3

120 6 2
                                    

La frustración que siento en estos momentos es incomparable. Me he pasado toda la maña y casi toda la tarde cuidando de un niño que no solo ignora cada palabra que digo sino que me toma el pelo y consigue, prácticamente sin hacer nada, sacarme de quicio. He aceptado llevarlo a ver a su amigo para poder distraerlo, para poder distraernos. He intentando con todas mis fuerzas caerle bien y lo único que he conseguido ha sido entrar en pánico cada vez que decidía jugar al escondite sin decir nada. Lo he intentado todo y nada a dado resultado. Me ha agotado sin apenas esfuerzo y me ha hecho recorrer media ciudad para poder ver a su amigo, quién, para aumentar mi frustración, ha resultado ser nada mas y nada menos que un simple perro. Que además he tenido que llevar de paseo. Si no puedo con un solo niño, como voy a poder con un niño y un perro que es más grande que yo.

— ¿Hola? — Dejo salir un suspiro al escuchar su voz. Puedo notar que está cansado y por un momento me arrepiento de haber llamado. — ¿Jules? Jules, ¿estás ahí?

— Si, si. Lo siento... — Estoy a punto de decirle que no pasa nada y dejarlo descansar, pero ver como Will y el Perro se llenan de arena y hierba me está volviendo loca. — Dime una cosa, ¿te gustan los niños?

— Uh, si, claro... — Responde confuso, en forma de pregunta por si su respuesta no es lo que quería oír.

— ¿Y los perros? — A pesar de que no puede verme hago un puchero cual niño pequeño.

— Jules, ¿que pasa? — Dice con cierta gracia en su voz, seguro que le parezco ridícula.

— Una amiga me ha pedido que cuide de du hermano mientras está fuera y no sé que hacer. Me odia. — Ruedo los ojos y lo escucho reír con fuerza.

— ¿Eso es todo? — Continúa riendo a carcajadas. — Esta bien, dime donde estás e iré a tu rescate, no vaya a ser que ese niño acabe contigo. — Ruedo los ojos y cojo aire.

— No tengo ni idea, mejor te mando la dirección. He tenido que recorrer media ciudad sólo por un perro. — Puedo escuchar como intenta aguantar las ganas de reírse de mí, pero decido ignorarlo.

— Está bien, te veré allí, dónde sea que estés. — De nuevo suspiro y cuelgo antes de escucharlo reír de nuevo.

Me doy prisa en buscar la dirección y mandársela. Espero que no tarde demasiado, ya se me han terminado las ideas para poder caerle bien a Will. Me quedo observando a Will y a Bruce jugando cuando lentamente empiezo a pensar en esa llamada y todo lo que esta conlleva, los recuerdos vuelven a mi mente, esta vez con lentitud. Veo todos los pequeños momentos y detalles, todo por lo que pasamos, por lo que nos hicimos pasar y de nuevo esa sensación se crea en mi pecho. Aunque me niegue a admitirlo, vuelvo a echarlo de menos y lo odio. Estos últimos meses he estado bien, al principio no podia evitar pensar en él, pero poco a poco he dejado de hacerlo, he empezado a hacer cosas nuevas y a distraerme hasta que sin darme cuenta me encontraba, más o menos, bien. Pero bastó con sólo leer su nombre para que todo lo que había conseguido se derrumbase. Supongo que se debe a que nunca ha sido algo sólido, sino una fachada, lo que creía que era mejor. Lo que creía que quería.

Cuanto más pienso en él, aunque intente no hacerlo, más fuerte se vuelve el anhelo y todos esos sentimientos que creía haber olvidado, borrado de mi sistema, me golpean de nuevo. Nunca creí que me pudiera enamorar, nunca lo he hecho. No sabía lo que era ni lo que se sentía, ni siquiera cuando ya me había enamorado de él. Ahora no puedo pensar en otra cosa. Por eso me paso los días intentando mantenerme ocupada, ya sea aprendiéndome las estrictas normas impuestas por la madre de Louis para llegar a ser la esposa que su hijo se merece, o hacer de niñera a pesar de que no tengo ni la menor idea de lo que estoy haciendo. Me sobrecargo de actividades para no poder pensar, que cuando llega el final del día me acuesto llorando hasta quedarme dormida y vuelta a empezar. Día tras día durante semanas, meses. Hasta que un día me levanté y lo vi todo de otro color, mi vida ya no era tan gris. Por eso esta situación está llevándome al límite, me derrumba. Ese es el poder que él tiene sobre mi. Una simple llamada y vuelve mi mundo patas arriba.

Hold On To MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora