- ¿Te sientes mejor? - me preguntó Tañía mientras me entregaba otro vaso con agua.
-Sí, gracias- le dije mientras observaba mis manos temblorosas.
Tenía mucho frio, odiaba con todo mi ser estar en el hospital y no porque me molestaran los doctores, en realidad lo molesto era el aire acondicionado ¡Odiaba el frio! pero no el frio de cundo llueve o directamente cuando está así el clima, el frio artificial, ese era el que detestaba, porque me causaba un terrible dolor de cabeza.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - Tañía se notaba algo nerviosa.
- Ya estás haciendo una- le respondí tajante, y ella abrió sus ojos sorprendida. - Lo siento - me disculpé, tenía los nervios de punta.
-Comprendo. - ella me extendió una manta y le sonreí agradecida. - ¿Dónde se quedarán Luka y tú? – preguntó, y la verdad no lo había pensado. -Es decir, están buscándolos y quieren secuestrarlos, obviamente que no irán a su casa.
No había pensado en eso, ella tenía razón, pero antes de poder contestarle... alguien me interrumpe.
- Se quedarán en mi casa, yo los cuidaré mientras sus padres regresan de viaje. - Dmitrick tenía puesta una chaqueta de cuero y en sus brazos traía un enorme abrigo.
- ¿Disculpa? - pregunté sin poder terminar de entender.
- Lo que escuchaste, tus padres hablaron por video llamada con Luka y Marcus, y decidieron que la mejor opción es que se queden a mi hogar mientras ellos volvían, las cosas se complicaron en Rusia, por lo que aún no podrán volver.
- Es típico de ellos, siempre con sus misterios en Rusia. – espeté molesta. - ¡Qué estupidez! Siquiera les preocupa Luka. - dije muy molesta.
-No digas eso, tus padres están preocupados, y ustedes vendrán conmigo por esa misma razón. - contestó serio.
Me giré para buscar apoyo, pero detrás mío no había nadie, Tañía se había marchado.- Supongo que no podré oponerme. - dije seria, y él sonrió de lado.
- Así lo hicieras, tendrías que venir conmigo.
- Si no hay otra opción. -
- Deja esa estúpida manera de contestar, por si no te has dado cuenta está ocurriendo algo muy grave y tu hermano casi muere, pero en vez de pensar en que es lo mejor para él te la pasas quejándote de todo lo malo.
- Tú no entiendes absolutamente nada que tenga que ver conmigo, así que mejor ahórrate tus comentarios.
- Lamento que tu vida sea una completa mierda, pero tendrás que ser un poco más agradable mientras llegan tus padres, pues no estoy dispuesto a ser niñero de nadie.
- No pedí tu cuidado.
- Tú decides, si quieres puedes irte a tu casa, esperar a que vallan por ti y te secuestren o te asesinen... es enteramente tu decisión.
Lo pensé, y él tenía algo de razón.
-Eres un imbécil.
...
Llegamos a un enorme conjunto cerrado, todo estaba rodeado de casas preciosas, a lo lejos se podía ver una enorme colina y en la punta de ella, se encontraba una casa absurdamente grande. Nunca había visto algo igual en mi ciudad, no es muy común ver casas como esas, dichosos quienes viven allí.
- ¿Te gusta? - pregunta Dmitrick sonriente.
Seguramente notó lo que estaba observando.
- Sí, es hermosa. - le dije. - ¿Conoces a los dueños? - le pregunté, con la esperanza de que diga que sí y pueda llevarme a conocer ese lugar.
- ¡Claro! - sonrió orgulloso. - Lo veo todas las mañanas al despertarme. -Suelta una risita- En el reflejo del espejo de mi baño...
Abro mis ojos como platos.
- ¿Estás hablando enserio? - pregunté. - ¡Esa es tu casa! - el asintió, y yo comencé a reír hasta que mis típicos malos pensamientos volvieron.
«¿Qué tendría que hacer para comprarla? ¿A cuanta gente robaría? Cada vez estoy más segura de que él es alguien de la mala vida.»
- ¿Por qué creo que estas imaginando lo peor de mí? - Dmitrick se acomoda en su asiento, y yo suspiro.
- Porque es lo que hago.
- Me está molestando tu manera de verme- Tomó mi rostro con delicadeza y me hizo verlo directamente a los ojos. -Sabes, esa casa fue un pago que me hicieron. - me explicó.
- ¿Quién te debería tanto? - pregunté burlona, y él me fulminó con la mirada.
- No la he robado ni nada malo, el antiguo dueño me la dio a cambio de una empresa mía que se encuentra en Rusia, y como yo necesitaba un lindo lugar donde vivir, acepté. No te puedo decir como la construyó él, pero si te aseguro que sea cual sea su esfuerzo, ahora soy yo quien lo disfruta. - Soltó mi rostro y fue entonces cuando me percate que estábamos llegando a lo alto de la colina, unos hermosos portones blancos se abrieron y la calma que había sentido hasta ese momento se desapareció.
Había muchos hombres, quizás unos cincuenta o más, y se encontraban completamente armados y distribuidos por todo el lugar, había algunos en unas torres, en lo que parece ser un jardín, en la puerta de la casa... ¡En todo el lugar! Quedé helada y Dmitrick sonrió como si se burlara de mí.
- ¿También venía con los matones? - pregunté sarcástica y él sonrió.
- No, ellos trabajan para mí. – dijo a la vez que el auto se detuvo y quise salir huyendo del lugar, él se bajó y luego me hizo un gesto para que lo imitara, me bajé de la camioneta y al girar vi una ambulancia alejarse.
- ¿Dónde está Luka? - pregunté asustada.
- Cálmate, él llegó hace un rato, debe estar en la habitación que mandé a alistar para él.
Observé impresionada el lugar, de no ser por los hombres armados sería capaz de vivir aquí. Había unas enormes escaleras que conducían hasta la entrada de la casa, toda la casa estaba pintada de blanco y estaba compuesta por cinco pisos, parecía un hotel lujoso.
- ¿Para qué tantos pisos? - pregunto tratando de disimular mi asombro.
- Tengo muchos guardias- Dim se encoje de hombros y sonríe subiendo las escaleras, mientras yo me quedo de pie observándolo, al darse cuenta se detiene a mitad de las escaleras.2
- Vamos - Me dice, y asiento subiendo algo nerviosa.
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La Hija De Un Mafioso
عاطفيةSegunda parte de la historia: La Elegida de un mafioso. Prohibida su copia o adaptación