Tres años y cinco meses después.
Todo iba genial entre Damon y yo. Hoy era dieciocho de junio y llevábamos juntos tres años. Yo le quería más cada día que pasaba a su lado. Era capaz de seguir sorprendiéndome.
El tiempo pasó muy rápido. Seguíamos viviendo en Londres y nuestra vida había cambiado por completo. Yo ya no tenía que preocuparme por bandas, ni policías, ni nada por el estilo. Estaba estudiando en la Universidad de Londres. Me faltaba sólo un año para terminar la carrera de Derecho. Ahora era una chica de veintiún años muy estudiosa y responsable aunque de vez en cuando mi moreno tenía que ayudarme con legislación y ética. A los dos nos apasionaba este tema. Éramos como uña y carne.
Damon ahora trabajaba en el departamento del FBI de Londres haciendo papeleo ya que después de nuestro reencuentro no quisimos volver a separarnos. Pidió el traslado y para sorpresa nuestra se lo concedieron. Además cuando cerraron el caso Kaisen con la muerte de Mike, Damon recibió una medalla de mérito policial y se le reconoció su esfuerzo y el logro durante la operación. Yo siempre estaría en deuda con él por salvarme la vida.
A las nueve de la mañana de nuestro aniversario me desperté en nuestra casa de cristal. Hacia un año que vivíamos juntos. Estábamos en la misma urbanización que mis padres y Mandy, la cual seguía con Xander. Éramos una gran familia. Ellos estaba esperando un bebé. Amanda estudiaba Arquitectura mientras que su novio ya trabajada de periodista. Tendríais que haber visto la cara de Xander cuando mi amiga le dijo que sería padre. ¡Casi se desmaya!
Me giré en la cama para ver a Damon pero él no se encontraba conmigo. Este hecho me descolocó bastante. Normalmente yo solía despertarme antes que él. Mi corazón se agitó al no tenerle a mi lado. Me apresuré a levantarme y a ponerme algo de ropa ya que solía dormir en ropa interior.
Bajé corriendo las escaleras de cristal vestida con el pijama y mis pelos de leona y me encontré la mesa del salón llena de corazones de papel y una rosa roja en el centro de esta. En el plato había una tostada en forma de corazón y cubierta de mermelada de fresa. Al otro lado se encontraba Damon como el rostro iluminado y sonriendo hacia mi dirección. Él no llevaba camiseta de pijama y sus músculos se notaban tensos. Estaba nervioso.
Una sonrisa se escapó de mi boca y mis piernas corrieron para saltar encima de mi chico. Era genial tenerle. Damon me cogió al vuelo y yo enrosqué más piernas en su cadera mientras que nos besábamos.
Cuando me alejé lo suficiente como para poder respirar, le dije:
— Feliz aniversario amor.
— Igualmente pequeña.—contestó y volvimos a envolvernos en un beso.
Después de desayunar juntos aquél apetitoso desayuno, hicimos las tareas de casa mientras que Damon no dejaba de atacarme con cosquillas constantemente. Reíamos como locos.
A la hora de comer nos vestimos y fuimos al restaurante Dorchester para celebrar nuestro día. Era increíblemente lujoso. Su diseño moderno con mobiliario blanco combinado con la madera daba una sensación acogedora. Era agradable estar allí, a mi madre le gustaría lástima que ellos estaban celebrando sus bodas de oro en Nueva Zelanda.
— ¿Qué tal cariño?—me preguntó Damon ajustándose la corbata mientras meo bservaba devorar mi ensalada.
— La comida de aquí es genial. No sé cómo pudiste ocultarme este sitio durante tres años aunque ya sabes, no necesito que me hagas este tipo de regalos.
— Es nuestro aniversario y como no pudimos celebrar el anterior por tus exámenes tenía que compensarlo de alguna forma.—me guiñó el ojo y me sonrió con aquellos dientes perfectamente blancos— Por cierto, esta mañana ha llegado este sobre para ti.
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Secrets #Wattys2016 #WEAwards2º #PremiosMusaRomance
Romance¿Qué pasaría si una de las personas más importantes de tu vida dice ser quien no es? Alexandra Meyer, una chica de metro sesenta de altura, pelo liso y oscuro y con ojos verdes está a punto de ver como su vida da un giro de ciento ochenta grados. Un...