¿υn caғé, мr. jeon? [editando]

o n e 🌟

Identificación: Listo.
Cartas de recomendación: Listo.
Linda fotografía: Listo.

La mesa llena de papeles frente a SonJung no tenía espacio para más.

—¿Vas a salir de nuevo?—preguntó su madre apareciendo en el comedor.

—Sí, mamá, iré a buscar empleo—respondió ella apilando los documentos en la mesa.

—De acuerdo. No vayas a llegar tarde.

—Descuida y disfruta tu reunión—le sonrió.

—Gracias.

Con una última sonrisa la mujer salió de la casa.
SonJung se dirigió a su habitación y se dejó caer a la cama.
Se sentía frustrada y cansada. No importaba a donde fuera, siempre la rechazaban.

No quería rendirse y sentirse mal pero siempre llegaba a su mente lo difícil que era conseguir empleo como actriz.
Sabía bien que su físico no era el mejor, que no tenía experiencia y además las vacantes en la industria eran muy pocas.
Empezaba a arrepentirse de haber estudiado Actuación y a esas alturas ya estaba dispuesta a aceptar lo que se presentara.

Aún pensando en una solución, sacó su teléfono y marcó a la única persona a la que solía llamar.

—¿Hola?—escuchó su voz al atender.

—YoonGi, querido, ¿cómo estás?—habló ella emocionada.

—¿Qué quieres, SonJung?—el tono fastidiado del chico la hizo rodar los ojos. Él era siempre igual.

—¿Por qué supones que quiero algo?—dijo a la defensiva. —¿Qué acaso no puedo llamar a mi mejor amigo solo para saber como está?—preguntó con un falso tono de dolor.

—Jamás lo has hecho en todos estos años. No creo que lo hagas ahora.

Ella rió levemente.

—Okay, tal vez te esté llamando porque estoy aburrida—soltó un suspiro. —¿Qué haces tú?

—Trato de encontrar una buena película para ver.

—¿Qué no haces nada productivo? Ya deberías de dejar de ser tan flojo.

—No soy flojo—lo escuchó bostezar. —Acabo de pararme para ir a traer el control remoto.

—No, que horror—se burló ella.

—Así es mi vida, querida amiga—SonJung lo pudo imaginar sonriendo.

—¿Sabes qué? Levántate y date un baño. Nos vemos dentro de treinta minutos en el crucero de la calle Wang.

—¿Qué dices? ¿Cómo para qué debería ir allí?

—Vas a acompañarme a buscar empleo—respondió con desdén.

—¿Disculpa? No puedes decirme a dónde ir; no soy tu mascota.

—Pero me amas tanto que irás, ¿cierto?—rió un poco. El chico hizo sonidos como si estuviera pensándolo.

—Bien, solamente porque necesito unos audífonos nuevos.

—Y porque no tienes nada bueno que hacer—complementó ella riendo.

—Ya, allí te veré, pequeño fastidio.

—Bien, hasta luego, amargado—sonrió.

La llamada finalizó y de un salto se puso de pie y se adentró al baño para su ducha matutina y después de unos minutos salió y se vistió lo más elegante y presentable que podía. Sabía que debía lucir bien si quería un empleo.