Que vida la mía

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Caen gotitas de agua que se van intensificando más.

Empieza a llover algo fuerte.

Y para acabar estoy algo lejos de casa.
¡Que suerte la mía!

Pedaleo lo más rápido que puedo hasta llegar a un lugar donde me pueda esconder de la lluvia.

Llegué hasta una vieja parada de autobús.
Lo importante es que tiene techo y no me mojaré, almenos que llueva con brisa...
Y si es así...estoy más salada que la agua de mar.

Pasó almenos una media hora, y aún seguía ahí.
El agua empezó a caer menos pero todavía no escampaba.

Espero unos 15 minutos más.
Y al fin el agua desapareció.

Tomo mi bicicleta y voy devuelta a casa.
Las calles mojadas salpican agua con cada pedal que doy.
Mis zapatillas quedan mojadas y sucias.

Algunos carros pasan a velocidad y tengo que tener cuidado de que no me mojen si caen en algún hueco lleno de agua.

Ya casi alfrente de casa, visualizo a Julián en la entrada.

-¿Porqué sales sin avisar? Él reclama.
-¿Disculpas? ¿Eres mi papá o mamá para tener que avisarte?

Bajo de la bicicleta y entro tratando de esquivarlo.

Toma mi mano y me lleva hasta los adentros de la casa.

-Suéltame! ¿Qué quiere?
Me observa mientras pregunto.

-Disculpa Sarah. No era mi intención irrespetarte. Lo menos que quiero es hacerte daño. Yo quiero estar a tu lado para cuidarte y amarte como se debe. Disculpame por favor.

Mantenía la mirada hacia abajo.
Tenía sus mejillas rojas.

¿Apenado? Que bien que lo sienta.

-Okay! No te preocupes. Dije algo sarcástica.
-No volverá a pasar.
-Exacto amigo, no volverá a pasar.

Me safo de su agarre y me retiro todavía enojada.

No sé si estoy siendo muy niña, muy inmadura.
Pero no fue correcta su actuación. Y algo me dijeron muy bien...
Protégete tú misma que más nadie lo va a hacer aparte de algunos familiares.

Esto no es un cuento de princesas. Esto es la vida real y hay que saberla vivir como es.

~☆~
Julián
~☆~

¡Ahora sí la regué toda!
Ahora debe estar pensando que soy un aprovechado y no es así.

Actué muy mal, pero no era mi intención ser irresponsable.

Yo sólo quiero protegerla...
¿Entonces porqué actuaste de esa manera, Julián? Me reclamo a mi mismo.

La verdad es que no tengo excusa.

Ahora sólo tengo que arreglar esto como dé lugar.
Tengo que hacer que confie en mí...que enverdad la quiero.

~☆~
~☆~

Ya me cambié de ropa.
Camino hacia la terraza y me arrecuesto en la hamaca.

Mañana es escuela de nuevo.
Almenos tendré distracción aunque no sea lo mejor.

Sólo hay un problema...
Julián es mi chofer.
Y no puedo decirle a mis padres que lo despidan. Tendría que decirles el porqué... y no estoy tan loca para contarlo.

¿Qué hago Dios mío? ¿Qué hago?
Esto me lo merezco por ingenua.

Necesito la ayuda de...
¡Sí! ¡Ya sé! ¡Lady!

Marco su número en mi celular.
-¡Contesta brujilla!
Suena y suena.
-Hey, Sarah, alfin te acuerdas de las amigas.
-lo siento por no llamar. Te tengo que contar muchas cosas.
-Umm! Me imagino que cosas.
-necesito un favor...¿Puedes venir a recogerme mañana para la escuela?
-Sí, claro. Pero y tu chofer?
-Mañana te cuento Lady.
-Ay bueno, esta bien. Hasta mañana.
-bye.

-¡Bien! Un problema resuelto.

Las nubes se han despejado.
No sé porqué eso me hízo recordar qué... No he almorzado.

Mi barriga gruñe.
-Ay sí. No molestes, que tu tampoco te habías acordado. Le digo a mi barriga.

Ahora seguirá gruñendo hasta que le de algo de comer.
Es gracioso, muy loco...lo sé.

Voy a la cocina para ver que encuentro de comer.

Ese olor...
Mi nariz percibe algo delicioso.
-¡Ummm! Lasagna.
Dije mientras abría la tapa de uno de los sarténes.

-Uishh, se ve esquisito.

-¡Saita!

Voltié a ver a papá que entraba a la cocina.

-¡Papá!
-¿Qué es eso? Huele delicioso.
-¡Es lasagna!
-Oh, perfecto. Tengo mucha hambre.

Apesar de que mis padres no convivían mucho conmigo y que sólo se la pasan viajando por negocios...los cortos minutos que pasó con ellos son íncreíbles.
Lástima que lo bueno dure tan poco.

-¿Y mamá?
-Por ahí debe venir...oh mira, ahí está.

-¡Mamá!
-Hola mi niña. Ohhh, huele estupendo.

-¡Lasagna! Grito con mi papá a la misma vez.

-Buenas, señor y señora Phill. Ya veo que están disfrutando de mi comida.

Llega Julián saludando a mis padres.

-Hola Julián...¡Ésto está delicioso! Dice papá deborando todo en su plato.

-Me alegro que le guste Señor.

Me sirvo una gran porción en un plato.
Sólo sé que tengo hambre.

-Sarah. Por ahí vi a tu novio. Dice mamá riendo.

Oh, oh, oh. ¿Qué? ¿Escuche mal o qué?

-¿Qué hablas mamá?

Observo el rostro de Julián...sí, igual de sorprendido que yo.

-El chico ese que esta enamorado de ti desde que tenías 8. Cómo es que se llamaba.....

-¿No era Diego? Dice papá comiendo las ultimas sobras.

-Sí sí, Diego. Recalca mamá.
-El no es mi novio, y tampoco gusta de mí...bueno, eso creo. Sólo es un buen amigo.

-Las veces que ha venido a verte se nota lo embobado que está de ti. Se ve que es un buen muchacho.
-Como no enamorarse de esta hermosura de mujer. Dice papá señalándome completa.
-¿Sí o no? Julián...
-¿Qué cosa señor?
-Que mi hija es una hermosura de mujer, y que cualquier chico se enamoraría de ella.

Y viene papá diciendo trastadas. ¡Tragame tierra!

-Papá, no exageres.
-Es verdad señor. Dice Julián. Y no, no exagera, es la pura verdad...

Tú Eres Mi Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora