Aleación [SANGRE & ACERO #3]

Capítulo 4 - Reencuentros.

- ¿¡Estás de broma?! - Exclamó Luke mientras me miraba sorprendido.

Negué con la cabeza y desvié la mirada, observando el bonito salón de su casa.

- ¿Te liaste con Ryan Price?

Asentí, pidiéndole que bajara la voz con la mano.

- ¿Que? Sophie vivo solo, no nos va a escuchar nadie. - Rió ante mi acción.

Si tu supieras ...

Ya había pasado casi una semana, en la cual me había dedicado casi en su totalidad en preparar las cosas para la universidad y en recuperar mi confianza con Luke, y en ambas iba bastante bien.

Decidí explicarle las cosas a Luke, desahogarme con él, aunque claro evitando ciertos detalles. No quería meterlo en este mundo, no aún, no sin que él quiera.

- Déjame recapitular ... Te liaste con Ryan, os fuisteis a vivir juntos, después te mudaste con ellos después del accidente ... ¿y ahora actúa como si no te conociera?

Asentí lentamente definitivamente sonaba de lo más surrealista.

- Siempre he pensado que los Price eran raros pero eso .. es todo un nuevo nivel de rareza.

Le lancé un boli que estaba por allí tirado, provocando risas por su parte.

- Perdón por meterme con tus nuevos hermanos. - Bromeó.

- Pensaba que con el tiempo ibas a dejar de ser tan gilipollas, me he equivocado claramente. - Sonreí satisfactoriamente mientras que él se hacía el ofendido.

- ¿Tu hermano sigue desaparecido?

Llevé la vista al suelo. En cuanto a Aiden, le había dicho que seguía en su pequeño viaje de enamorados, y que no respondía las llamadas. Me dolía mentirle tanto, pero no había otra manera, no aún.

- Sí, aunque no creo que tarde mucho en volver. - Dije despreocupadamente.

- No pareces preocupada.

- No lo estoy.

Levantó las manos, rindiéndose.

- Creo que te olvidas de lo bien que te conozco. Cada vez que mientes pestañeas dos veces y bajas la mirada al suelo, para después volver a subirla y sonreír, y lo haces cada vez que dices una frase. - Dijo bajando el tono de voz. - Llevamos mucho tiempo sin vernos, no voy a exigirte que recuperes toda la confianza conmigo en apenas unos días, pero quiero que sepas que soy yo, soy el mismo, y siempre voy a apoyarte en todo.

Suspiré y dirigí la mirada hacia sus ojos por unos segundos.

- Gracias. - Me limité a decir.

- Y bueno .. tengo helado. - Cambió de tema. - De vainilla. - Continuó.

- Es mi favorito. - Aseguré con una sonrisa.

- ¿Te crees que no lo se?

Desapareció hacia la cocina con paso decidido, y aproveché para mirar mi teléfono.

Un mensaje de Jayce asaltó la pantalla.

"Estamos listos." De hace 30 minutos.

Mierda, me iba a matar.

Me levanté rápidamente del sofá y cogí mis cosas.

- ¿Recuerdas cuando solíamos comer de esto durante toda la noche mientras veíamos ... ? - Paró en cuanto me vió recoger. - ¿Te vas?

- Lo siento, de verdad, no me acordaba que tenía que hacer unas cosas y me van a matar. - Murmuré corriendo a coger mi abrigo.

- No te preocupes hay días de sobra. - Sonrió mientras dejaba el helado sobre la mesa. - Venga desastre que te acompaño a la puerta.