t w e n t y🌟

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Un suspiro de alivio salió de los labios de Son Jung en cuanto el señor Kang y su desagradable hija se despidieron y prometieron seguir en contacto.
Francamente, la noche había sido demasiado larga y lidiar con esos dos le robaba la paz a cualquiera.

—Vámonos—habló JungKook tomando su abrigo y poniéndose de pie.

Son Jung lo siguió de inmediato. Quería decirle algo, preguntarle si estaba bien, pero al final nunca se atrevió.

Salieron del lujoso restaurante y la chica volvió a sufrir. El viento había aumentado su magnitud, azotaba con fuerza afuera y dadas las horas de la noche que eran la temperatura había descendido también.
Era como un congelador, y ella lo estaba sintiendo.

JungKook, ajeno a todo, caminó apresuradamente buscando que el chico con su auto volviera.
Su mirada se llenó de confusión al ver a uno de los empleados del lugar acercarse algo avergonzado.

—Señor Jeon...

—¿Y mi auto?—interrogó el castaño desesperado.

—Eso...lo lamentamos mucho, un novato que tenemos no manejó bien y acabó chocando un auto con el suyo, señor. El restaurante se encargará de todos los gastos; su auto fue enviado a mantenimiento de inmediato.

—¡¿Pero por qué hicieron eso sin consultarme antes?! Dios, ¿qué haré ahora?

JungKook estaba furioso y el pobre empleado estaba asustado.

—Lo lamento mucho, señor.

El chico se frotó el rostro, intentando calmarse.

—Bien, hablaré con quien sea mañana. Estoy demasiado cansado para esto.

El muchacho asintió y dió una última reverencia antes de irse. JungKook volteó hacia Son Jung.

—Bien, creo que tenemos un problema. Lo que nos faltaba.

—Señor, no se altere. Podemos buscar un taxi o algo—intentó calmarlo ella.

—Sí, tiene razón. Lo que sea, solo quiero irme.

Ambos salieron a la carretera buscando un taxi que pudiera llevarlos.
El frío hacia temblar a Son Jung y para su desgracia en aquella carretera ni un solo auto se paseaba. Intentó ver la hora en su celular pero al sacarlo de su bolso notó que estaba apagado, al final de todo había olvidado cargarlo.
Definitivamente las cosas iban de mal en peor.

—¿No trajo un suéter o algo?

La voz de JungKook la sobresaltó y volteó a verlo.

—Hmm, no—sonrió avergonzada. —Con las prisas lo olvidé en la oficina.

El castaño la observó con los ojos entrecerrados y negó con la cabeza.

—Que descuido. Estamos como a dos grados y usted está temblando como gelatina.

De un momento a otro, ella sintió la suave y caliente tela sobre sus hombros.
¿JungKook le había dado su abrigo? Definitivamente sí y ella no cabía en asombro.

—Señor no es necesario que–

—Deténgase—la interrumpió viendo como la chica intentaba quitarse el abrigo que recién le había colocado. —Puede enfermarse y entonces convertirá la oficina en una incubadora de virus. Lo hago por mí y por la seguridad de mis empleados.

Son Jung lo observó atentamente y terminó asintiendo.
El abrigo era tan cálido y agradable, olía como él y simplemente sonrió por la respuesta.

—CEO Jeon, ¿qué hora es?—se atrevió a preguntar.

El chico sacó su celular y lo observó.

—Casi las once. Ah, es demasiado tarde ya y no hay nada aquí. Que conveniente—bufó.

—¿Deberíamos caminar?—sugirió ella a modo de broma.

—¿Deberíamos?—respondió él con una ceja alzada.

—No sé, solo bromeaba—rió levemente. —La verdad es tarde y nos espera un largo día mañana. Debe descansar, Mr. Jeon.

—Debemos, querrá decir. ¿Dónde vive? Podríamos avanzar y quizá encontremos un taxi en el camino.

—No se preocupe, mi casa está algo lejos pero puedo llegar si camino rápido. Usted debería irse directo a su casa. Le recuerdo que mañana tiene una reunión con el departamento de publicidad y también tiene una cita para evaluar la ropa que nos entregaron para promoción.

—No sería adecuado que la dejara ir sola, señorita Lee. Después de todo usted está haciendo esto por mi causa. La acompañaré a su casa.

Sin esperar respuesta, empezó a caminar.
Son Jung lo siguió de inmediato, una extraña sensación extendiéndose en su pecho al darse cuenta del hecho de que su jefe estaba comportándose muy educado y considerado con ella en lugar de gritarle o quejarse.
Era lindo sentirse así.

En el camino no tuvieron suerte y no pudieron encontrarse con algún medio de transporte. Sin remedio, su larga caminata hasta la casa de Son Jung fue incluso cómoda y agradable.
Habían silencios prolongados y de vez en cuando JungKook comentaba o preguntaba sobre asuntos de la empresa. Ella respondía y también preguntaba algunas veces.

Al estar cerca de su destino, ella volteó a ver a Jeon quien seguía manteniéndose en silencio. Quería saber porqué había notado el cambio en su mirada durante la cena, porqué la cercanía a Kang DaeHee le resultaba tan difícil.
Sabía que no podía entrometerse, después de todo ella simplemente era su empleada. Debía estar consciente de sus atribuciones y enfocarse en su trabajo, sin embargo, al ver al lindo chico castaño bajo la luz de la luna con su cabello desordenándose a causa del viento y su mirada perdida en algún punto, supo que ya no podía hacer solo eso.
Ya no podía ignorar ese constante golpeteo en su pecho que había empezado a surgir en algunos momentos pasados y que en ese momento no se detenía. Su corazón latía desenfrenado y eso era a causa del amargado Jeon JungKook.
De alguna manera, sus sentimientos habían cambiado y de su admiración y atracción hacia su jefe había pasado a algo mucho más profundo y complicado.
Dios, le gustaba JungKook. Le gustaba mucho.

—¿Dónde es?—habló él viendo el lugar y trayendo de vuelta a Son Jung a la realidad.

—Ah...aquí, justo aquí—respondió ella nerviosa notando como casi se pasaba de su casa por estar observando y pensando sobre él.

—Bien, entonces entre antes de que anochezca más. Gracias por el trabajo extra, se lo compensaré.

—Sí, está bien. Gracias señor Jeon. Por favor tenga mucho cuidado, espero que descanse. Si necesita algo no dude en llamarme.

El castaño asintió y le hizo un gesto indicándole que entrara de una buena vez. Obedeciendo, le dió una última reverencia y se encaminó para entrar a su hogar, pero la voz del chico volvió a escucharse.

—Señorita Lee...

—¿Sí?—cuestionó volteando para verlo de nuevo.

—Hmm... bueno...tómese el día libre mañana, después de todo hoy trabajó mucho. Descanse y la veré pasado mañana.

—No es necesario, yo–

—No acepto sus comentarios. Le estoy dando una orden; usted simplemente obedezca.

La chica no pudo evitar reír y asintió. El esbozó una leve sonrisa.

—Buenas noches, Mr. Jeon.

—Buenas noches, señorita Lee.







🧡🌼🧡

Gritemos porque estos dos al fin están avanzando ahh🤧
Muchas gracias por sus votos y comentarios, cuídense mucho.
Lxs amo✨












¿υn caғé, мr. jeon? [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora