Capítulo XXVII

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Al día siguiente, Dio despertó primero que Jonathan, y sonrió de inmediato al tenerlo a su lado... estaba sumamente feliz. Besó los labios del contrario repetidas veces para despertarlo, consiguiéndolo luego de unos minutos.

—¿Huh? —murmuró el peliazul al sentir aquellos besos. Luego abrió lentamente los ojos, topándose con el bello rostro de Dio —buenos días... —sonrió a medida que se acurrucaba en el pecho del rubio.

—Buenos días, Jojo —besó su frente —¿has dormido bien?

  —Muy bien, ¿y tú?  —sonrió levemente.

—Como no voy a dormir bien teniéndote a mi lado —dijo el rubio e hizo que sus narices chocaran.

—Eres un meloso... Dio —comentó entre risas Jonathan, besando los labios de su amado.

—Tu me haces ser así —confesó el mencionado —además... tu también lo eres. 

—Si te molesta no lo soy más —ofreció el contrario.

—Claro que no, me encanta —Dio abrazó nuevamente al ojiazul—me encanta todo de ti, sobre todo verte tan apasionado —dijo recordando la noche que habían pasado juntos. Sonrió, esperando a que Jonathan se sonrojara ante lo que dijo. Y así lo hizo, se se le subieron totalmente los colores al rostro.

—D-Deja de decir esas cosas... Dio... —habló apenas —¡c-cómo sea! iré a tomar una ducha ¿puedo?

—Está bien— contestó con pesar el rubio —¿sabes? a veces pienso que no te sientes cómodo conmigo —dijo con un dejo de tristeza en la voz. Siempre notaba a Jonathan tan nervioso cuando estaban juntos...

Ante tales palabras, el mayor reaccionó de inmediato y tomó de las manos al de ojos anaranjados.

—Dio, no es eso. Sucede que aún no me acostumbro a estas cosas, mucho menos a sentirme... así —desvió la mirada, algo nervioso— es una sensación tan linda, pero me da miedo y vergüenza a la vez —explicó.

—Está bien, Jonathan, supongo que te acostumbrarás —aún a pesar de lo dicho por su amado, Dio no lograba sentirse del todo feliz con ello —¿te molesta si uso el baño primero? tengo clases a primera hora.

—Claro... —respondió Jonathan

¿Le habrá molestado? pensó el de cabellera azul

Dio procedió a darse una ducha rápida mientras meditaba las cosas. Quería que Jonathan dejara de ser tan tímido, que no se sintiera incómodo con él, mas no podía forzarlo. Y, aunque su amado le dijera lo contrario, sentía que quizá no era del todo feliz con él.

—¡Ya me voy!— comunicó el menor.

—¡Espera, Dio! —Jonathan, con una toalla amarrada a la cintura lo frenó del brazo.

—¿Eh? ¿Qué sucede?

—¡TE AMO! —le dijo, alzando la voz. Lo abrazó y le depositó un tierno beso en los labios.

No quiero que se vaya sin saberlo... pensó.

Dio no se esperaba eso, sin embargo sonrió como nunca al ver que sus ideas eran muy erradas.

—Yo te amo más, mi dulce Jojo —respondió. Aquello lo hizo sentir extremadamente feliz y dejar aquellos pensamientos de lado —ten un buen día —sonrió a lo que el peliazul le devolvió la sonrisa.

—¡Igual tú! —dicho esto le dio un beso en la mejilla y se separó de él.

Dio salió sonriente a sus clases mientras Jonathan tomaba una ducha y ya en eso de media hora volvía a su habitación. Kakyoin estaba feliz de verlo.

Cuestión de Orgullo (JJBA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora