Capítulo 41 - Sangre para el acero

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POV SOPHIE

Mi cabeza se encontraba contra la pared y mis ojos cerrados, ni siquiera me quedaban fuerza para abrirlos. En ese momento no sabía que era peor, si el hambre, el maldito foco o el olor a descomposición que comenzaba a emanar el cuerpo de Markell. Estaba reservando toda la energía que pudiera, haciendo lo mínimo, si quería sobrevivir tenía que salir de ahí. No sobreviviría otro día, eso estaba claro, así que o me rescataban o encontraba la manera de salir por mi misma.

Notaba mi cuerpo mucho más delgado de lo normal, hasta el punto que estaba pensando a creer que me estaba descomponiendo yo también, pero no debía abrir los ojos, debía ahorrar fuerzas.

Ahora lo entendía todo, se hacía llamar Eva, dejando claro su conexión con Adams, cuyo nombre se asimilaba a Adán. Al final el bastardo sí que estaba muerto.

No me sorprendía que Adams tuviera una hija, al fin y al cabo las cucarachas siempre dejan crías.

Escuché la voz de los guardias hablar fuera de la celda.

- ¿Crees que está muerta? - Le preguntó uno a otro.

- Muerta ya estaba antes de llegar aquí imbécil.

- Ya me has entendido.

- Lleva sin moverse casi un día, el foco la ha dejado más seca que un trozo de pan.

- ¿Deberíamos sacarla ya de aquí y llevársela a Eva?

- Nunca te fíes de un vampiro, John.

- Vamos, está muerta, tú vigila por si acaso.

Escuché la celda abrirse, y unos pasos acercarse a mi.

- Su amigo sí que está muerto, que puto asco. - Murmuró.

Noté unas manos en mi hombro, y cómo me levantó hacia arriba. Justo entonces, abrí los ojos.

- ¡John! - Gritó su compañero al verme. Pero no le sirvió de nada.

Utilicé todas mis fuerzas restantes para clavar mis dientes en su cuello, y sentí cómo la sangre pasaba de su cuerpo al mío, mientras el otro sacaba su arma.

Con mi nueva energía recién adquirida agaché el cuerpo por encima de mi, provocando que él se llevara todos los balazos que su amigo disparaba.

Cuando tuve suficientes fuerzas eché su cuerpo a un lado y corrí hacia el otro, con un rápido movimiento corté su cuello, y la sangre salió a presión empapándome por completa, de pies a cabeza.

Sentí la sangre fluir por mi pelo, mi cara, mi ropa hasta mis pies. Con mi lengua recogí la que reposaba en mis labios y después succioné del corte del hombre.

- ¡Por aquí! - He oído disparos. - Escuché a gente acercándose por el pasillo.

Con la pistola del cadáver disparé al foco, apagándolo de una vez por todas.

Salté al techo y clavé mis dedos en el mismo, quedándome justo en la entrada, con una vista aérea de la puerta.

Escuché más pasos acercándose, cada vez más despacio.

- ¿Que coño ha pasado aquí? - Exclamó uno de ellos mientras observaba la escena, asustado.

Me dejé caer del techo, cayéndo justo encima de él, con mis piés en sus hombros, coloqué mis manos en su cabeza, rompiéndole el cuello con un simple movimiento.

- ¡Se ha escapado! - Gritó el que iba justo detrás de mi.

Me adelanté a sus movimientos y salté hacia él, deslizándome por el suelo. Clavé mis manos en su estómago y tiré hacia arriba, prácticamente abriéndolo en canal. Su sangre me bañó una vez más.

Aleación [SANGRE & ACERO #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora