El Río de los Sueños- BETHYL

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-Pareja: Beth Greene y Daryl Dixon. Segunda parte

-Serie: The Walking Dead

DARYL

Aquel día dejé de jugar con Beth, ese juego me parecía una bobada, y no iba a sobrepasar mis límites de bebida. No cuando tenía que protegernos a ambos.

Recordé que no había descansado y me acosté sobre una manta en el polvoriento suelo, ignorando a la adolescente que aún permanecía sentada allí con la botella de licor. No iba a quitársela, si quería entrar en un coma etílico que lo hiciera. 

Me quedé dormido al instante, y esa noche el sueño fue más profundo de lo normal. Como si mi cerebro necesitara resetearse para aguantar despierto otros tres días más, si fuera necesario. 

Yo funcionaba así.

A la mañana siguiente me desperté alarmado, había perdido la noción del tiempo y aquello en ese mundo tan descarriado era algo que no nos podíamos permitir. Me puse rápidamente de pie y busqué a Beth con la mirada. No la encontré allí adentro ¿estaba afuera desprotegida? Esa niña era definitivamente tonta. Cargué rápidamente mi ballesta con flechas y salí al bosque para buscarla, sin preocuparme por mi propio desayuno. A juzgar por la lata de alubias que había acabada sobre la mesa, Beth si había comido algo. 

El otro día casi se la comieron los podridos, era para que mostrase un poco más de inteligencia. Esa mata de cabello dorado no solo adornaba una bonita cara, también servía para proteger lo que tenía dentro del cráneo: el cerebro. Mas tarde tendría que explicárselo. 

Seguí sus huellas con urgencia, agudicé el oído para ver si escuchaba un posible caminante que se hubiera comido una hamburguesa "big Beth" por el camino. pero solo oí a lo lejos el cauce de un río, las pisadas de la muchacha también seguían el recorrido hasta el río. 

Me relajé un poco pensando que la muchacha se había levantado con la boca seca y una gran resaca por todo el whisky que se había tragado el día anterior y que había salido en busca de agua para beber y hacer pasar el punzante dolor de cabeza que probablemente debía tener.

De repente mi estómago gruñó como protesta, estaba hambriento, esa niña no me había dejado desayunar. 

Sin embargo decidí ir a buscar a Beth para mandarla a la cabaña enseguida, no quería tentar la buena suerte que estábamos teniendo ese día. 

Una zona libre de zombies era tan bonito que no podía durar mucho, en un pestañeo podría aparecer una horda de unos doce podridos y echarnos de ahí a la fuerza. 

Y no iba a perder a Beth, su presencia se estaba convirtiendo en algo soportable para mí. 

Escuché chapoteos y me apresuré a salvar a Beth, pensando que un muerto la estaba intentando morder. Sin embargo, ella no precisaba ser salvada. y allí no había ningún caminante, solo estaba ella y esa melodía melancólica que tarareaba con anhelo. 

Lo que vi me dejó anonadado. Estaba escondido tras unas zarzas, y ella y su ropa estaban muy alejados en ese momento. Beth se estaba dando un baño desnuda mientras cantaba una hermosa canción. me quedé en shock, no se suponía que tenía que presenciar algo así. Se suponía que tenía que regañarla por ser imprudente y salir sola. Si que estaba siendo una irresponsable, pero yo no podía regañarla, no así. definitivamente no era como su padre. Un padre no se excitaba y babeaba como un perro en celo cuando miraba a su presunta hija desnuda.

Se me caía la baba, literalmente. El contorno de su cuerpo brillaba ante las luces frescas de la mañana, y aunque estaba muy delgada, ella ya no era una niña. 

Lo que pudo ser (One Shoots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora