Serie: Juego de Tronos.
Pareja: Sandor y Sansa
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Sansa observaba totalmente absorta a través de la ventana, cuando visualizó a un gorrión de color verde grisaceo posarse con elegancia en la rama de un árbol, se quedó mirándolo fijamente unos minutos y pensó en que ojalá tuviera alas y pudiera volar como esa ave para huir del casamiento indeseado que en ese trágico día tendría que protagonizar junto con un hombre que lo único que representaba para ella eran las pesadillas que la desbelaban cada noche desde que tuvo que escoger.
A pesar de sentirse sola, Sansa no lo estaba: su doncella, Shae, se encontraba trenzando su cabello rojizo en silencio.
Sansa agradeció para sus adentros que ella estuviera callada, porque lo que menos le apetecía en esos momentos era mantener una conversación educada con alguien.
El humor de la joven pelirroja se encontraba sombrío y quizás así seguiría para la posteridad.Shae terminó con el recogido de la muchacha, colocando horquillas de diamantes recorriendo su moño, como retoque final.
- Mi señora, es hora de ponerse el vestido de novia.
El tono de voz de su doncella, aunque afligido por la mala suerte de su pobre Señora, también era animado y alegre en cierta forma, como si estuviese contenta por algo. Si Sansa lo pensaba con detenimiento, su doncella llevaba semanas comportándose más vigorosa de lo habitual.
Al menos alguien en el interior de aquella habitación se encontraba feliz.
Sin ganas de moverse del sitio, Sansa se dejó vestir por Shae, mientras no dejaba de mirar a través de la ventana, como si quisiera materializarse muy lejos de allí.
Deseaba estar lejos de su insensible y bestial prometido, lejos de su sádico rey, lejos de la reina Cersey, y un poco más cerca de su familia, si no era mucho pedir.
Pero no ocurriría.
Sansa no podía volar.La joven se permitió dejar salir algunas lágrimas más, al fin y al cabo solo eran unas pocas de las tantas que ya había derramado de su mirada azul.
Shae acabó de colocarle el vestido correctamente, anudando las cuerdas a su espalda con una buena dosis de presión y firmeza.
Sansa apreció la tela de ese vestido nupcial con detenimiento.
No era tan horrible como se veía desde afuera, se podría decir que le quedaba bastante bien. Era color plata, sobrio, sencillo, sin ningún abalorio extra o algún detalle que la hiciera destacar demasiado.
Estaba bien para la muchacha, ya que no quería casarse, y con aquel vestido no se sentía como una verdadera novia. Sin embargo, lo era.Su asqueroso rey la iba a desposar con su fiel perro.
El perro era un hombre déspota, insensible, y quizás le declararia la guerra a la muchacha en cuanto dejaran el convite posterior a la ceremonia. En resumen, Sansa imaginaba su vida cargada de bejaciones y maltratos en abundancia a partir de dar el sí a ese bruto y feo animal."Ojalá no fuese la novia, ni tuviera que casarme con el Perro"
-hasta llorando sigues estando preciosa - la alabó su doncella secando sus lágrimas con un pañuelo.
Sansa quiso suplicar clemencia a Joffrey y se vio profundamente tentada a hacerlo, días atrás, para que cancelara su matrimonio con el perro, pero entonces pensó que no era propio de los Stark suplicar y que tendría que comportarse por primera vez como alguien fuerte y valiente al igual que lo era su hermana Arya.
-Solo parezco patética- proclamó la muchacha con frialdad. - no debería dejar que me humillen de esta manera. - añadió con furia contenida en su voz.
Shae se acercó para abrazarla, y cuando lo hizo, Sansa se dejó rodear con los brazos de su sirvienta. Lo necesitaba, le hacía falta la comprensión de alguien, aunque esa persona no pudiera hacer nada para cambiar su desdichado destino.
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Lo que pudo ser (One Shoots)
FanfictionTodo suceso es vulnerable al cambio. En este rincón literario redactaré one shots (en su mayoría) de mis parejas favoritas de diferentes series, películas o libros, dando un toque romántico y quizás picante a cada capítulo. Esos amores imposib...