Capítulo 1: Rumbo a Hogwarts

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Narra April:

Mientras caminaba por la calle, los insultos por parte de mis compañeras en el orfanato seguían resonando en mi mente. "Rarita" había mascullado una de ellas, aquel había sido el más leve de todos, de hecho, dudaba si podía considerarse insulto. Sí, era una chica rara, me gustaba la música antigua, de hecho, cuanto más antigua mejor; disfrutaba más leyendo un buen libro que saliendo de fiesta y me gustaban las pelis de ciencia ficción, pero no veía nada de malo en ello. También estaba el hecho de que era una bruja, pero eso ellas no lo sabían.

Llegué a la estación y me abrí paso entre los muggles con rapidez, a pesar de haber salido temprano aquella mañana, el tráfico y la gran cantidad de equipaje que transportaba casi me hacen perder el tren. Atravesé con decisión el muro de ladrillos que separaba los andenes 9 y 10, empujé mi carrito atravesando a la multitud de familiares que se despedían de sus hijos, me detuve junto a la puerta de acceso al tren y subí arrastrando mi pesado baúl.

Deambulé por los pasillos, en busca de un compartimento libre. Cuando me encontraba casi al final del tren, una chica que lucía una corta cabellera negra azabache salió a mi encuentro.

—¡April! —exclamó a la par que me abrazaba—. ¿Vienes a sentarte con nosotros?

—Claro —respondí sonriente. Aquella chica era Hannah, una de mis mejores amigas, con la que compartía habitación desde mi llegada a Hogwarts.

En el compartimento se encontraban el resto de mis compañeras de cuarto, charlamos y reímos durante gran parte del viaje; sin embargo, cuando Jacke, un chico que también era de Ravenclaw, entró a sentarse con nosotras, dejé de pasarlo bien. Era demasiado grosero y prepotente para caerme bien. De modo que, en cuanto se me presentó la oportunidad, salí del compartimento con la excusa de haber olvidado comprar algo a la bruja del carrito.

Decidí ir a buscar a Hermione, una chica de Gryffindor con la que había entablado una gran amistad el año anterior; sin embargo, un pequeño sapo que pasó junto a mis pies me hizo detenerme, lo tomé entre mis manos con cuidado, tratando de evitar que fuera aplastado por un grupo de alumnos de último curso que discutían acaloradamente.

Decidí ir a buscar a Hermione, una chica de Gryffindor con la que había entablado una gran amistad el año anterior; sin embargo, un pequeño sapo que pasó junto a mis pies me hizo detenerme, lo tomé entre mis manos con cuidado, tratando de evitar q...

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Narra Neville:

Llevaba ya una hora buscando a Trevor, pero esta vez no contaba con la ayuda de Hermione, así que estaba tardando mucho más que otras veces. Al final del pasillo, había un grupo de alumnos discutiendo y, como no quería ganarme un puñetazo, me dispuse a dar media vuelta y seguir buscando en otra parte. Pero entonces, oí a un sapo croar a mis espaldas.

Giré sobre mis talones y vi a una chica de largo cabello castaño, sujetando a Trevor cuidadosamente entre sus manos.

—¡Trevor! —exclamé sin poder contenerme.

—Vaya, ¿es tuyo? —preguntó ella mirándome con sus grandes ojos verdes.

Traté en vano de responder, pues los nervios me impedían articular una palabra. Las piernas me temblaban mientras asentía tímidamente con la cabeza.

—Bueno, aquí tienes —dijo tendiéndome a mi sapo. El contacto de sus manos con las mías me puso aún más nervioso—. Me llamo April, por cierto.

—Longbottom... Neville Longbottom —conseguí decir.

—¿De qué casa eres?

Iba a responder, pero nuestra breve conversación se vio interrumpida por un grupo de alumnos que salían de sus compartimentos.

—Supongo que estamos a punto de llegar —comentó mientras un chico rubio se acercaba a nosotros—. Espero que volvamos a vernos, Longbottom.

Me quedé ahí plantado, sin saber que hacer o decir, instantes después, Hermione apareció detrás de mí.

—Veo que ya conoces a April —dijo mientras se anudaba bien la corbata—. Es muy simpática, ¿verdad?

—Sí... Sí que lo es.


Al otro lado del espejo➳ Neville LongbottomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora