tomó su student card (una tarjeta que otorgaba la universidad para que aquellos que vivieran lejos no pagasen tanto el boleto del transporte) y esperó a que llegara.

Mientras esperaba tomó su celular, tecleó en donde decía "activar datos" y entró a WONDERLAND, una red social en donde podías ver y publicar fotos, Skyler le agradaba más la primera opción. Buscaba cómo poder decorar su siguiente chaqueta de jean.

Escuchó las llantas del transporte al doblar la manzana, eso significaba que estaba cerca, se levantó y tomó un segundo a que llegase. Se subió y se sentó en uno de los primeros asientos.

Yoongi.

—Yoongi, despierta.—su hermana de siete años lo movía.

¿Qué pasa Min Ah?

—Llegamos a Olympia¹.

Yoongi abrió sus ojos para ver una casa de dos pisos amarilla y con toques blancos, para nada pequeña, para nada sucia. No como hace doce años.

Se habían mudado porque a su padre lo habían ascendido en su trabajo, era la segunda vez en el año que lo hacían.

—¿Te gusta Min Ah?—preguntó su madre desde el asiento delantero del auto.

—Es bonita.—sonrió la niña.

—Espera a ver tu cuarto, Yoongi.

—Es lo mismo de siempre, mamá.—dijo frío y seco como siempre.

—Vamos, será divertido.—Min Ah chocó su brazo con el de él.

Yoongi tomó su cámara profesional y bajaron del auto para apreciar más de frente la nueva casa.

Su padre bajó y se puso al lado de su madre, llevando su brazo a sus hombros.

—Será un nuevo comienzo.—sonrió victorioso.

Demonios.

—Bien chicos, la mudanza no debe tardar. Pasen y vean sus cuartos, cada uno tiene su nombre.—dijo su padre como si se tratara de un campamento.

Yoongi entró a la casa y no sintió emoción alguna, básicamente se sentía acostumbrado a eso. Subió las escaleras y entró al cuarto que tenía su nombre.

Lo de siempre, un armario y espacio vacío. Solo había una cosa que no era normal, un gran ventanal, pero lo que más le gustó era que había una terraza.

Abrió dicha ventana y salió, la vista era una cancha de rugby. Sonrió al pensar en las fotos que sacaría en aquel lugar.

—¡Yoongi, ven!—gritaba su madre.

Se dio la media vuelta, frunció el ceño. En la casa de al lado había un balcón pequeño de color verde, muy cerca de la terraza, lo único que entraba en el diminuto espacio era una mesita de sala y una silla. En medio de estas dos había un jarrón.

Skyler.

La dulce Skyler estaba en recreo sola, siempre sola. No tuvo amigas desde que empezó la universidad y aunque quiera una, no la tendría. Todas las chicas de ahí eran tan diferente a ella.

𝐹𝑟𝑒𝑎𝑘𝑦 𝑡𝑤𝑜 ; M.YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora