Capítulo 32

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En estos últimos meses mis padres me han tenido custodiada a mi y a mi bebé él está aún más hermoso hoy está cumpliendo sus tres meses tengo planeado salir a dar un paseo con el. Termino de alistar mi maquillaje y sonrió satisfecha hoy luzco mucho mejor que ayer extrañamente me siento algo mejor bueno obviamente por el cumple mes de mi hijo.

Caminó hasta mi bebé y le acomodo su gorrito, el tiene los dedos en su boca y me observa fijamente aunque está pequeño logra manipularme sus ojos son la copia exacta de los de su padre. Veo sus pequeños dedos y se los apartó el me observa fijamente con ganas de llorar.

-No mi reí éstos hermosos deditos no se deben chupar- buscó su chupón y se lo doy el enseguida comienza a jugar con él, bajó hasta la cocina con la pañalera y mi madre me observa sería.

-¿A dónde vas?- pregunta mi padre y lo fulminó con la mirada.

-No estén así ok yo me sé cuidar, solo iré al centro comercial.

-No discutiré contigo es la quinta vez en esta semana Samantha.- mi padre me observa serio.

-Nos vemos luego.- doy media vuelta y camino a la salida.

-Cuidate hija.-Dice mi madre y sonrió.

-Bendicion los amo.

...

Estaba sola en una heladería y me dieron unas ganas terribles de ir al baño, miraba a mí alrededor buscando a alguien conocido para que cuidara a mi bebé pero no al parecer hoy era un día de mala suerte.

-Hija te sientes bien.- la dueña de la heladería me sonríe.

-No me pasa nada.- digo apretando las piernas.

-Si quieres ir al baño ve yo me quedo con tu bebé.- ella le sonríe a mi pequeño y esté también le sonrió.

-No se preocupe puedo esperar.- Miento.

-Ve cariño yo lo cuidó apresúrate.- la señora me sonríe y asiento.

Tomo mi cartera y salgo corriendo al baño mi teléfono comienza a sonar pero lo pongo en silencio tengo muchas ganas de ir al baño.
...

Me limpio las manos y reviso mi teléfono cinco llamadas perdidas de mi padre.

Entonces le marco.

- ¡Donde mierda estás!- me grita.

- En el baño papá.-digo molesta

-¿El bebé? ¡Dejaste solo al bebé!- Me regaña y ruedo los ojos estoy harta de que me traten como si fuera una bebe

-Qué te pasa lo está cuidando la señora.- Digo y se escucha un silencio incómodo.

- ¿Cuál señora? busca al bebé Samantha, Dmitrick fue liberado hace tres días.

Salgo corriendo del baño y no veo mis cosas ni las del bebé.

Las piernas me tiemblan y la señora se acerca a mí.

-Cariño tu esposo llegó está sentado en las mesas de arriba.- Palidezco.

Subo nerviosa y escuchó la risa de mi bebé.

Dmitrick lo tiene en sus brazos y le habla mientras el bebé sonríe.

Esta más musculoso y se ve aún más atractivo, el bebé me observa y el desvía su mirada hacia mí.

Ver esa escena me desconcierta, tengo miedo y felicidad al mismo tiempo.

-Hola.- Dice él y las piernas comienzan a desmallarse.

-¿Qué crees que haces?

-Cálmate quería ver a mi hijo.-Dice serio y lo fulmino con la mirada.

-Ahora te importa tu hijo.-Digo con ironía.

-Siempre me importo Samantha.-Dice serio.

Comienzo a recoger mis cosas y el se pone serio.

-Deja de comportarte como una niña toma asiento y escucha lo que tengo que decirte o ahora mismo llamo a mis hombres para que te amarren a esa silla sabes perfectamente de lo que soy capaz.

-Seguirás siendo un criminal siempre.- Digo enojada y me siento.

-Vez que es mejor cuando te relajas.

-Dame a mi hijo.-Digo molesta.

-Tienes tres meses cargándolo en tus brazos y acariciándolo acaso crees que te lo daré así de fácil tengo apenas unos minutos con el déjame disfrutar este momento con mi pequeño.-El corazón se me arruga, luego recuerdo lo que hizo y me enfado nuevamente pero en el fondo se que el tiene derecho y necesita pasar tiempo con él bebe.

-que quieres hablar.

-De nosotros...

-No hay un nosotros Dmitrick tú y yo sencillamente ya no somos nada.

-Te guste o no eres mi mujer Samantha y no dejaras de serlo nunca, eres la madre de mi hijo y tampoco dejaras de serlo jamás, eres el amor de mi vida y ese lugar no te lo quitara nadie.

-Deja de empeñarte en hacerme sufrir Dmitrick acaso no entiendes que me causas daño no es fácil para mi esta situación.

-¿Crees que para mí lo es?- Se pone serio y acomoda al bebe en el coche.- Todo tu embarazo lo pase encerrado, no vi nacer a mi hijo y ahora estas aquí temblando como si yo fuera capaz de agredirte o de hacerle daño a mi hijo se que crees que soy un monstruo pero tu eres el amor de mi vida Samantha daría todo por ti y se que ahora solo me odias.- Una lagrima corrió por su mejilla y sentí que el corazón se me saldría por la boca.

-Yo no te odio.- Se me escapo decir y el suspiro.

-Lo se eres el amor de mi vida y se que yo soy el tuy.

-Dmitrick no puedo.- Dije llorando y el me abrazo y tomo mi rostro entre sus manos.

-Eres mi vida, tu y mi hijo son lo mas valioso que tengo Samantha los amo, regresen a mi lado.

Me separe un poco de el y suspire, estaba confundida no sabía que hacer o que decir, entonces me di cuenta de que desde el mismo momento en el que me entere que el había sido el responsable de lo que me ocurrió lo había perdonado porque mi amor por el era infinito y no podía vivir un día más sin estar a su lado.

-Dmitrick yo...

-¡Que mierda haces Samantha!-Grito mi padre y me levante de golpe.

-Papa yo...

-Tomo tus cosas y vámonos de aquí, no tienes nada que hacer con este sujeto.

-Se equivoca señor este sujeto tiene nombre y usted perfectamente lo conoce, además sabe que soy el padre de su nieto y el hombre su hija.

-Tu no eres nada para mi ni para mi hija, mi nieto no necesita absolutamente nada de ti.

-Pero yo de ellos si.

-Nos vamos.

-Sam toma tu teléfono.- Dmitrick me entrego un celular y lo acepte sin decir nada.-Dejame despedirme de mi hijo.- Asenti y el le dio un beso al bebe.- Dios te bendiga campeón nos veremos pronto.- El bebe comenzó a llorar y mi padre comenzó a caminar, fui tras el con el bebe y suspire mientras volteaba una vez mas para ver a Dmitrick.

Te amo.- Leí en sus labios y suspire eso será difícil.


La Hija De Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora