Aleación [SANGRE & ACERO #3]

Capítulo 30 - La verdad sobre Hunter Walker.

Agarré mis piernas con más fuerza mientras observaba el maldito sobre en el centro de la cama. Mi mente estaba hecha un desastre. Una parte de mi no quería creer esas líneas, otra parte de mi sabía que algo iba mal desde hace tiempo, simplemente la había ignorado, desde el primer día hasta el último, cuando finalmente me han lanzado las pruebas a la cara.

Miré la hora, las 7:43AM, el Sol comenzaba a iluminar la habitación y los pájaros comenzaban a cantar al son del viento. Pero imposible fijarme en esos pequeños detalles.

La simple presencia de esa información en mi habitación me hacía sentir realmente incómoda, así que me levanté, rodeando la cama y salí de mi habitación lo más rápido que pude, llegando hasta los sorprendentemente vacíos pasillos.

Avancé unos pasos, hasta que la puerta entreabierta de la habitación de Xavier despertó mi curiosidad. Abrí la puerta un poco más y entré lentamente, observando el interior de la misma. El chico que rescatamos se encontraba en el extremo, mirando por la ventana despreocupadamente.

Cerré la puerta, ganándome su atención, sus ojos verdes se encontraron con los míos al instante.

- ¿Puedo pasar? - Pregunté, aunque técnicamente ya estaba dentro

Me miró fijamente por unos segundos y acabó asintiendo.

Caminé por la habitación lentamente, admirando cada detalle de la aún intacta habitación de Xav.

Llegué hasta un pequeño sillón en frente de la ventana y me senté a una distancia prudente, observándo la ventana junto a él.

- Las vistas son maravillosas. - Comenté. - ¿Verdad?

Asintió lentamente, aunque sus ojos miraban hacia el horizonte, su mirada esaba tan perdida como su felicidad.

- ¿Como te encuentras?

- Llevo desde que me sacaron de esa casa sin encontrarme. - Murmuró.

- Sé que es duro.

- No, no tienes ni idea. - Subió el tono de voz.

Agaché la cabeza y suspiré.

- Mis padres también están muertos. - Le hice saber, su rostro se suavizó de nuevo. - Sólo me queda mi hermano.

- No me queda nadie. No tengo razones para seguir aquí, no tengo razones para seguir con vida.

- Siempre hay razones para seguir con vida. - Le aclaré. - Sólo tienes que encontrarlas.

- ¿Cuales són tus razones para vivir? - Preguntó.

Buena pregunta.

- Mis seres queridos. Toda esa gente que me necesita.

- Toda la gente que me necesitaba está muerta.

- Piensa entonces en la gente que te necesitará. Encuentra tu sitio, encuentra tu destino.

Dirigió su mirada hacia el suelo por unos segundos.

- ¿Serías capaz de morir por salvar a los tuyos?

- Moriría mil veces para mantener a la gente que quiero a salvo.

Una pequeña risa sarcástica salió de su boca.

- Yo ni siquiera tuve la oportunidad de hacerlo. - Comenzó a explicar. - Discutí con mi madre y salí de casa, huí cómo un cobarde en vez de afrontar los problemas con madurez de una maldita vez. Cuando volví me estaban esperando, ya era demasiado tarde para todos.

Coloqué mi mano en su pierna.

- No es culpa tuya, hubiera pasado igualmente si hubieses estado en casa.