Así pasaron los días, lentamente para Jonathan y rápidamente para Dio, quien aún no podía concebir la idea de terminar con el peliazul.
Lo bueno de todo es que Jonathan se veía y sentía mejor, aunque sí le costaría que pudiera hacer vida normal enseguida, ello no sería tan pronto como el quería.
La semana recomendada para el reposo del mayor acabó, y finalmente, Jonathan estaba listo para volver a la universidad.
Aquel día viernes lo dieron de alta a eso de las 7 p.m, y luego de llegar al campus, Dio lo llevó a su habitación, ya que intuyó que se sentiría mas cómodo ahí y podría cuidarlo sin problema. Kakyoin no estaba ya que él y Jotaro cumplían un año juntos y se habían ido el fin de semana a otro lado a disfrutar en pareja, razón por la que Dio alojaría ahí ese fin de semana.—Al fin estamos de regreso —comentó el rubio, quien ayudó al contrario a recostarse en su cama —¿cómo te sientes?
—Muy bien ahora —le sonrió Jonathan—aun siento molestias, pero es cada vez menos. Gracias, Dio.
—Por nada— afirmó —¿quieres que te prepare algo? puedo preparar la cena
—¿Podrías? —lo observó con un lindo brillo en los ojos
—S-si, claro —Dio sentía su corazón romperse en mil pedazos —¿qué te gustaría comer?
—¡Sorpréndeme!— exclamó el ojiazul.
—Claro —le sonrió el contrario, casi al borde de las lágrimas. —tu solo descansa, te avisaré cuando esté listo.
Así, Dio fue a preparar la cena él y para Jonathan. Sería una de las últimas ocasiones en que cocinaría para él, pues probablemente después de ese fin de semana, ya no volvería a estar junto a él nunca más. Como sabía que a su amado le encantaba la pasta, optó por preparar una deliciosa lasaña, justo como Jonathan lo había hecho tiempo antes. Quería que su amado tuviera un buen recuerdo de él en todo aspecto.
Una media hora pasó en la cocina hasta que llamara a Jonathan a comer.—¡Jojo! ya está listo.
El nombrado caminó con suma calma y cuidado, pues debía tener cuidado de no tropezar o algo por el estilo. Una vez llegó al comedor sintió el exquisito olor de la pasta con la salsa, sentándose enseguida para degustar lo preparado.
—¡Que rico huele!— advirtió el peliazul —¡aprecio mucho que me hayas preparado esto, Dio!
—No creo que esté tan bueno como lo que tu haces, claro —respondió el menor —pero hice el intento.
—No digas eso... —Jonathan lo observó con ternura. —sé que eres un buen aprendiz de un aprendiz —rió.
—¿Aprendiz? ¡tú eres todo un chef, Jojo! no te llego ni a los talones —confesó avergonzado.
—¡No digas tonterías! —exclamó el aludido, quitándole importancia —yo aún estoy aprendiendo, pero quizás cuando cumplamos un mes juntos te prepare algo distinto y muy especial —le sonrió —y así, hasta que sean años y años.
Oír eso hizo que el tenedor de Dio se cayera al suelo. Jonathan estaba haciendo planes para el futuro y él tendría que dejarlo una vez acabara ese fin de semana.
—Que torpe soy, disculpa —se agachó a recogerlo, sintiendo que las lágrimas se le Iban a escapar en cualquier momento. Pero se calmó —volvió a Jonathan con una sonrisa —¿t-te gustó?
—Aun no la pruebo, ahora lo hago —Jonathan apenas probó un bocado sintió que se había enamorado del plato —mmh, ¡está exquisita, Dio! —le dijo, feliz —¡la textura, el sabor... todo!
—Oh vamos, exageras.
—¡Mnoh, mngnoh! —no, no, quiso decir Jonathan, hablando con la boca llena, a lo que Dio soltó una enorme carcajada. —¡echtáh mungbuegna! —está muy buena.
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Cuestión de Orgullo (JJBA)
FanfictionDos jóvenes: uno muy tímido y el otro muy orgulloso. Ambos son parte de mundos completamente distintos. Un día, sus destinos se entrelazarán por lo que uno creía sería una estupidez. Y, sin pensarlo, pasaría a llevar el orgullo del otro, cosa imperd...