Capítulo II: Segundo Año

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El pergamino descansaba en su regazo, la pluma se movía al aire escribiendo lo que _______ decía en voz alta. Estaba estudiando para los exámenes finales, bajo la sombra de un árbol. La mayoría de alumnos permanecían tranquilos, pues todavía faltaba un poco más para realmente sentir el estrés de exámenes. Aunque como ella o Hermione parecían prepararse desde el incio de año sólo para prevenir futuros T de Troll.

— ¡CUIDADO!

Demasiado tarde, una buggler golpeó su rostro tirándola al suelo, entornó los ojos y el izquierdo con dificultad enfocaba las hojas verdes de las ramas sintiendo punzadas en su mejilla y frente. Se quejó bajito sintiendo como alguien la tomaba del hombro y la movía, alcanzo a divisar aquellos cabellos platinados que caían rebeldes por el rostro afilado y los ojos grises que la miraban con indiferencia, Draco Malfoy se estaba asegurando de que ella estuviera bien a su modo.

— ¿Estas bien, ______? —la voz del muchacho, que parecía cambiar por la pubertad resonó en sus oídos y que tardó en captar el mensaje.

Quedó inconsciente, pero antes se preguntó ¿cómo aquel chico sabía su nombre? Y, sus sentidos moribundos le decían que estaba siendo cargada, después perdió la noción de todo su entorno. Medio consciente entreabrió los ojos, miró a todos lados ubicándose en la enfermería, y un poco más allá de sus pies, el semblante de un chico preocupado la miraba fijamente, lo reconoció nuevamente por sus ojos grises. Y volvió a caer en un letargo.

— ¡Wow! ¡Esa buggler sí que la dejó mal! —la voz de Ron Weasley, uno de sus amigos resonó en su oído.

— ¡Callate, Ron! —ambas voces de Harry y Hermione se escucharon.

Hizo puño su mano sintiendo las sabanas frías, se relamio los labios que permanecían secos, le costó abrir los ojos por la luz que le molestaba en la habitación. Se llevó la mano al rostro y la apartó con rapidez al sentir una punzada de dolor al contacto.

— ¡Miren! ¡Despertó!

______ se incorporó, la espalda le dolía por permanecer tanto tiempo en la cama sin poder sentir sus omóplatos. Tenia el ceño fruncido sin exactamente que decir.

— Hola —su voz sonaba seca y le incomodaba—. ¿Qué sucedió?

— Te golpearon con una buggler un par de Slytherins —mencionó Ron quien padecía rasguños y algunos golpes—. Quedaste inconsciente un par de días, el golpe fue muy fuerte ¡por poco pensamos que te ibas a quedar sin ojo!

Miró a todos lados, la chica observó a Harry que padecía la misma condición que Ron pero menor. Entrecerro los ojos y después, vió que Hermione se encontraba a su lado con tranquilidad.

— ¿Qué les sucedió a ustedes?

— Larga historia —sonrió Harry—. Nos alegra que hayas despertado, parecias petrificada como Collins o Hermione.

— ¿Eh? —no entendía nada.

Hace ya bastante que aquel pelirrojo y azabache se juntaron con ella, en primero desde el incidente con el Troll en los baños de las chicas, que desesperada buscaba a Hermione quien, por lo que había escuchado de sus compañeros Gryffindor estaba llorando en los baños por culpa de un niño. Era la primera vez que sentía que alguien la necesitaba, más allá de querer comer lo que habían hecho aquella noche decidió ir con su amiga. Lo que no sabía es que, Hermione tenía un visitante indeseado en Hogwarts.

_______ estaba a punto de llegar a los baños, pero se detuvo en cuanto sintió vibrar el suelo bajo sus pies. Se escondió en una torre cuando ese vibrar se transformó en pasos lentos y pesados. La chica se asomó un poco encontrándose con la magnitud de un troll, cerró los ojos al ver que justamente entraba al baño de niñas con unos sonidos guturales.

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