Lo que pudo ser (One Shoots)

Mi señora- Arya y Gendry

Serie: Game of thrones

Pareja: Arya y Gendry

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Arya se encontraba ensillando su caballo antes del alba, le apetecía dar un paseo por el bosque de los Dioses en lugar de celebrar ese dichoso cumpleaños con sus hermanos. Cumplir 17 no le agradaba nada.

Eso solo significaba una cosa: el doble de presión para que se contrajera matrimonio con uno de esos lores ricachones. Después de la guerra, a pesar de que ella aparentaba de todo menos una dama de alta alcurnia, todos los hombres solteros de los siete reinos se interesaron en ella, y no paraban de molestarla a ella y a sus hermanos, a pesar de sus continuadas negativas y los muchos Lores que había salido de los muros del castillo de Invernalia con el corazón hecho añicos por la adolescente pelinegra.

Además esa celebración significaba otra más sin sus difuntos padres y sin Robb, sin sus risas y sus miradas orgullosas, sin el amor incondicional que le procesaban. 

Se subió a lomos de su caballo y junto con su loba, Nymeria, comenzó a cabalgar sin mirar atrás.

Arya sabía que aunque pretendiera huir siempre la acabarían encontrando, pero necesitaba paz durante la mañana, sin pruebas de vestidos, sin peinados, sin el tedioso maquillaje. Solo ella y el silencio. Le había cogido mucho apego a la soledad a raíz de alejarse de su familia y de ver morir a su padre injustamente. Había aprendido a depender de sí misma y a defenderse sola, no podía siquiera pensar que su pasado algún día se le olvidaría, porque jamás saldría de su mente. Con todo, ella tampoco quería olvidarlo, al fin y al cabo sus vivencias formaban parte de sí misma.

Cuando llegó a su lago favorito, se bajó de la montura y tomó asiento sobre una roca, Nymeria se colocó a su lado y la empezó a acariciar distraídamente observando el agua cristalina y fresca con intención de dejar su mente en blanco por un rato. A Arya le gustaba meditar, era su manera de hacer un inciso en su agitada vida y descansar de todo y de todos. 

Pensó en como habían transcurrido los sucesos desde que había comenzado todo. Su hermana estaba felizmente casada con un hombre que se la merecía, y no era como ninguno de esos bastardos que la habían pretendido cuando era más inocente, más niña, ahora reinaba los reinos del norte como una gran monarca. Todo el reino, incluida ella misma, esperaba ansiosa que su hermana anunciara un embarazo de su rey.

Jon había vuelto por su cumpleaños días antes, vivía en Desembarco del rey ayudando a la reina Daenerys con sus labores como monarca, era su mano derecha. Arya sospechaba que eran amantes pero que no lo hacían oficial porque su majestad Daenerys en el fondo no había olvidado a su marido Khal Drogo, su primer y gran amor, a pesar de lo mal que comenzó su historia, mancillada por el poder de Vyseris, su hermano. 

Bram, como príncipe, comandaba su propio ejército de guerreros en Invernalia y tenía un puesto especial en la corte, era el visionario de la reina, informándola de todo lo que su pródiga mente viera sobre el futuro y los planes de las otras casas.

Y bueno, el pequeño de los Stark, Rickon, era un adolescente, viviendo con sus hermanos en Invernalia. 

Arya se sentía algo inservible en sus tierras de origen, su mayor ocupación y su cargo era enseñar a los pequeños guerreros y guerreras el arte de la esgrima, además de cómo luchar sin morir, acogiendo el lema de "Hoy no" que aprendió ella misma cuando tenía sus edades de su sabio maestro. 

la muchacha quería ser de más ayuda para sus hermanos, pero estaba hecha a la guerra y no se veía vistiendo de gala todo el rato y hablando finamente en reuniones de alta sociedad. Estaba en el consejo de Invernalia, tratando temas que no le interesaban un ápice y ya era mucho.