¿υn caғé, мr. jeon? [editando]

e i g h t 🌟

—¡¿Qué?!

Son Jung casi se desmaya en ese instante.

—No se preocupe, su trabajo seguirá siendo el mismo. El que me preocupa más es mi suplente. Hace años que no queda a cargo y temo que haga alguna tontería.

—Yo ayudaré en lo que pueda, Mr. Jeon—dijo Son Jung tímidamente.

JungKook asintió levemente.

—¿Me necesitabas, JungKook?

El rubio con extraños mechones azules habló.
¿A qué hora había llegado?
Ella no lo sabía, pero ahora no podía quitarle los ojos de encima.

—Eh, sí—respondió JungKook—.
JiMin, quedarás al mando.

—¿Qué? ¿Al mando?—cuestionó el rubio incrédulo.

—Debo ir a China inmediatamente. Por algo eres el vicepresidente, ¿no?

—Sí...bueno, yo...

—Te llamaré después—interrumpió el castaño sin dar tiempo a más y se alejó por el pasillo.

El vicepresidente Park aún no salía del shock.
Son Jung se acercó tímidamente.

—¿Vicepresidente? Soy Lee Son Jung, la asistente del Presidente Jeon y ahora lo seré de usted.

El rubio volvió sus ojos a ella y le sonrió con cortesía.

—Un placer señorita. Yo soy Park JiMin.

—Bueno, estoy para ayudarle en lo que necesite.

—Se lo agradezco. Por ahora necesito sentarme. Esto aún es demasiado para mí.

Sin pensarlo dos veces, Son Jung le ofreció su silla.
Él se dejó caer sin cuidado alguno.

—¿Está bien? ¿Llamo al médico?—preguntó ella preocupada.

—No, no es nada—se enderezó—. Debo parecerle un dramático con todo esto—rió—. Pero realmente es algo impactante que JungKook deje su preciada compañía en mis manos. He trabajado aquí por cuatro años y nunca me había dejado a cargo—explicó el rubio perplejo.

—¿Nunca? Pero se supone que usted debe ser como la mano derecha del Presidente, ¿no?—cuestionó ella confundida.

—Se supone, pero Kook no confía ni en su propia sombra. Es un hombre demasiado desconfiado.

—Bueno, debe ser así al tener tanto que perder, ¿no?

—Supongo—sonrió—. Como sea, me pondré a trabajar. Quizá esta oportunidad no se dé de nuevo.

***

Cuatro días habían transcurrido desde la partida de Jeon.
Según JiMin, el problema con los socios chinos era muy grande por lo que, al parecer, no volvería pronto.

Park JiMin era un hombre muy distinto a Jeon JungKook.
Era cálido y dulce.
A Son Jung la trataba como a una importante ejecutiva y nunca le daba trabajos de más.
La animaba a descansar y no esforzarse demasiado.

Ella estaba maravillada con el increíble trato que estaba recibiendo y con el perfecto hombre que tenía como jefe por el momento.
No obstante, por muy raro que fuera, había empezado a extrañar los gritos y reproches de JungKook.
Su malhumor, su frialdad, su serio semblante...
Todo eso de pronto le hacía falta.
Ni siquiera sabía porqué.
Debía estar loca.

—¡Son Jung! ¡Te estoy hablando!

—Lo siento, ¿qué decías?—dijo ella sobresaltada.

—¿Estás bien? Parece que estás en otro planeta—reprochó YoonGi.