Veintidós

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Quisiera dedicar este capítulo aúna personita muy especial, que hoy está cumpliendo años. Mi querida Fanu! Felicidades ♡ Te deseo siempre lo mejor de la vida y agradezco haber tenido un año más de tu amistad.
Abrazos ♡














"En toda guerra, hay pequeñas - grandes confusiones"






Con esos pensamientos aún rondando en su cabeza. Se alejo a paso lento.

-Uno. Dos.-ella contó pausadamente-. Tres. Cuatro. Cinco

-No te atrevas.-bramando Efestto, se deciso con facilidad de su rehén-. Librarme de ti se a vuelto un fastidio. No veo la hora de destruirte. ¿Tu que piensas, Dkai?              

              
Ante sus palabras, Charlotte detuvo sus pasos. Girando el rostro con parsimonia. Sintió la sangre y su ira helarse; manteniendo su ser y a todas esas voces dentro de ella en control. Seria fácil dejarse seducir.

-¿Sobre que?.-dijo él con su mirada clavada en Charlotte-. Si es sobre destruirla, bueno, creo que eso lo he dejado más que claro. No dejaré hacerle daño. Ella es MÍA. Nadie toca lo que me pertenece y vive para gozar de ello.

El corazón de Charlotte hizo un extraño latido, frunciendo el ceño, retomando sus pasos. Percibiendo una ligera onda de poder rodear su cintura lanzando su cuerpo contra escombros.

El suave y embriagante aroma de Dkai, inundó sus sentidos. Su pulso se aceleró. Tenerlo así de cerca, le producía cosas locas e irracionales a su mente y cuerpo.

-Creo que te estas tomando muy en serio esto.-le susurro ella entre sus brazos-. Y no lo entiendo. ¿Porque querrías ayudarme?

-No necesitas entender. Solo dejarte cuidar.-sonriendo mientras le acomodaba entre sus brazos-. Te he estado esperando por tanto tiempo, Charlotte. Tanto que creí perderme en la monotonía de mi vida. Ahora que te tengo aquí, no pienso dejarte ir. Soy un ser egoísta. Y te quiero conmigo por la eternidad, no me importa aquien debo matar para mantenerte. No retrocedere. Ya te he perdido un sin fin de veces atrás, no estoy dispuesto a una más. Nunca.

-Me confundes con alguien mas, no creo ser esa persona.-desvío su mirada, la intensidad en sus ojos le producía tantas cosas-. Antes de mi despertar no recuerdo haberte visto. No puedo ser esa persona.

-Lo eres. No puedo estar equivocado.-acariciando con su nariz su mejilla-. Te siento. Al principio no podía, era algo confuso. Pero en un instante resurgiste. Eras una nueva llama. Tu me llamabas, era tan inquietante. No podía encontrarte. . . Cuando lo logre era tarde. Nuevamente habías desaparecido.

Aprovechando su distracción, Efessto se escabulló hasta la salida. Estaba a solo unos escasos metros de su libertad, ahí podría entrar en algun camino y el flujo lo llevaría muy lejos. Sonriendo y planeando su venganza, apresuró sus pasos.

-Te vas tan pronto Efessto, viejo amigo.-su voz haciendo parar sus pasos-. Si esto apenas esta poniéndose en su punto. ¿Acaso no querías destruirme, porque marcharse? No seas cobarde, enfrenta tus acciones. Vas a pagar por lavar la cabeza tonta de mi hija. De aquí no saldrás.

La mirada horrorizada de Efessto cambio a la burla absoluta, sin poder contener las risas. Estaba muy claro que para Lorcan aún quedaban esperanzas sobre su hija.

-¿Acaso crees en lo que has dicho? Me sorprende, viniendo de ti sería una burla, piensa en ello. Tu pequeña hija es tan culpable o más de lo que yo lo soy.-retrocediendo unos pasos, solo para encontrar a Charlotte tras de él-. Veo que tienes bien entrenados a tus perros. Es una verdadera lástima que que se controle tanto, ¡ella sería tan grande y majestuosa!

Cazador De AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora