Dieciocho.

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Después de ese gran abrazo me separé de él para comenzar a recoger aquél desastre de salón. Me agaché para recoger la ropa y las mantas que se encontraban tiradas por el suelo y noté la mirada de Damon en mi. Él estaba apoyado en la pared sin camiseta y con los brazos cruzados. Su pelo despeinado y su sonrisa le hacían parecer Adonis. Se unió a mi ayudándome a recoger las botellas y a barrer parte del suelo libre de moqueta. Al cabo de un rato me miró con una sonrisa juguetona y me preguntó.

— Entonces... ¿he conseguido que me quieras aunque sea un poco?

Yo me empecé a reír. Mi subconsciente me decía a gritos que le dijera que sí pero no. Aún seguía debatiéndome por dentro  si de verdad le quería o sólo era atracción. Tragué saliva y seguí notando su mirada puesta en mi mientras yo estaba absorta en mis pensamientos. ¿De verdad era tan importante él en mi vida? Era casi un desconocido. Pero me hacía feliz. Nunca nadie lo había logrado de tal forma.

— La vida no es tan fácil, querido Damon.—él me miró con los ojos abiertos como platos mientras que yo intentaba reprimir una pequeña carcajada. Su cara parecía tan sorprendida que me asustó incluso.

— Oh venga, si te he tratado como una reina. ¿Qué más quieres? —preguntó indignado mientras hacía una mueca con la boca. Así parecía un niño pequeño, le faltaba patalear. 

— Mmmmm, no lo sé.—contesté siendo totalmente sincera. No sabía ni yo lo que quería.

— ¿Quieres jugar? Pues vamos a jugar. Prepárate porque no te vas a poder separar de mi en la vida. No podrás vivir sin mi a tu lado. Sí sí, prepárate. Ya verás.—dijo en tono desafiante mientras yo no dejaba de reír como una loca. 

Ya me costaba bastante vivir sin él antes de todo esto, así que cuando empezase a mover fichas en su "juego" me será imposible no querer estar a su lado todo el día. Aún así iba a seguir intentando ser dura aunque en el fondo le tenía tanto cariño que no sabía cómo hacerlo.

Después de recoger todo y desayunar, subimos a mi habitación para despertar a Amanda y a Xander. Llevaban durmiendo horas y nosotros llevábamos horas despiertos o, por lo menos, yo.

Abrí la puerta cuidadosamente de mi habitación para no despertarlos bruscamente pero curiosamente Amanda estaba encima de él. Por favor, si estaban dándose el lote. EN MI CAMA.

— Chicos, sabemos que estáis despiertos así que por favor poneos la ropa y bajad.—dijo un Damon autoritario, después me miró a mi y me guiñó el ojo. Me encantaba el tono de voz que usaba cuando se ponía así. Demasiado atractivo para mi. Me encantaba la manera en la que él acariciaba las palabras con sus labios.

— Sí y por favor cuando os levantéis, quitad esas sábanas que yo tengo que dormir ahí.—dije un poco asqueada y todos comenzamos a reírnos al unísono.

Salimos de la habitación y nos dirigimos al salón de nuevo para esperar a la parejita que dormía o hacía Dios sabe qué en mi cama. Yo no pensaba dormir en esas sábanas esta noche así que más les valía que cambiaran la ropa de cama si no querían morir.

Me senté en el suelo y puse la radio. Después cogí unas galletas de chocolate. Quité una de las tapas de la galleta dejando el chocolate al descubierto. Empecé a chuparlo hasta que no quedó nada y me comí la otra tapa de galleta. Noté la mirada de Damon en todo momento. Mientras tanto el ambiente estaba algo animado ya que sonaba de fondo Don't Let Me Down y yo la tarareaba cuando no tenía la galleta en la boca.

— ¿Así es como te comes las galletas de chocolate?—preguntó extrañado mientras yo sacaba otra galleta del envoltorio para repetir el proceso.

— Sí, ¿algún problema?

— No.

— Ahora pensarás que soy estúpida, ¿no? —pregunté aunque más bien quería afirmarlo por la forma en la que me miraba.

Secrets #Wattys2016 #WEAwards2º #PremiosMusaRomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora