Al otro lado del espejo➳ Neville Longbottom

Capítulo 13: Tomando la iniciativa

Narra April:

Desde que Dumbledore había anunciado el Baile de Primavera, Neville se había comportado de forma muy extraña. Se acercaba a mí con la intención de hablarme, pero siempre se arrepentía a mitad de camino y volvía a alejarse.

—Seguramente aún no tenga claro en qué punto se encuentra vuestra relación, siempre ha sido muy inseguro y no tiene mucha confianza en sí mismo —había dicho Hermione.

<<Daré entonces yo el primer paso>> pensé, y con ese objetivo en mente, me acerqué a él tras mi última clase del día.

—Neville, espera, ¿tienes un momento? —él asintió con brevedad y nos sentamos en un banco-. Es acerca del baile... —pero ni siquiera me dejó acabar.

—Si quieres ir con otro lo entenderé —murmuró.

—¿Crees que es eso lo que he venido a decirte? —al no obtener respuesta por su parte proseguí, no sin antes alzar su barbilla con suavidad para mirarle a los ojos—. Te pedí una vez que no dudaras de lo que siento por ti, y lo vuelvo a hacer. ¿Quién mejor que tú para ser mi pareja del baile?

—Yo —dijo una voz que conocía muy bien.

—No, Jacke, no es el momento de que llegues con tus gilipolleces —dije exasperada.

—En serio Williams, tienes que explicarme que significa eso —comentó con una sonrisa, haciendo referencia a la palabrota muggle.

Lo miré con el ceño fruncido.

—¿Vas a ir con él? ¿Me estás tomando el pelo? —añadió.

—Sí, y no veo el problema. Lárgate y déjanos en paz.

—Tú te lo pierdes —bufó.

Neville me miró algo asombrado.

—April, a veces das miedo —dijo muy serio, pero luego se echó a reír y no pude hacer otra cosa que imitarle.

Paseamos un rato juntos por los jardines, pero yo debía terminar una redacción acerca de los múltiples usos del ajenjo, así que me acompañó de vuelta a la Torre de Ravenclaw. Se despidió de mi besando mi frente con suavidad. Pero antes de que diera media vuelta, lo sostuve por la muñeca y subí un escalón para quedar a su altura.

Él pareció entender que quería algo más, así que tomó mi rostro entre sus manos y posó sus cálidos labios sobre los míos. Fue un beso corto, pero a mí me bastaba.