Capítulo III

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Al ver a su nuevo amigo aparecer entre la multitud, Kakyoin sintió un gran alivio. Pensó que le había sucedido algo, después de todo no conocía a nadie más que a él en aquel lugar, realmente se preocupó.

—¡Jonathan! ¿dónde estabas? ¿te encuentras bien? —notó que su ropa estaba algo desarreglada al igual que su cabello.

Jonathan se afirmó de Kakyoin medio tambaleando por lo sucedido, además de su obvia desorientación producto del alcohol.

—S-Sí ¿Podemos irnos?— apretó su agarre en los hombros de pelirrojo.

Kakyoin vio la mirada cabizbaja del más alto. No comprendía muy bien, pero pensó que quizá la velada no había sido del todo agradable para Jonathan y que sólo quería irse de ahí.
Lo ayudó a caminar de vuelta a su habitación, y durante todo el camino Jonathan no dijo palabra alguna.
Una vez llegaron al cuarto de ambos, Kakyoin decidió preguntarle sin más. Quería saber si algo malo había pasado en realidad.

—¿Sucedió algo, Jonathan? Te ves pálido.

Jonathan recordó lo sucedido entre leves distorsiones y mareos tanto en su mente como en estómago.

—Creo... q-que no debí venir —se cubrió el rostro avergonzado— soy el peor... —comenzaba a sentirse angustiado— el peor amigo... el peor novio...

Kakyoin lo observaba preocupado, no entendía a que se refería, pero intuyó que su estado anímico podía ser efecto del alcohol. Se notaba que había bebido bastante ya que su aliento expelía ese olor característico de las bebidas alcoholizadas.

—Ya.. tranquilo —el menor intentaba sobar su espalda y darle ánimos —quizá deberías dormirte. Ya mañana será otro día y te sentirás mejor, ¿sí?

El pelirrojo no quería presionarlo a contarle lo que había pasado en realidad, así que pensó que lo mejor sería dejarlo descansar y si ya se sentía mejor al día siguiente podría hablar con él de manera más fluida. Por el momento, era bueno que ambos se fueran a dormir. 

(...)

Eran las 12:45 p.m del día sábado. La alarma no había sonado, y para sorpresa de Jonathan, ni siquiera se inmutó. Estaba demasiado cansado para siquiera recordar algo de la noche anterior.
Sintió que era movido por alguien, así que abrió los ojos lentamente.

—¿K-Kakyoin? —preguntó algo confundido —¿qué hora es? —trató de incorporarse en la cama, pero sintió un asco tremendo.

Será... esto es... ¿jaqueca? pensaba el peliazul tocando su cabeza, sin entender por qué se sentía así. Tampoco recordaba lo ocurrido la noche anterior, su cuerpo le pesaba mucho... ¿Qué había pasado?

—¿No que eras experto en fiestas? —preguntó el pelirrojo a través de una sonrisa, al tiempo que le acercaba una taza de café bien cargado que había preparado para él —¿te sientes bien?

—Me duele mucho la cabeza... —confesó el más alto.

—Bueno, eso se llama resaca. Sucede cuando bebes demasiado —el de ojos violeta ayudó a Jonathan a acomodarse en la cama para poder recibir el café y beberlo —bébelo todo, te hará bien. 

De alguna manera, al peliazul le temblaron las manos al tomar el café que su amigo le ofrecía. El calor de la taza... le recordaba algo... ¿pero qué podía ser?

—Gracias Kakyoin— respondió y enseguida comenzó a sorber el contenido de la taza.

—Te ves mucho mejor que ayer, eso me alegra mucho— comentó sonriente Kakyoin —iré a preparar algo para que comas, ¿qué deseas?

Cuestión de Orgullo (JJBA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora