17.Otra agradable mala decisión.

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No me calente mucho la cabeza en la decisión, mire a los ojos del hombre y me guíe por mis impulsos, y me decían ayudarle, pues debía ayudar.

Mire a Jc y le dije que no podía dejar al hombre así, que yo me quedaba o lo llevaba conmigo, una de dos, pregunte por su casa, y balbuceó mas palabras que me ayudaron a saber su nombre, se llamaba Ricardo, mire una vez mas esos ojos y vi en ellos el reflejo de la piedra ágata verde, fue algo extraño ver de esos ojos tan bellos un estado tan decaído, amargado.

El conductor hacia presión por continuar el trayecto, fui y hable con el por si podía llevarle conmigo, ya que el pueblo mas cercano no estaba hasta en km, no se que hacia aquí pero estaba ahí y debía ayudar. El conductor se negó a dejar entrar al hombre con estas palabras, "no voy a dejar pasar a tremendo desecho humano, que se las arregle como pueda". Me sentí decepcionado, entré, cogí mis cosas y bajé, Jc y Emily no llegaban a entender del todo la situación, estaba básicamente en la nada, con solo una guitarra, un puñado de dinero, una mochila y un borracho.

-Emm... Radel, que aquí no hay nada.- Trató de avisar Emily.

-¿Y qué?- Pregunté.

-Omg, Radel, se te va la pinza, yo también me quedo.- Alegó Jc con plena alegría.

-¡¿COMO!?- Preguntó Emily ya flipando.

-Wuay.- Cuando dije eso Jc subió a por sus cosas y las bajó, se plantó junto a mi con una sonrisa a la espera de lo siguiente.

El conductor flipaba tanto o mas que Emily, intentó incluso de converme de volver, pero yo seguía en mis trece, Jc un poco de lo mismo. Al final acabamos despidiendonos del happy-bus con la mano mientras se alejaba de nosotros, Emily al contrario no se creía aun la situación surrealista y poco creíble, es mas pienso que si se lo contase a alguien esta situación no se la llegaría a creer del todo.

Miré esos ojos ágata de Ricardo y sentí un pesar enorme, no sabia que hacer, pero se veía al hombre sediento, entré en la gasolinera y el dependiente, muy borde por cierto, me dijo que a mi tampoco me vendía alcohol, yo, muy educado, le pedí el agua y al salir levante con una sonrisa el dedo corazón haciéndole el típico corte de mangas y todo con mucha amabilidad.

Le di el agua a Ricardo, pero no podía ni dirigir la boquilla para llevarse unas tristes gotas de agua a la boca, era doloroso, así que agarré sus manos y le ayudé, al final pudo beber algo.

Emily insistió señalando al bus de que debíamos seguirlo por nuestro bien.

-A ver Radel, vamonls ya dejalo aquí, que haga autostop o algo pero quedarnos aquí es de zumbados.

-Emily, vamos a negociar, quedemos aquí hasta nos explique su situación, si es coherente le ayudamos, pero si no lo es nos vamos, y no rechistaré.- Propuse a la chica blues.

-Mmmm...- Dijo Emily, pero me asustaba la respuesta, se lo pensaba bastante, pero al final habló.-Vale, pero cumple con lo ultimo si no se puede hacer nada, ¿vale?

-Wuay, perfecto, palabra de mochilero.-Ahora todo iba bien, y sin problemas.

Sonreí y le pedí a Emily y a Jc que me ayudasen a llevar a Ricardo al coche, claro esta que metimos las cosas en su maletero. Tumbamos a Ricardo con sumo cuidado, se quedó dormido en cuestión de segundos, en ese momento me recordó un poco a mi padre, ya que el bebía por ahogar sus amarguras, y solo conseguía ahogar su a su familia en una depresión constante, ya que la bebida no era su fuerte, e ahí la diferencia entre Ricardo y mi padre, que este hombre no la tomaba con nadie y mi padre si.

Un Corazón Y Una GuitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora