seis

15 1 2
                                    


La primera impresión

Él nunca había pedido esto, fue lo primero que pensó Dante. Pero al verla frente a él, dispuesta a solucionar el embrollo en el que estaban metidos era reconfortante, nunca creyó que seria compasiva, que trataría de comprender su dolor.

Y a pesar de nunca haber hablado, realmente se sentía como si lo hubieran hecho toda la vida. Charlotte sin duda era un ser magnífico. O al menos eso era lo que le mostraba ahora.

-¿Nos ayudaras? Lo harás, claro que lo harás.-río con tanto alivio.

Charlotte sólo le miraba sin poder entender como llegaron a eso. Los antecesores de Dante sin duda habían sido grandiosos honrando su legado. Sabía sobre ese estúpido rumor.

¿Porque ella mataría a quienes deseaba proteger?

No cabía duda alguna. Seguro algún loco lo inventariar para asustar a sus niños.

-Tenemos que llevar a "ese"-dijo de forma despectiva.

No tenía porque disimular su desagrado.

Y claramente no pensaba hacerlo, él solo asintió y ella murmuró maldiciones.
Si fuera por ella que le mataran. Ante su sed de sangre Alessandra maullo. Clamando su atención.

-Anda, ve.-le apresuró. -encuentralo. Lo quiero aquí pronto.

*
*
*
*
*
*
*

"Corre, correr.
Apresura el paso. La muerte está detrás de ti, no juegues en la oscuridad que el lobo te podría atrapar.
Vamos, sigue el juego. Trata de no resbalar que tu alma podría estar estropeada ya.
Sigue las reglas del juego y tal vez te puedas salvar.
No mires atrás.
Debes recordar, la muerte te quiere coleccionar.
Corre, corre.
Pero hoy no te salvaras."

Esa canción se repetía una y otra vez. Tenia que alejarse de ella, esa no podría ser su Helena. Esa no era Helena.

Aun le recorría un escalofrío al recordar su piel. No sabia que le había hecho , pero tenía que alejarse.

"¡Maldición! Debo llegar con Dante y decirle que . . ."

Paro tan abruptamente, casi cayendo al suelo.

-¿Porque huyes de mi? He hecho algo malo.-le dijo afligida.- Ya no me amas, Adam.

-Tú no eres ella ¡No lo eres! -tomando su último pergamino.- Así que deja de utilizar su imagen.

Ella río con una gran diversión, camino lentamente hasta él y de un simple movimiento de mano lo mando a volar, chocando contra una tienda.

-Te contare un secreto, querido amante de ángeles.-llevando un dedo hasta sus labios.-Tu pobre viejo amigo ¿Cómo se llamaba? ¡oh si! ¡Jonas! El muy asqueroso suplico y grito como el vil cerdo que era. Fue tan divertido, todos caen. Siempre es así,  debiste verlo. Eso era poesía y arte. La mayor expresión de lo sublime. ¿Quieres saber uno de sus mayores pecados?
Él muy desgraciado pregonaba pureza y perdón, cuando el mismo corrompia a esos pobre niños. Aunque no le puedo culpar ¿Quien no haría lo mismo teniendo esa oportunidad?

-Deja de mentir.-susurro -Él nunca haría algo así.

Jonas había sido el hombre más recto y correcto que haya conocido, simplemente era imposible. Recordaba como le tendió la mano en aquel momento que más necesitaba, no podía ser, los demonios decían cualquier cosa con tal de salirse con la suya.

Por quebrar almas.

Ellos las cazaban, eran simplemente unos cazadores de almas.

Al carecer de una sé les facilitaba ir por ahí destruyendo vidas.

Cazador De AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora