Mis ojos se encontraban fijos en él, admirando cada uno de sus gestos como si fueran algo divino. Mi cabeza se encontraba inmersa en un mundo paralelo, un paraíso creado por mi misma en el que no existía nada excepto él, sólo él, junto con una luz cegadora alumbrando su inigualable carisma. Siempre pensé que Ryan era cómo un huracán, te atrapaba y no había manera de escapar de él, sólo podías quedarte dentro, en el ojo del huracán, dónde todo era paz y armonía, pero nunca escapar.
Todos lo rodeaban, le preguntaban cualquier tontería con tal de entablar conversación con él, pues todos estábamos emocionados al tenerlo de vuelta.
Yo simplemente observaba a una distancia prudente la feliz escena, intentando distinguir quien estaba más emocionado con la situación, si nosotros o él mismo.
A su rostro había vuelto esa radiante sonrisa, esa seguridad en él mismo que parecía haber perdido y esa manera tan inusual de iluminar toda la habiación con una simple risa. El Ryan taciturno y confuso había desaparecido, y el chico castaño de ojos azules había vuelto, tal y como lo recordábamos.
Entre risa y risa, su mirada se encontró con la mía. Una sonrisa surgió de mis labios al instante, y no pude hacer otra cosa que observarlo, totalmente en silencio.
El murmullo a nuestro alrededor cesó, y la voz de Anna interrumpió nuestro duelo de miradas.
- Creo que algunas personas necesitan un tiempo a solas. - Murmuró con una risilla. - Subid arriba, nosotros nos ocuparemos de este desperdicio.
Todos asintieron y se pusieron manos a la obra al instante.
Observé por unos segundos como disimulaban limpiar mientras que Ryan se posicionaba junto a mi, tendiéndome la mano.
La tomé y subimos juntos hasta nuestra habitación, entramos y cerramos la puerta.
Su cuerpo avanzó sobre la cama, dejándose caer al instante.
Me quedé de pié junto a la pared durante unos segundos, sin saber muy bien que hacer, hasta que sus ojos se fijaron en los míos, confusos.
- ¿A que esperas? - Preguntó echándose a un lado y dándo pequeños golpecitos en la cama.
Sonreí y avancé hasta la misma, tumbándome sobre la misma con mi cabeza en el respaldo, justo a su lado.
El silencio se apoderó de la habitación justo después.
- No sé ni por dónde empezar. - Rompió el hielo segundos después, acompañado de una risa nerviosa.
- Un ''perdona por tratarte como una hermana mientras me tiraba a otra'' está bien. - Contesté.
- Sólo si tu respondes un ''Y perdón por tratarte como la mierda, ignorarte, no contarte nada y tirarme a un vampiro esquizofrénico.''
Lo miré mal mientras sus ojos inocentes se fijaban en los míos, arrepintiéndose al instante de sus palabras.
Por alguna razón, su mirada de corderito degollado me hizo gracia, así que simplemente reí mientras negaba.
- ¿Que te hace tanta gracia? - Preguntó mientras se le contagiaba mi risa.
- La situación en general es bastante cómica.
- Chico recupera la memoria después de perderla y creerse que su novia es su hermana durante meses, ambos se encuentran en una habitación sin saber cómo empezar una conversación normal y corriente. - Dijo con gracia como si fuera un presentador de las notícias.
- Vaya drama, nuestra historia da para escribir un libro. - Aseguré.
- Una trilogía. - Corrigió.
ESTÁS LEYENDO
Aleación [SANGRE & ACERO #3]
VampirTercera y última parte de la trilogía Sangre & Acero. Los libros anteriores en mi perfil.