Capítulo 6: En los invernaderos

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Narra Neville:

Poco antes de las vacaciones de navidad, la profesora Sprout sufrió un pequeño incidente con una planta carnívora, estaba en la enfermería recuperándose. En cuanto acabaron los exámenes acudí a ayudarla en lo que fuera necesario, al fin y al cabo impartía mi asignatura favorita.

Al entrar en el invernadero, mi corazón dio un vuelco, junto a la profesora se encontraba una chica de largo pelo castaño, era April. Las piernas me temblaban ligeramente y me sonrojé cuando advirtió mi presencia y me sonrió.

—Que bien que hayas venido Neville —me saludó la profesora—, es el mejor alumno que he tenido en mucho tiempo- le dijo a April.

—Bueno, no se olvide de Hermione Granger...

La bruja iba a responder, pero en ese momento, el profesor Flitwick entró en el invernadero.

—Le importaría salir un momento, necesito hablar con usted.

—Enseguida voy —respondió Sprout—, vosotros dos podríais empezar a plantar las Mimbulus mimbletonia. Aunque no estoy segura de que lleguen a crecer, yo nunca lo he conseguido.

April se aflojó la corbata, se remangó y se recogió el pelo antes de empezar a trabajar. Tras las vacaciones de navidad, pasamos dos semanas encargándonos del mantenimiento de la mayoría de las plantas, en ese tiempo pude conocer a April mucho mejor. Era una chica muy charlatana a la que todo le apasionaba, aprendía con rapidez y escuchaba con fascinación todo lo que la profesora Sprout nos enseñaba. 

—Ya no necesitaré más vuestras ayuda, la señora Pomfrey dice que ya estoy completamente recuperada —nos anunció una tarde—. Os agradezco mucho todo lo que habéis hecho por mí. Por cierto, ¿queréis ver las Mimbulus mimbletonia? Han crecido mucho en estos últimos días.

La profesora salió a buscar una bolsa de abono, y April y yo nos acercamos a contemplarlas, parecían cactus, solo que en lugar de púas tenían una especie de forúnculos. Me agaché y alargué la mano para tocarlas.

—¡No! —exclamó April.

Pero yo ya había rozado la planta con la yema de mis dedos y, apenas un segundo después, estaba cubierto con un líquido verde y viscoso. April me miró, intentando contener la risa; rodeó la mesa en la que estaban apoyadas las macetas y se acercó a mí. Una vez a mi lado, sacó un pañuelo de su bolsillo, tomó mi rostro entre sus manos y comenzó limpiar el líquido de mi cara.

—Las Mimbulus mimbletonia tienen un gran mecanismo de defensa, como has podido comprobar —dijo sin dejar de sonreír—, sus flores se conocen como verulignum, al entregarle una a alguien, cambia de color reflejando sus sentimientos hacia ti, ya sea un profundo odio o una gran atracción.

Como yo era más alto, tuvo que ponerse de puntillas para llegar a mi frente, estábamos muy juntos y yo no podía apartar mis ojos de los suyos, sentí el repentino impulso de besarla, pero la aparición de la profesora Sprout nos hizo separarnos de un brinco. 

April se sonrojó, era la primera vez que yo provocaba esa reacción en una chica. Antes de que pudiera decirle nada, salió del invernadero. Traté de ir tras ella, pero la profesora me detuvo.

—Si se ha marchado es porque necesita algo de tiempo.

Pensaba que no había llegado a vernos, pero sus palabras me hicieron sentir incómodo.




Al otro lado del espejo➳ Neville LongbottomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora